El presidente francés, Emmanuel Macron, reconoció un Estado palestino durante su intervención en la Asamblea general de la ONU en Nueva York. Esta decisión generó una fuerte indignación entre los franco-israelíes, quienes la consideraron exasperante e incomprensible. Macron justificó la medida como un paso necesario para fomentar la paz en la región. Sin embargo, muchos franco-israelíes interpretaron el gesto como una recompensa al terrorismo, especialmente tras los eventos de octubre de 2023.
Nitay Kimron, de 40 años y residente en Israel desde hace 21 años, expresó su profunda decepción. Él dirigió la campaña de Macron en Israel, pero ahora siente vergüenza y enojo por la decisión. Kimron argumentó que el reconocimiento habría resultado aceptable en otro contexto. No obstante, en las circunstancias actuales, después del ataque liderado por Hamás que desató la guerra en Gaza, el gesto equivale a un premio por actos terroristas.
Antes del anuncio oficial, Kimron calificó la medida de ilógica y oportunista. Él atribuyó la decisión a un intento de Macron por recuperar apoyo político en Francia. Dado que el presidente perdió respaldo interno, busca atraer votos de la izquierda, que muestra una postura pro-palestina. Por esa razón, Kimron la describió como una maniobra política carente de inteligencia estratégica.
Chaim, un hombre de 61 años que trabaja en el sector espacial y prefirió omitir su apellido, compartió una visión similar. Él vinculó la decisión de Francia con consideraciones domésticas en ese país y en Gran Bretaña. Además, notó que el reconocimiento se produjo en medio de una ola de países occidentales que adoptaron posturas semejantes. Chaim la tildó de desastre absoluto, impulsado por pensamientos a corto plazo.
Muchos franco-israelíes perciben que los líderes occidentales ignoran las implicaciones profundas de tales acciones. Israel enfrenta una intensa presión internacional debido a su ofensiva en Gaza, que causó una severa crisis humanitaria en el territorio. Esta guerra surgió del ataque de Hamás en 2023, cuando capturaron 251 rehenes. Actualmente, los terroristas palestinos retienen 47 de ellos, junto con el cuerpo de un soldado muerto en la guerra de 2014.
Isaac, un ingeniero civil de 32 años, manifestó su desconcierto ante el razonamiento francés. Él afirmó que el reconocimiento no liberará rehenes ni mejorará la situación en Gaza. Tampoco detendrá la guerra en curso. En cambio, Isaac lo interpretó como un incentivo al terror, ya que Hamás celebra tales gestos. Según él, los terroristas dirán que obtuvieron concesiones a cambio de ataques contra judíos.
Esta perspectiva resalta cómo el reconocimiento fomenta más violencia, odio y derramamiento de sangre. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, denunció el movimiento global hacia el reconocimiento palestino como absurdo. Él alegó que tales pasos ponen en peligro la existencia misma de Israel. De manera similar, el presidente estadounidense Donald Trump criticó la medida de los aliados de Washington antes del anuncio de Macron.
Trump la describió como una recompensa directa a Hamás por sus acciones. Las reacciones de los franco-israelíes revelan una brecha creciente, donde las decisiones diplomáticas chocan con las realidades locales. En última instancia, el debate expone tensiones entre la búsqueda de paz y la percepción de justicia en la región.
