Un alto asesor del presidente Donald Trump reconoció que el proceso para aplicar la desmilitarización de Gaza representará una tarea compleja. Indicó que aún se evalúan las condiciones necesarias para garantizar seguridad a todas las partes involucradas.
“El proceso de definir cómo llegar allí de una manera en la que todos se sientan seguros está en marcha”, declaró el asesor durante una sesión informativa con periodistas. Afirmó que no resulta realista esperar una entrega inmediata de armas ni una aceptación total de las condiciones.
Según explicó, parte de la población dentro de Gaza, incluso algunos miembros de Hamás, teme represalias internas, lo que complica la dinámica política y de seguridad en la zona. Agregó que los mediadores árabes mantienen su intención de cooperar con Washington para establecer un mecanismo viable.
“El sentimiento de los mediadores árabes y de nosotros es que todavía quieren seguir trabajando juntos para encontrar una manera de hacerlo”, precisó. Añadió que el equipo estadounidense mantiene una coordinación estrecha con los mediadores regionales para lograr un resultado que satisfaga los objetivos de todas las partes.
El asesor indicó que los mediadores coincidieron en excluir del financiamiento de reconstrucción las áreas controladas por Hamás. Explicó que las zonas calificadas como “libres de Hamás y libres de terror” recibirán prioridad en las obras de reconstrucción, con la expectativa de que sirvan como modelo para el resto del enclave.
“Sabremos en las próximas semanas si se desarrolla el plan correcto” para llevar a cabo la desmilitarización de Gaza, manifestó. Añadió que una eventual reorganización de Hamás que implique una amenaza a largo plazo para Israel constituiría una violación del acuerdo, aunque aseguró que, por el momento, no se ha producido ninguna infracción.