El Gobierno de Canadá recibe presión directa de Estados Unidos para mantener el plan de adquirir 88 aviones F-35A, mientras la revisión del contrato concluye el 22 de septiembre de 2025.
Gobierno canadiense recibe advertencia directa de EE. UU. sobre contrato F-35A
El Gobierno de Canadá recibe una advertencia directa de Estados Unidos sobre posibles consecuencias negativas si Ottawa decide abandonar su plan para adquirir 88 aviones de caza F-35A fabricados por Lockheed Martin. La revisión de este contrato, con un valor de $19.000 millones canadienses, se acerca a su conclusión prevista para el 22 de septiembre de 2025 en la capital canadiense. Esta advertencia ocurre durante disputas comerciales bilaterales.
Washington ha indicado que una retirada del programa podría afectar la interoperabilidad en la defensa antiaérea conjunta a través del Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica. El primer ministro Mark Carney inició esta evaluación en marzo de 2025, después de asumir el cargo, y solicitó al ministro de Defensa, que examinara alternativas ante el contexto de disputas arancelarias, según confirmó un portavoz de ese ministerio.
El proceso tiene el objetivo de determinar si existen opciones viables más allá de los F-35A, seleccionados en 2022 como la propuesta seleccionada en comparación con otros como el Super Hornet de Boeing y el Gripen de Saab. De este modo, la decisión pendiente podría alterar el reemplazo de la flota envejecida de CF-18, algunos con más de 40 años de servicio.
El contrato, finalizado en enero de 2023, compromete fondos para los primeros 16 aviones, pero permite una reevaluación del resto en función de factores como costos aumentados y dependencias estratégicas. Funcionarios de defensa canadienses han argumentado en la revisión que mantener el pedido completo con los F-35A evita gastos adicionales en entrenamiento, suministros y mantenimiento que surgirían al incorporar un segundo tipo de aeronave de un proveedor europeo.
Datos importantes sobre costos y beneficios del programa F-35A
- Costo total estimado en al menos $27.700 millones canadienses, un 45% mayor que proyecciones iniciales.
- Podría ser de 33.200 millones si se consideran fluctuaciones cambiarias y gastos en instalaciones.
- Contribuye con más de $425 millones canadienses anuales a la economía nacional.
- Crea alrededor de 3.300 empleos al año a través de la cadena de suministro y mantenimiento.
Revisión analiza dependencia estratégica y alternativas europeas para flota
Esta posición se basa en la integración extensa de las fuerzas armadas canadienses con sus contrapartes estadounidenses, lo que facilita operaciones conjuntas. No obstante, el primer ministro Carney ha expresado que Canadá depende en exceso de Estados Unidos para su seguridad, un punto que causó el proceso de diversificación en el gasto de defensa durante discusiones en la cumbre de la OTAN en Países Bajos en junio de 2025.
Allí, Carney discutió con líderes europeos sobre posibles adquisiciones de aviones de caza y submarinos, aunque sin compromisos específicos. La revisión, que se extendió más allá del verano debido a análisis detallados, incorpora evaluaciones de expertos como Philippe Lagasse, profesor de la Universidad Carleton especializado en adquisiciones, quien ha indicado que dividir el pedido entre F-35A y otro modelo incrementaría los costos operativos de manera significativa.
Los costos de la adquisición han tenido un incremento notable, según un informe del auditor general de Canadá publicado en junio de 2025, que estima el total en al menos $27.700 millones canadienses, un 45% mayor que las proyecciones iniciales, y podría ser de 33.200 millones si se consideran fluctuaciones cambiarias y gastos en instalaciones.
Este informe también indica una escasez de pilotos capacitados y bases adecuadas, lo que podría impedir la implementación oportuna del programa. La ministra de Defensa Anita Anand, en declaraciones previas, había afirmado que los F-35A constituyen la aeronave más avanzada disponible y contribuirían con más de $425 millones canadienses anuales a la economía nacional, además de crear alrededor de 3.300 empleos al año a través de la cadena de suministro y mantenimiento.
