Estas inquietudes se han visto alimentadas por varios días de intensificación de los ataques israelíes en el sur y el este del país, que han causado la muerte de más de una docena de personas, la mayoría de ellas integrantes de Hezbolá, de acuerdo con fuentes de seguridad libanesas.
El gobierno libanés teme que el bombardeo indique la intención de Israel de ampliar su campaña aérea, a pesar del alto el fuego acordado en noviembre de 2024 para poner fin a un año de guerra entre Israel y Hezbolá, organización respaldada por Irán.
Israel declaró que los objetivos atacados violaban los términos del alto el fuego.
Se prevé que Ortagus, enviada adjunta de la Casa Blanca para Oriente Medio, participe el miércoles en una reunión destinada a evaluar los esfuerzos del ejército libanés por eliminar los depósitos de armas de Hezbolá en el sur del país, conforme a lo establecido en la tregua de 2024.
Por su parte, otro enviado estadounidense, Tom Barrack, advirtió la semana pasada que Hezbolá podría enfrentar una nueva confrontación con Israel si las autoridades libanesas no adoptan medidas inmediatas para lograr su desarme total, algo que el grupo ha rechazado hasta el momento.
