Estados Unidos coordina con Israel la creación de una zona segura dentro de las áreas de Gaza bajo control de las Fuerzas de Defensa de Israel, destinada a proteger a los civiles palestinos que temen represalias de Hamás.
La medida forma parte de la respuesta de Washington ante las ejecuciones sumarias atribuidas a Hamás desde la entrada en vigor del alto el fuego de la semana pasada. Según reportes, las víctimas fueron palestinos pertenecientes a grupos rivales y personas acusadas de colaborar con Israel.
El presidente estadounidense, Donald Trump, inicialmente justificó las ejecuciones al afirmar que las víctimas eran miembros de “pandillas muy malas”. Posteriormente modificó su postura e informó que el asunto está bajo investigación.
El comandante de las fuerzas estadounidenses en Medio Oriente emitió una declaración en la que exigió a Hamás el cese de los ataques contra “civiles palestinos inocentes”, adoptando una posición más estricta que la de la Casa Blanca.
Durante una sesión informativa con periodistas, un asesor principal de Trump señaló que Estados Unidos trabaja con Israel para establecer un espacio dentro de la zona segura detrás de la Línea Amarilla, con el fin de ofrecer refugio a quienes se consideran amenazados.
La Línea Amarilla corresponde a la frontera interna de Gaza a la que las fuerzas israelíes se retiraron tras el alto el fuego, lo que redujo su control territorial al 53% de la Franja.
“Esto es en respuesta a los informes que hemos estado viendo de Hamás ejecutando a sus rivales”, declaró el asesor de Trump, quien destacó la disposición de Israel para cooperar con el proyecto.
Israel, según el mismo funcionario, está “haciendo un gran esfuerzo para tratar de abrazar, proteger y ayudar a aquellos que quieren vivir pacíficamente uno al lado del otro y que están renunciando a Hamás y quieren elegir un camino diferente”.
Hasta el momento, no se ha establecido un cronograma para la aplicación del plan, y las autoridades israelíes no han confirmado oficialmente su participación.