El jefe de comunicaciones confirmó que las defensas enfrentan dificultades aumentadas para interceptar misiles balísticos rusos Iskander mejorados.
Declaración de Yuri Ignat sobre desafíos en defensas antiaéreas ucranianas
El jefe de comunicaciones del Comando de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yuri Ignat, confirmó en una transmisión televisiva nacional que las defensas antiaéreas ucranianas enfrentan dificultades aumentadas para interceptar misiles balísticos rusos, en particular los Iskander-M, debido a mejoras que permiten trayectorias cuasibalísticas con oscilaciones cuando el misil se acerca al objetivo. Ignat precisó que estos cambios complican el funcionamiento de los sistemas Patriot, los cuales operan en modo automático para derribar misiles balísticos.
Ya que resulta más arduo calcular el punto exacto donde el misil interceptor impactará o detonará cerca del proyectil enemigo. La declaración surgió en el contexto de ataques recientes que fuerzas rusas perpetraron contra ciudades ucranianas, incluidos Kiev, donde se registraron impactos que afectaron infraestructuras civiles y militares. Rusia aplicó estas modificaciones a sus misiles Iskander-M y Kinzhal, lo que redujo la efectividad de las intercepciones ucranianas, según evaluaciones de inteligencia occidental y estadounidense.
Las fuerzas rusas modernizaron los misiles Iskander-M, un sistema de lanzamiento terrestre de corto alcance, porque incorporaron sistemas de señuelos de radar que se activan al aproximarse al objetivo, lo cual interfiere con los radares de defensa y reduce la precisión de los interceptores. Estos proyectiles, capaces de alcanzar velocidades hipersónicas en la fase terminal, ahora siguen trayectorias cuasibalísticas que incluyen maniobras evasivas, en lugar de arcos predecibles.
Lo que requiere que los sistemas de defensa recalculen de forma constante la posición del misil entrante. Ignat explicó que, en un ataque masivo contra Kiev registrado el 24 de mayo, las defensas ucranianas lograron derribar seis de nueve misiles balísticos lanzados, entre ellos Iskander-M y los norcoreanos KN-23, lo que representa una tasa de intercepción del 67 por ciento en esa ocasión específica.
Estadísticas clave de intercepciones en ataques específicos
- Tasa de intercepción del 67 por ciento en ataque del 24 de mayo contra Kiev.
- Disminución desde el 37 por ciento en agosto hasta el 6 por ciento en septiembre.
- Uno de siete misiles balísticos derribado en ataque del 28 de junio.
- Siete de trece proyectiles interceptados en asalto del 9 de julio.
Mejoras rusas en misiles Iskander-M y sus impactos en defensas
Sin embargo, en periodos subsiguientes, las tasas generales de intercepción de misiles balísticos rusos disminuyeron de forma marcada, desde el 37 por ciento en agosto hasta el 6 por ciento en septiembre, según informes de inteligencia occidental citados por medios especializados. Esta disminución se atribuye directamente a las actualizaciones rusas, que permiten a los misiles alterar su curso de manera abrupta o realizar inmersiones terminales, porque evaden los algoritmos de predicción de los Patriot.
Los misiles Kinzhal, lanzados desde aviones como el MiG-31, comparten similitudes con los Iskander-M, ya que derivan de la misma base tecnológica, y también recibieron mejoras que les permiten maniobras en vuelo para confundir a los interceptores. La Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos, en un informe elaborado entre abril y junio, concluyó que las fuerzas ucranianas tuvieron problemas para emplear de forma consistente los sistemas Patriot contra estos misiles balísticos mejorados.
Debido a tácticas rusas que incluyen cambios de trayectoria y maniobras en lugar de rutas balísticas tradicionales. En un ataque del 28 de junio, por ejemplo, las defensas ucranianas derribaron solo uno de siete misiles balísticos, mientras que en otro asalto masivo el 9 de julio, el mayor desde el inicio de la guerra, interceptaron o neutralizaron siete de trece proyectiles.
