El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, acudió al Muro Occidental en la Ciudad Vieja de Jerusalén acompañado por el primer ministro Benjamin Netanyahu y el embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee. La visita constituyó la primera parada oficial del funcionario estadounidense durante su viaje a Israel y se desarrolló bajo el protocolo habitual en el lugar considerado sagrado por la tradición judía.
Los tres representantes insertaron notas en las grietas del muro, práctica común en el sitio. Posteriormente participaron en una oración dirigida por Mordechai Suli Eliav, director ejecutivo de la Fundación del Patrimonio del Muro Occidental. El protocolo religioso formó parte de la agenda de la delegación, que mantuvo los ritos estipulados en la visita de autoridades extranjeras a este punto histórico.
La cobertura periodística presentó limitaciones para las reporteras debido a la segregación de género aplicada en el área. En la sección destinada a mujeres fieles, las esposas de Rubio, Netanyahu y Huckabee oraron y firmaron el libro de visitas reservado para invitados oficiales. La actividad se realizó de manera separada, conforme a las disposiciones vigentes en el lugar sagrado.
Tras concluir la ceremonia inicial, Eliav condujo al grupo por los túneles del Muro Occidental. El recorrido incluyó pasajes subterráneos localizados bajo el Barrio Musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén. El itinerario formó parte de las actividades programadas en la primera jornada del viaje del secretario de Estado a Israel.