El ministro de Relaciones Exteriores israelí, Gideon Sa’ar, afirma que la “presión militar máxima” de Israel sobre Hamás permitió al presidente estadounidense Donald Trump construir la influencia necesaria para lograr un acuerdo que repatría a los rehenes restantes de Gaza. El ataque fallido contra líderes de Hamás en Doha el mes pasado contribuyó a ese esfuerzo. Sa’ar declara a la emisora Kan que sin esa presión militar y la diplomacia de Trump, el pacto probablemente no se habría concretado.
Sa’ar señala que Trump “construyó una coalición de estados árabes y musulmanes que completaron la presión diplomática” y que dejó a Hamás sin alternativas. Cuando el entrevistador menciona que el ataque en Doha también influyó, el ministro responde que “ayudó a crear esa misma presión”, aunque no ofrece detalles. Ese operativo, que no eliminó a sus objetivos, interrumpió las negociaciones hasta que el primer ministro Benjamin Netanyahu se disculpó con su homólogo qatarí.
El ministro rechaza las afirmaciones de que el acuerdo se pudo lograr antes. Durante dos años, Hamás mantuvo la exigencia de que Israel se retire de toda la Franja de Gaza para liberar rehenes. Sa’ar insiste en que la presión militar continua demostró que la organización tiene un “punto de ruptura”, una lección que califica de muy importante. Afirma que no existe un enemigo sin un límite de resistencia.
Sobre el cumplimiento de la segunda fase del acuerdo, que exige el desarme de Hamás y la desmilitarización de Gaza, Sa’ar indica que Israel cuenta con “un garante muy fuerte: un plan estadounidense con consenso internacional”. El ministro expresa el deseo de que el plan tenga éxito y subraya que “hay condiciones incorporadas en él”. Israel espera que todas las partes respeten el acuerdo de forma plena.