Sikorsky informó una modernización del UH-60 Black Hawk para integrar sistemas no tripulados y un sistema de lanzamiento interno, con un contrato inicial de ingeniería por $43 millones y la presentación del demostrador S-70 U-Hawk en AUSA, para combinar refuerzos estructurales, arquitectura digital de misión y la habilitación de “efectos lanzados” desde la cabina.
Contrato de $43 millones y alcance: integración UAS y lanzamiento interno
Sikorsky comunicó una modernización del UH-60 Black Hawk para integrar sistemas aéreos no tripulados y un sistema de lanzamiento interno, dentro de un contrato inicial de ingeniería por $43 millones adjudicado por el Ejército de Estados Unidos entre el 20 y el 21 de agosto de 2025. La empresa también presentó el demostrador S-70 U-Hawk el 13 de octubre de 2025 durante la reunión anual de la Asociación del Ejército de Estados Unidos en Washington.
La iniciativa combina refuerzos estructurales, la incorporación de una arquitectura digital de gestión de misión y la habilitación para desplegar “efectos lanzados” desde el interior de la cabina. El contrato por $43 millones cubre trabajos de ingeniería y diseño dirigidos a preparar a la flota para nuevas funciones, con foco en el fortalecimiento del fuselaje y en una “espina dorsal digital” destinada a integrar sensores, enlaces de datos y control de sistemas no tripulados.
Las fuentes consultadas precisan que esta etapa no contempla producción en serie y que se orienta a madurar la solución y a validar interfaces comunes que faciliten futuras integraciones de equipos. El planteamiento se integra en un enfoque de integración federado, por el cual el Ejército incorporaría capacidades modulares en fases sobre plataformas existentes, con una capacidad operativa basada en arquitectura abierta a partir de 2026, sujeta a validación técnica y a decisiones presupuestarias.
Lockheed Martin y el Ejército han demostrado el empleo de efectos lanzados desde Black Hawk y trabajan para contar con esa capacidad operativa con arquitectura abierta. La información oficial remite a la validación de la integración mediante los ensayos previstos por el fabricante y al avance de la ingeniería financiada por el contrato inicial. Estas referencias sitúan el calendario en un tramo de pruebas y despliegues iniciales de corto plazo sobre la plataforma Black Hawk.
Puntos clave de capacidades y cronología verificables
- Contrato inicial de ingeniería por $43 millones adjudicado entre el 20 y el 21 de agosto de 2025.
- Presentación del demostrador S-70 U-Hawk el 13 de octubre de 2025 en AUSA, Washington.
- Capacidad para alojar y expulsar “efectos lanzados” mediante el sistema interno Quiver.
- Autodespliegue hasta 1.600 millas náuticas o hasta 14 horas de permanencia, según configuración.
U-Hawk sin tripulación: conversión, carga útil y sistema interno Quiver
Sikorsky exhibió el S-70 U-Hawk, una conversión de un UH-60L del Ejército a aeronave no tripulada de utilidad táctica. La empresa señaló que la transformación se completó en menos de un año y que el demostrador acredita la viabilidad industrial de convertir células existentes a una configuración autónoma con múltiples paquetes de misión. La eliminación de la cabina tripulada y la adopción de portones frontales tipo concha para carga liberan volumen útil y amplían el espacio de transporte.
El U-Hawk incorpora el sistema interno Quiver, concebido para alojar y expulsar “efectos lanzados” desde bastidores instalados en el interior de la cabina. El fabricante define estos efectos como vehículos aéreos no tripulados o municiones merodeadoras con funciones de reconocimiento, guerra electrónica o ataque, configurables según la misión. La propuesta busca que el helicóptero actúe como nodo para desplegar enjambres de plataformas menores y ampliar su alcance informativo o de impacto sin exponer el vector principal.
Según la información oficial, el U-Hawk conserva la célula S-70 e incorpora automatización de manejo y navegación para operar sin tripulación a bordo. La configuración declarada permite transportar hasta cuatro contenedores intermodales conjuntos de tamaño estandarizado, lo que duplica la capacidad frente a un Black Hawk con cabina. El sistema admite el traslado de módulos de misiles bajo supervisión logística, entre ellos una cápsula de seis cohetes de un sistema de artillería de alta movilidad.
La configuración también admite dos misiles antibuque de empleo naval, siempre conforme al perfil de misión y a las restricciones de seguridad aplicables. Directivos indicaron que las modificaciones aplicadas para transformar un Black Hawk tripulado en una plataforma autónoma pueden replicarse con rapidez y costos contenidos una vez superadas las pruebas. Medios especializados confirmaron que la aeronave exhibida procede de un UH-60L adquirido al Ejército y reconvertido para funciones de carga y despliegue de efectos.
Arquitectura digital, estructura reforzada y objetivos de alcance y permanencia
La arquitectura digital prevista para la flota tripulada modernizada y para el U-Hawk apunta a la compatibilidad con redes tácticas y con estaciones de control de uso extendido. El objetivo consiste en facilitar el mando y el intercambio de datos con unidades terrestres y aéreas. Este requisito forma parte de la “espina dorsal digital”, responsable de la fusión de sensores, del control de cargas útiles y de la gestión del lanzamiento y la eventual recuperación de efectos desde la aeronave nodriza.
La modernización contempla la resistencia estructural y la gestión de peso necesarias para sostener configuraciones de carga internas y externas sin sobrepasar los límites de la célula. El refuerzo de la estructura y la actualización de los sistemas eléctricos están diseñados para acomodar bastidores de lanzamiento y la alimentación de múltiples cargas útiles. En esta fase de ingeniería el fabricante no ha divulgado cifras detalladas de masa por configuración, aunque describe una redistribución favorable del volumen y del peso.
La conversión U-Hawk prescinde de la cabina y redistribuye ese volumen y peso a favor de la capacidad de carga modular y de la autonomía de misión. De acuerdo con la presentación corporativa, la aeronave no tripulada está concebida para realizar autodespliegues de largo alcance y perfiles de permanencia prolongada. Los parámetros de referencia declaran hasta 1.600 millas náuticas para autodespliegue o hasta 14 horas de permanencia, condicionados por la configuración de combustible y de carga.
La decisión del Ejército de financiar trabajos de ingeniería sobre la flota Black Hawk responde a una política de mantener la plataforma en servicio mediante mejoras incrementales mientras avanzan programas de nueva generación. Las publicaciones especializadas subrayan como prioridad inmediata la habilitación para lanzar y operar sistemas no tripulados desde el helicóptero, con la “espina dorsal digital” como vía para incorporar otros equipos de misión a medida que reciban certificación y alcancen la madurez requerida.