Ignat subrayó que, cuando los misiles balísticos se aproximan desde direcciones múltiples, un solo sistema no puede detectarlos todos, lo que requiere el despliegue de varios radares y baterías para cubrir una ciudad como Kiev desde ángulos variados. Esta dispersión reduce los recursos de defensa antiaérea ucranianos, que dependen en gran medida de los Patriot suministrados por aliados occidentales.
Colaboraciones y adaptaciones en misiles balísticos norcoreanos
Las mejoras rusas no se limitan a los Iskander-M; los misiles KN-23, suministrados por Corea del Norte y similares en diseño externo al Iskander-M, incorporan maniobras de “tirón hacia arriba” en la fase terminal para complicar las intercepciones. El teniente general Kyrylo Budanov, jefe de la Dirección de Inteligencia de Defensa de Ucrania, indicó que Rusia colaboró con norcoreanos para potenciar la precisión de estos misiles.
Mejoras que podrían extenderse a otros proyectiles balísticos. Ignat afirmó que estas actualizaciones complican el trabajo de las defensas, pero no lo imposibilitan, y señaló que los aliados ucranianos trabajan en soluciones para perfeccionar los sistemas Patriot. Los Iskander-M, operativos desde principios de la década de 2000, siempre contaron con capacidades de maniobra y señuelos.
Pero las fuerzas rusas ampliaron su uso o desarrollaron versiones mejoradas en respuesta al despliegue de Patriot en Ucrania. Un físico estadounidense, John Ridge, cuestionó algunas afirmaciones de Ignat, porque argumentó que el Iskander-M fue aeroballístico desde su entrada en servicio hace dos décadas, aunque reconoció fallos en intercepciones recientes.
Las fuerzas ucranianas registraron éxitos previos contra estos misiles; tras recibir los Patriot, derribaron varios Kinzhal e Iskander-M, pero las modernizaciones rusas revirtieron parte de esa capacidad. Sistemas como NASAMS e IRIS-T, también en uso en Ucrania, no resultan efectivos contra objetivos balísticos, lo que deja a los Patriot como principal sistema de defensa.
Evolución de la guerra y tácticas de ambos bandos en ataques
En un ataque del 6 de abril, por instancia, solo uno de seis misiles balísticos fue interceptado, según Ignat. Los informes de inteligencia destacan que la guerra prolongado permite a ambos bandos aprender y adaptar sus tácticas, porque Rusia utiliza oportunidades para recabar datos sobre los Patriot y desarrollar contramedidas.
Ucrania, que al inicio de la guerra contaba con sistemas S-300V1 de era soviética con cierta capacidad antibalística, vio mermadas sus reservas de interceptores tras años de combates. Las fuerzas rusas emplearon los Iskander-M en ataques sistemáticos contra objetivos en toda Ucrania, que incluyen instalaciones energéticas y militares en ciudades como Lutsk, Ternopil y Lviv.
En un asalto nocturno del 6 de junio, estos misiles impactaron en Kiev, porque dañaron gasolineras, el metro, vias ferroviarias y la central termoeléctrica Darnitskaya, una de las mayores del país. Las defensas ucranianas, pese a las dificultades, neutralizaron 245 de 250 drones Shahed en un ataque masivo del 24 de mayo, lo que demuestra efectividad contra amenazas de menor velocidad.
Rusia combinó estos misiles con otros proyectiles como Kalibr y X-101, lanzados desde bombarderos Tu-95MS, para sobrecargar las defensas. Ignat mencionó que los drones Shahed ahora incluyen sistemas de navegación satelital mejorados, lo que dificulta su disrupción. Las evaluaciones indican que Rusia probó estas mejoras en ataques reales, como los registrados en junio y julio, donde los misiles demostraron mayor resistencia a las intercepciones.
Ucrania destruyó objetivos rusos relacionados, como depósitos de combustible en Engels y lanzadores Iskander antes de su activación, aunque estos misiles siguen como difíciles de detectar e interceptar por su velocidad supersónica y trayectoria empinada. Las fuerzas ucranianas continúan al adaptarse, porque aliados trabajan en actualizaciones para los Patriot. Aunque el informe de inspectores generales estadounidenses no detalla respuestas específicas a estas evoluciones rusas.