Israel dice que las denuncias de maltrato a Greta Thunberg y otros miembros de la flotilla Global Sumud son “mentiras descaradas”, pero un ministro del gobierno a cargo de las prisiones dice que está orgulloso de que estén siendo tratados como terroristas.
“Todos los derechos legales de los detenidos se respetan plenamente”, escribe el Ministerio de Relaciones Exteriores en X.
La organización de asistencia legal Adalah afirmó el sábado que numerosos activistas han denunciado haber sido maltratados, algunos dicen que se les negó comida y agua y otros informan que han sido maltratados por las fuerzas del orden israelíes. Según los informes, Thunberg, una conocida activista climática, ha sufrido chinches durante su detención.
El Ministerio de Relaciones Exteriores señala que Thunberg y otros han rechazado la deportación, a pesar de las afirmaciones.
“Curiosamente, la propia Greta y otros detenidos se negaron a acelerar su deportación e insistieron en prolongar su estadía bajo custodia”, escribe. “Greta tampoco se quejó ante las autoridades israelíes sobre ninguna de estas acusaciones ridículas e infundadas, porque nunca ocurrieron”.
Sin embargo, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, dice que está “orgulloso” de las duras condiciones a las que están sometidos los activistas en la prisión donde están recluidos.
“Fui a visitar la prisión de Ketziot y me enorgulleció que estemos tratando a los ‘activistas de la flotilla’ como partidarios del terrorismo, quien apoya el terrorismo es un terrorista y merece las condiciones de los terroristas.. Vale la pena que experimenten las condiciones en la prisión de Ketziot y lo piensen dos veces antes de volver a acercarse a Israel. Así es como funciona”, dice.
Según los informes, Thunberg se ha reunido con funcionarios de la embajada sueca, aunque aún no se ha reunido con un abogado, según Adalah, que representa a los activistas de la flotilla en los procedimientos legales para facilitar su deportación de Israel.
Ben Gvir, un ministro , insiste en que la flotilla no tenía ayuda para Gaza a pesar de sus afirmaciones.
“Estuve allí, en sus barcos, no vi ayuda y no vi ayuda humanitaria. Vi una Materna [fórmula para bebés] y toda una fiesta salvaje de personas que se disfrazaban de activistas de derechos humanos, pero que en la práctica vinieron a apoyar el terrorismo y a celebrar [a nuestra costa]”, dice Ben Gvir.