El embajador de Estados Unidos, Mike Huckabee, dice que está “indignado” por el enojo hacia Israel por la guerra en Gaza y que la diplomacia no funcionará con una organización como Hamás.
“Este tipo de salvajismo no se puede combatir con diplomacia ni diálogo”, afirma Huckabee en la Cumbre Mundial del Instituto Internacional para la Lucha contra el Terrorismo en la Universidad Reichman. “Hay que tener cierta moralidad para sentarse a dialogar, y Hamás no la tiene. Si eso es diplomacia, no quiero saber nada de ella. Diplomacia que no es más que palabrería y disparates, y creer que todos están del mismo lado, con ligeras diferencias de opinión, eso nos va a matar. Tenemos que entender que hay una diferencia entre las fuerzas del cielo y las fuerzas del infierno. Si no lo entendemos, solo veremos más terrorismo que matará a más personas inocentes en todo el planeta”.
Israel, dice, “no tiene otra opción que poner fin a la ocupación de Gaza por parte de Hamás”.
“Hacer algo menos que acabar con el gobierno de Hamás en Gaza sería tan ridículo como lo hubiera sido dejar a los nazis en el poder en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial”, continúa Huckabee. “Los europeos, los canadienses y otros están tomando una dirección absurda. No es Israel quien necesita acabar con esto; Hamás necesita acabar con esto. Trump ha dicho constantemente que Hamás no tiene futuro, que Hamás no puede gobernar en Gaza y que todos los rehenes deben ser liberados de inmediato”.
Huckabee, un sionista cristiano de larga trayectoria, dice que permitir a Hamás “incluso un mínimo de victoria… solo provocará más 7 de octubre y más tomas de rehenes”.
Insta a Israel a priorizar su propia defensa antes que atender las opiniones de los críticos en el extranjero.
A pesar de la presión que sufren por parte de personas como los europeos —que deberían estar de su lado—, de las universidades u otras entidades, espero que Israel nunca olvide que, al igual que Estados Unidos, nuestra labor como naciones no es vivir para agradar a la gente, sino vivir para tener una vida que vivir. Y estamos dispuestos a luchar a muerte contra nuestros enemigos por ello.