Irán estuvo detrás de un ciberataque a un hospital israelí durante Yom Kippur que provocó la filtración de datos de pacientes, informó el miércoles la Dirección Nacional Cibernética de Israel.
En ese momento, las autoridades israelíes afirmaron que el ataque al Centro Médico Shamir, en la ciudad central de Beer Yaakov, había sido bloqueado en sus etapas iniciales y responsabilizaron a una organización de ciberdelincuencia de habla rusa. Esta organización, llamada Qilin, aparentemente exigió un rescate de 700.000 dólares a cambio de no divulgar los datos robados.
Sin embargo, el miércoles, la dirección afirmó que el ataque era un ejemplo destacado de una oleada de ciberataques respaldados por Irán contra empresas e instituciones gubernamentales israelíes. Según la agencia, en estos ataques los hackers obtienen acceso a nombres de usuario y contraseñas y los utilizan para infiltrarse en los sistemas.
Se produjeron al menos diez ciberataques de este tipo, según la dirección, que añadió que fueron detenidos con rapidez y eficacia. Los ataques parecen formar parte de un prolongado esfuerzo iraní para infiltrarse en instituciones y agencias gubernamentales israelíes mediante espionaje, reclutamiento de agentes y otros métodos encubiertos.
“Durante las últimas semanas, la Dirección Nacional Cibernética ha identificado una tendencia de ola de ciberataques contra empresas que prestan servicios informáticos a muchas compañías de la economía”, señaló el comunicado. El comunicado continuó: “Entre los organismos atacados en la ola de ataques iraníes se encontraba el Centro Médico Shamir (Assaf Harofeh), donde los atacantes intentaron interferir con las operaciones del hospital, sin éxito”.
Las autoridades israelíes reconocieron que se filtraron datos de pacientes durante el ataque. Sin embargo, Yosi Karadi, director de la dirección, elogió la labor del gobierno para bloquear a los piratas informáticos.
“Gracias a la cooperación, el rápido intercambio de información y la respuesta específica, los eventos se controlaron con rapidez y eficiencia, evitando daños mayores a la economía”, declaró. “En el caso del Centro Médico Shamir, más allá de la filtración de datos, el mero intento de dañar un hospital israelí significa que se ha cruzado una línea roja, lo que podría haber puesto en peligro vidas humanas”.
A principios de este año, los funcionarios cibernéticos advirtieron que los ataques de Irán y Hezbolá contra Israel se triplicaron desde el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, que desató la agotadora guerra en Gaza.
En mayo, Aviram Atzaba, jefe de cooperación internacional de la Dirección de Ciberseguridad, afirmó que se habían frustrado alrededor de 800 ataques importantes desde el inicio de la guerra. Entre los objetivos se encontraban organizaciones gubernamentales, infraestructura militar y civil.
Algunos ataques no pudieron ser prevenidos, incluidos incidentes anteriores contra hospitales en Haifa y Safed, donde se robaron datos de pacientes.
En enero, piratas informáticos iraníes lograron infiltrarse en los botones de pánico de unos 20 jardines de infancia israelíes, utilizando los altavoces de los sistemas para emitir sirenas de cohetes y canciones árabes que promovían el terrorismo.
