Si algo han demostrado los últimos días es que Hamás debe ser derrotado militarmente y que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, debe librarse de obstáculos para poder terminar el trabajo.
Netanyahu está siendo atacado por la izquierda y la derecha en Israel por aceptar el acuerdo de paz negociado por el presidente estadounidense Donald Trump. Hamás ha violado repetidamente los términos de la fase 2 del plan de paz. Nunca se pretendió que fuera tan amorfo como para permitir a Hamás hacer lo que le plazca, pero Israel se ve presionado y obligado a ceder en lugar de ocuparse de sus asuntos.
Mientras tanto, Hamás está masacrando a toda la oposición, lo que sería necesario para cambiar la trayectoria de la Franja de Gaza.
¿Y qué está haciendo Qatar, principal financista de Hamás? Su emir, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, acaba de difamar a Israel de la peor manera con acusaciones viles, exigiendo esencialmente la eliminación de Israel. Sin embargo, se supone que Qatar, Turquía y Egipto deben desarmar y eliminar a Hamás, junto con otros países árabes y musulmanes. Obviamente, no lo están haciendo.
Ahora tenemos una delegación en Israel que está presionando a Israel. Me baso en las filtraciones anónimas que leo en los medios de comunicación, que han sido colocadas allí. ¿Qué se supone que debe hacer Israel exactamente? ¿Suicidarse?
Eso no va a suceder.
Hablamos de acabar con Hamás, pero estamos presionando a Israel. Presionar a Israel no detendrá a Hamás. Lo que hay que hacer es presionar a Qatar, Turquía y Egipto, además de a Hamás. Dicho esto, esos países han demostrado que no tomarán medidas reales para detener a Hamás.
Hamás debe ser eliminado. No tienen infinitas oportunidades para cumplir. Nosotros no los eliminaremos. Solo Israel lo hará. Es hora de aceptar la realidad, dejar de presionar a Israel y dejar que terminen el trabajo. Por su bien y por el bien de Occidente y, sí, de los Estados árabes del Golfo que quieren eliminar a Hamás, pero no se atreven a decirlo.