España rechazó adquirir aviones F-35, porque seleccionó opciones europeas. Esta acción se saldó con evaluaciones negativas de Trump y sugerencias de salida de la OTAN por gasto insuficiente en defensa.
Decisión española de excluir F-35 y seleccionar alternativas
El Gobierno español descartó la adquisición de los aviones de caza F-35 fabricados por la empresa estadounidense Lockheed Martin, una decisión que produjo desacuerdos con Estados Unidos. Esta decisión se saldó con que el presidente Donald Trump sugiriera la salida de España de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), según declaraciones del mandatario en una rueda de prensa que ocurrió en Washington el 9 de octubre de 2025.
Fuentes del ministerio de Defensa confirmaron el 6 de agosto de 2025 que la opción estadounidense quedó excluida porque se favorecieron alternativas europeas, como el Eurofighter o el futuro Sistema de Combate Aéreo Futuro (FCAS), para mantener el control tecnológico y contribuir a la industria continental. Esta acción ocurrió en un contexto donde España mantiene su compromiso de elevar el gasto de defensa al 2% del PIB para 2030, pero rechaza el objetivo del 5% que promueve Trump.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, reiteró el 20 de agosto de 2025 que España cumplirá sus obligaciones con la OTAN, aunque seleccionará inversiones en submarinos y buques, como las fragatas F-110, en lugar de los F-35. Esta posición se adoptó después de que se evaluara el alto coste de cada unidad, estimado entre 90 y 130 millones de euros, y las restricciones impuestas por Estados Unidos en el acceso a componentes críticos del avión.
Las restricciones incluyen limitaciones en el mantenimiento y posibles vetos al uso en conflictos específicos. El Gobierno optó por fortalecer programas europeos existentes, como el Eurofighter, del que España ya opera 70 unidades y planea adquirir más para sustituir a los F-18 envejecidos, junto con el desarrollo del FCAS en colaboración con Francia y Alemania, un proyecto que involucra a empresas como Airbus, Dassault Aviation e Indra, y que busca un avión de sexta generación para 2040.
Datos clave sobre gasto en defensa y programas de aviones en OTAN
- Datos de la OTAN indican que España destinó menos del 1,2% de su PIB a defensa en 2023.
- España ha incrementado su presupuesto en un 9% anual desde 2022 para llegar al 2% acordado en 2014.
- El Eurofighter suma 590 unidades pedidas en cinco países, superando las 550 del F-35 en 14 naciones.
- España ha destinado 7.240 millones de euros en su presupuesto de defensa de 2023 para aviones de combate avanzados.
Efectos en capacidades militares españolas por rechazo a F-35
Durante la cumbre de la OTAN en La Haya en junio de 2025, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se separó del compromiso colectivo de alcanzar el 5% del PIB en gasto militar en una década. Esta separación se saldó con evaluaciones negativas directas de Trump, quien describió la posición española como “terrible” y mencionó posibles medidas comerciales negativas.
Trump asoció esta reticencia al rechazo al F-35, un avión de quinta generación utilizado por 19 países aliados, incluidos Estados Unidos, Italia y Japón, y argumentó que la decisión española reduce la compatibilidad de la alianza. La Armada española perderá su capacidad de aviación embarcada fija con la retirada de los AV-8B Harrier prevista para 2030, ya que el F-35B, la versión de despegue vertical, era la única opción viable para operar desde el buque Juan Carlos I.
Fuentes militares indicaron que, sin esta adquisición, el buque se limitará a helicópteros. Esta limitación influye en los compromisos de España en la Fuerza de Respuesta Rápida de la OTAN y en operaciones anfibias. No obstante, el ministerio de Defensa examina alternativas como el futuro Rafale F-5 francés, aunque selecciona el Eurofighter para el Ejército del Aire, que necesita reemplazar 48 F-18 entre 2025 y 2030.
El rechazo al F-35 se incluye en una directriz europea que fomenta la independencia estratégica en defensa, incompatible con la dependencia de tecnologías estadounidenses. Lockheed Martin propuso fabricar las unidades en Italia para considerarlas europeas, pero el Gobierno español mantuvo su posición, afectada por el aumento unilateral de precios que se saldó con protestas en países como Suiza.
Declaraciones de Trump sobre salida y negociaciones españolas con OTAN por diferencias
En paralelo, España evalúa opciones como el KAAN turco, un avión de quinta generación desarrollado por Turquía, que examina la decisión española después de su propia exclusión del programa F-35 por la adquisición de sistemas rusos S-400. Trump, en su declaración del 9 de octubre, asoció la posible salida de España con sus lazos comerciales con China y el bajo gasto en defensa, aunque la OTAN no prevé mecanismos automáticos para excluir miembros, ya que requiere consenso unánime.
El senador estadounidense John Kennedy presentó una resolución en julio de 2025 que insta a los 32 aliados a cumplir el 5%, y criticó específicamente a España en un artículo publicado en Newsweek. La ministra Robles destacó que España participa en misiones de la OTAN, como el envío del 90% de vehículos tácticos por ferrocarril para ejercicios conjuntos, y mantiene acuerdos con la alianza pese a las diferencias presupuestarias.
El programa FCAS, valorado en miles de millones de euros, enfrenta disputas entre los socios, porque Francia busca producir el 80% localmente. Esta búsqueda produce tensiones con Alemania y España. Indra, como socio español, integra sistemas electrónicos en el proyecto, que aspira a unificar capacidades furtivas y de inteligencia artificial. Mientras tanto, el Eurofighter, producido por un consorcio europeo con participación española del 13%.
España redirigió fondos hacia programas navales y aéreos europeos. La decisión influye en la posición estratégica en la OTAN, donde el F-35 funciona como equipo común para misiones conjuntas, aunque países como Portugal y Noruega pausaron pedidos por problemas de software y mantenimiento. Marruecos, no miembro de la OTAN, pero aliado de Estados Unidos, busca adquirir F-35, lo que podría modificar equilibrios regionales.
El Gobierno español negocia con la OTAN un acuerdo intermedio, después de la reunión de Sánchez con el secretario general Mark Rutte en junio de 2025, para ajustar el 2% con las demandas de mayor inversión. Robles subrayó que, incluso sin aprobación de nuevos presupuestos, España procederá en sus objetivos de capacidades militares, que incluyen modernizaciones en submarinos S-80 y buques anfibios. La alianza atlántica, con 32 miembros desde la adhesión de Suecia en 2024, selecciona la cohesión pese a las evaluaciones negativas de Trump, quien durante su primer mandato ya examinó contribuciones de aliados europeos.