La Fuerza Aérea estadounidense anunció la llegada del segundo B-21 Raider a Edwards. Esta llegada permite el avance en integración de armas y sistemas para reemplazar B-1 y B-2 en operaciones de largo alcance.
Llegada del segundo avión de prueba acelera evaluaciones en Edwards
La Fuerza Aérea de Estados Unidos anunció la llegada del segundo avión de prueba B-21 Raider a la Base Aérea Edwards, en California, el 11 de septiembre de 2025, lo que permite avanzar hacia las fases de integración de armas y sistemas de misiones en el programa de este bombardero estratégico de penetración sigilosa, desarrollado para reemplazar a los modelos B-1 y B-2 en operaciones de largo alcance.
Este segundo aparato, que realizó su primer vuelo desde la Planta 42 de la Fuerza Aérea en Palmdale, California, durante varias horas antes de aterrizar en Edwards, amplía las capacidades de evaluación más allá de las verificaciones iniciales de rendimiento en vuelo. De este modo, se acelera el proceso para incorporar elementos clave como los sistemas de misión críticos y la integración de armamento, tanto convencional como nuclear.
El secretario de la Fuerza Aérea, Troy Meink, indicó que esta incorporación aumenta el progreso de la campaña de pruebas de vuelo, ya que facilita evaluaciones más rápidas de esos componentes, con el fin de respaldar la disuasión estratégica y la efectividad en combate que se prevé para el aparato.
El B-21 Raider, fabricado por Northrop Grumman bajo la supervisión de la Oficina de Capacidades Rápidas de la Fuerza Aérea, se configura como un bombardero de sexta generación con un diseño de ala volante que incorpora avances en materiales absorbentes de radar y una arquitectura de sistemas abiertos.
Características clave del bombardero B-21 Raider para operaciones estratégicas
- Alcance intercontinental sin reabastecimiento en vuelo.
- Capacidad para cargas útiles pesadas en bahías internas que preservan el sigilo.
- Redes avanzadas que integran sensores, datos y armas de forma eficiente.
- Diseño dual para armamento convencional y nuclear, incluidos bombas de gravedad y misiles de crucero.
Programa de producción y pruebas avanza según lo previsto
Esta configuración modular permite la inserción rápida de tecnologías maduras, lo que permite que el avión conserve su efectividad frente a la evolución de amenazas a lo largo del tiempo. El aparato cuenta con un alcance intercontinental sin reabastecimiento en vuelo, capacidad para cargas útiles pesadas en bahías internas que preservan el sigilo, y redes avanzadas que integran sensores, datos y armas de forma eficiente.
Así pues, el bombardero puede operar en entornos de alta contienda. El bombardero penetra defensas antiaéreas integradas. El bombardero mantiene la persistencia en espacios hostiles para ejecutar golpes de precisión en cualquier punto del globo. El programa, que se encuentra en la fase de producción inicial a bajo ritmo, prevé la fabricación de al menos 100 unidades, con un costo estimado para el año fiscal 2026 de $10.290,3 millones, distribuidos entre fondos obligatorios y discrecionales.
Los aviones de prueba se construyen en la misma línea de montaje que los de producción, con el mismo personal y herramientas, lo que hace que sean representativos de las versiones operativas finales. El general Thomas A. Bussiere, comandante del Mando Aéreo Estratégico Global, subrayó en su testimonio ante el Comité de Servicios Armados del Senado que el B-21 constituye el sistema de armas con el mayor nivel de refinamiento construido hasta ahora, con énfasis en la sostenibilidad desde la fase de diseño, lo que ha permitido adelantos en aspectos como los datos técnicos y la preparación de materiales.
Las pruebas de vuelo se llevan a cabo en las instalaciones de Northrop Grumman en la Base Aérea Edwards, e incluyen evaluaciones en tierra, rodaje y operaciones aéreas. El programa avanza según lo previsto, con entregas a bases operativas programadas para mediados de la década de 2020. Ellsworth, en Dakota del Sur, se establece como la primera base operativa principal y unidad de entrenamiento formal, seguida por Whiteman, en Misuri, y Dyess, en Texas, donde se recibirán aviones a medida que estén disponibles.
Integración en tríada nuclear para disuasión estratégica futura
Para el año fiscal 2026, se iniciarán proyectos extensos de construcción militar en estas tres instalaciones, con avances ya notables en Ellsworth con el objetivo de lograr la preparación operativa. El jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, general David Allvin, señaló que la presencia de múltiples aviones de prueba en Edwards permite a los mantenedores adquirir experiencia práctica en operaciones simultáneas de sostenimiento, lo que incluye el uso de herramientas de mantenimiento, datos técnicos y procesos logísticos destinados a las escuadras futuras.
El B-21 se integra en la tríada nuclear estadounidense al proporcionar una capacidad disuasoria visible y flexible, con certificación nuclear prevista lo antes posible, no más tarde de dos años después de la capacidad operativa inicial. Su diseño dual permite emplear tanto armamento convencional como nuclear, incluidos bombas de gravedad y misiles de crucero de largo alcance, lo que aumenta la efectividad en operaciones conjuntas.
El coronel Tom Tauer, comandante del Ala de Pruebas 412 en Edwards, destacó que la base alberga evaluaciones de todos los bombarderos del inventario. De esta forma, el programa moderniza la flota de bombarderos y también mejora la interoperabilidad conjunta en escenarios de amenaza avanzada. Andrew Hunter, subsecretario de la Fuerza Aérea para Adquisiciones, Tecnología y Logística, declaró ante el Comité de Servicios Armados del Senado que el programa de pruebas de vuelo progresa adecuadamente y cumple con los plazos, lo que facilita el aprendizaje sobre las características únicas del avión.
La colaboración de alto nivel entre personal militar, expertos civiles, el Octavo Ejército Aéreo, la Oficina de Capacidades Rápidas y Northrop Grumman ha contribuido a que el programa alcance niveles superiores a los esperados en sostenibilidad y mantenimiento, con recubrimientos sigilosos más duraderos y procesos de fabricación que reducen costos a largo plazo. El aparato, ligeramente más pequeño que el B-2, pero con refinamientos en la configuración de entradas de motores y ventanas de cabina, ofrece una firma radar reducida que lo hace casi indetectable.
Modernización nuclear y el B-21 en disuasión
Esta característica, combinada con su capacidad para persistir en aire enemigo, permite que pueda debilitar la capacidad de un adversario para sostener un conflicto mediante golpes a objetivos estratégicos. En el contexto de la modernización nuclear estratégica, el B-21 constituye un componente principal, con esfuerzos concurrentes en pruebas, preparación de sostenimiento e inversiones en infraestructura.
El general Allvin destacó que estos avances indican la dedicación de la Fuerza Aérea con capacidades de alto nivel para disuadir y neutralizar amenazas futuras. El programa, que inició con la presentación formal del primer aparato en diciembre de 2022 en Palmdale, continúa con la meta de integrar el bombardero en la fuerza futura junto a 76 B-52J modernizados, lo que proporciona una combinación de sigilo y volumen de fuego escalable.