Disputas comerciales afectan evaluación de proveedores y riesgos logísticos
Sin embargo, la revisión actual combina estos datos con el contexto de aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos a importaciones canadienses y mexicanas, lo que ha incrementado las preocupaciones sobre la fiabilidad de proveedores estadounidenses. El director ejecutivo de Bombardier, Eric Martel, ha expresado preocupación por posibles represalias de Washington contra contratos de esa empresa en territorio estadounidense si se cancela el acuerdo, e indica la interconexión del sector aeroespacial norteamericano.
Entre las alternativas consideradas se incluye el Gripen de fabricación sueca, que Ottawa evaluó en procesos previos, pero descartó inicialmente y seleccionó a Lockheed Martin. Fuentes del ministerio de Defensa han indicado que optar por un segundo tipo de aeronave haría más difícil la logística, ya que requeriría infraestructuras paralelas y entrenamiento diferenciado para los pilotos de la Real Fuerza Aérea Canadiense.
A pesar de ello, la revisión ha examinado opciones europeas para reducir riesgos de dependencia, especialmente tras observaciones de que países como España han optado por alternativas fabricadas en Europa, como el Eurofighter, en lugar de los F-35A. En este escenario, la advertencia estadounidense se refiere a las implicaciones para el Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica, donde la compatibilidad de los sistemas es esencial para la vigilancia y respuesta aérea compartida.
Washington ha comunicado que una cancelación podría causar “consecuencias serias” en términos de cooperación bilateral, aunque sin especificar detalles públicos. Esta advertencia ocurre en un contexto donde Canadá ha extendido repetidamente la vida útil de sus CF-18, adquiridos en la década de 1980, para satisfacer necesidades operativas mientras se resuelve el reemplazo.
Impacto económico amplio y desafíos en reclutamiento en la decisión final
La revisión también analiza el impacto económico más amplio, ya que el programa F-35A incluye a empresas canadienses en la cadena de producción global de Lockheed Martin. Canadá participó en el desarrollo del avión desde sus etapas iniciales como socio del programa Joint Strike Fighter, lo que proporciona acceso a tecnologías avanzadas y contratos industriales valorados en miles de millones.
Sin embargo, las disputas comerciales han causado que se cuestione si esta participación sigue siendo ventajosa, particularmente cuando Estados Unidos ha indicado posibles medidas coercitivas en otros ámbitos. El informe del auditor general indica que los retrasos en el programa, acumulados durante más de una década, han requerido inversiones adicionales en el mantenimiento de los CF-18, lo que ha aumentado los costos totales de modernización de la flota.
En paralelo, la Real Fuerza Aérea Canadiense tiene desafíos en reclutamiento, con una proyección de déficit de pilotos que podría limitar la operatividad de cualquier nueva aeronave, independientemente del modelo seleccionado. Las entidades involucradas incluyen al Gobierno federal y también a provincias con industrias aeroespaciales importantes, como Quebec, donde Bombardier opera y ha expresado preocupaciones por sus contratos en Estados Unidos.
Martel ha indicado que el sector aeroespacial integrado podría resultar afectado por disputas bilaterales, lo que podría causar pérdidas en empleos y exportaciones. Por su parte, el ministerio de Defensa ha confirmado su compromiso con una flota moderna de aviones de caza, sin confirmar cambios en el pedido actual. La decisión final, esperada en los próximos días, considerará estos factores con las obligaciones de Canadá en la OTAN, donde la interoperabilidad con aliados como Estados Unidos es importante para misiones colectivas.
En este marco, la revisión ha recopilado datos de múltiples evaluaciones para presentar una recomendación unificada, con el fin de evitar divisiones que generen ineficiencias logísticas. De esta forma, en el contexto de presiones externas que determinan la situación de defensa norteamericano.