El primer F-35A Lightning II de Bélgica destinado a permanecer de forma permanente en el país aterrizó hoy en la Base Aérea de Florennes, hecho que representa un hito fundamental en la transición nacional hacia la aviación de quinta generación. La ceremonia de recepción, organizada por la Fuerza Aérea belga y con la presencia de delegados de Lockheed Martin, marcó la incorporación oficial del nuevo caza a las operaciones aéreas del país.
Según informó VRT News, cuatro F-35A belgas partieron la semana pasada desde Fort Worth, Texas, donde Lockheed Martin fabrica el avión, rumbo a Bélgica en un vuelo transatlántico. Durante la travesía efectuaron una maniobra de reabastecimiento en vuelo y posteriormente hicieron escala en Lajes, Azores. Tres de las aeronaves prosiguieron hasta Bélgica, mientras que una cuarta, identificada como FL011, permaneció en tierra debido a lo que el ministerio de Defensa belga calificó como “una incertidumbre técnica respecto a sus condiciones de vuelo”.
El ministerio de Defensa transmitió en directo por YouTube la llegada de los primeros F-35 al país.
En una conferencia de prensa, el general de división Geert De Decker, comandante de la Fuerza Aérea belga, señaló que la decisión se adoptó en consonancia con la sólida cultura de seguridad de la institución. “Cuando hay duda, no hay duda”, declaró.
Los cazas que aterrizaron hoy en Florennes no son los primeros de la flota belga. Ocho F-35 con insignias de la Fuerza Aérea de Bélgica se encuentran desde diciembre de 2024 en la Base Aérea Luke, en Arizona, donde se desarrollan los programas de formación de pilotos y personal técnico de los operadores internacionales del F-35. Los aviadores belgas realizarán allí su instrucción inicial antes de su traslado a Europa.
“Junto con nuestros aliados de la OTAN y de Europa estamos levantando un muro de F-35, un escudo formado por más de setecientas aeronaves que protegen los cielos europeos”, declaró el general Frederik Vansina, jefe de Defensa de las Fuerzas Armadas belgas. “Ese muro no representa agresión, sino determinación. Afirma con claridad que los cielos de Europa pertenecen a quienes defienden la libertad, no a quienes pretenden destruirla”.
“El F-35 devuelve a Bélgica su posición entre las principales fuerzas aéreas del mundo, dotada de la tecnología más avanzada e integrada en un entorno multinacional e interconectado”, afirmó el general De Decker. “Con el F-35, Bélgica incorpora un caza de quinta generación, una plataforma aérea de combate capaz de ejecutar diversas misiones en una sola salida”.
“El F-35 demuestra el poder de la aviación aliada y ofrece una ventaja decisiva a todos sus operadores. Como se ha comprobado en recientes operaciones en el flanco oriental de Europa, esta aeronave marca la diferencia en la disuasión y la defensa de la OTAN”, señaló Greg Ulmer, presidente de Lockheed Martin Aeronautics. “Durante más de setenta años hemos mantenido con orgullo nuestra cooperación con Bélgica para fortalecer su seguridad nacional y su base industrial de defensa. Este logro constituye un paso decisivo que garantizará que la Fuerza Aérea belga mantenga su superioridad frente a las amenazas durante las próximas décadas”.
El F-35A sustituye a la veterana flota de F-16 Fighting Falcon, en servicio desde finales de la década de 1970. La transición supone un salto cualitativo de gran magnitud, al incorporar capacidades furtivas, fusión de sensores y guerra en red a las operaciones aéreas belgas y de la OTAN.
Con la incorporación de las aeronaves ya entregadas en territorio belga, el país ha recibido once de los treinta y cuatro F-35A previstos. En julio de 2025, el Gobierno de Bélgica anunció su intención de adquirir once unidades adicionales, con lo que la flota total ascenderá a cuarenta y cinco cazas. La Base Aérea de Florennes, antigua sede del Programa TLP de la OTAN, acogerá el primer escuadrón operativo, al que posteriormente se sumará la Base Aérea de Kleine-Brogel.