El gobierno alemán acordó destinar $1.080 millones a la atención domiciliaria de los sobrevivientes para 2026.
La financiación, obtenida tras negociaciones con la Conferencia sobre Reclamaciones Materiales Judías contra Alemania, o Conferencia de Reclamaciones, permitirá que todos los sobrevivientes del Holocausto que actualmente están en listas de espera reciban atención domiciliaria, según Stuart E. Eizenstat, quien dirige las negociaciones en nombre de dicha organización.
“Creemos firmemente que, con el mayor presupuesto para atención domiciliaria en la historia de las negociaciones de la Conferencia de Reclamaciones con Alemania, iniciadas en 1952, podremos atender a todos los que se encuentran en listas de espera”, afirmó Eizenstat en una entrevista.
El año pasado, Alemania también alcanzó un récord en reparaciones por el Holocausto, con un gasto total de $1.500 millones. Sin embargo, a medida que la población sobreviviente envejece, con una edad media de 87 años, la atención domiciliaria se ha convertido en el principal gasto.
Casi todos los sobrevivientes del Holocausto que aún viven habrán muerto en los próximos quince años, y la mitad muererá antes de 2031, según un análisis demográfico publicado por la Claims Conference en abril.
“Ahora que nos encontramos en la última etapa de vida de los sobrevivientes —en diez años, la mitad de los aproximadamente 200.000 que existen habrán muerto—, tratamos con personas en sus últimos años y resulta muy gratificante ofrecerles un grado de dignidad, tanto a través de estos pagos como mediante la atención domiciliaria”, expresó Eizenstat.
Una de las dificultades durante las negociaciones, según Eizenstat, consistió en explicar a los funcionarios alemanes que, aunque la población sobreviviente ha disminuido drásticamente con los años, las necesidades de quienes permanecen con vida son mucho mayores y requieren más financiación.
“Sí, hay menos sobrevivientes, pero quienes alcanzan los 80 o 90 años, por definición, necesitan más cuidados”, señaló Eizenstat. “Así que, aunque las cifras hayan disminuido, las necesidades han aumentado, y transmitir ese concepto fue muy difícil”.
Eizenstat indicó que, de los aproximadamente 200.000 sobrevivientes restantes, más del 80% de los que viven en los países que formaban parte de la Unión Soviética se encuentra por debajo o cerca del umbral de pobreza. En Estados Unidos e Israel, alrededor de un tercio se halla en la misma situación.
“Espero que esto motive a las federaciones locales a complementar nuestros esfuerzos y a garantizar que los sobrevivientes, en sus últimos años, no vivan en la pobreza y tengan la dignidad que se les negó cuando eran jóvenes”, comentó Eizenstat.
Agregó que las negociaciones de este año fueron las “más satisfactorias” desde que comenzó a dirigir la Delegación de Negociaciones de la organización en 2009, debido a la distancia generacional entre los alemanes actuales y las atrocidades del pasado, además del reto que representa la crisis económica en Alemania.
“Se trata de personas que literalmente no habían nacido durante la guerra, o eran muy pequeñas, y aun así sienten una responsabilidad moral”, dijo Eizenstat. “Esto desmiente la idea de que en Alemania exista un cansancio respecto al Holocausto, ya que coincide con una época de enormes dificultades económicas derivadas de la guerra en Ucrania y de la necesidad de reactivar su economía ante el lento crecimiento. En realidad, Alemania merece un gran reconocimiento por mantener este compromiso en circunstancias tan difíciles”.
La negociación también garantizó financiación para un grupo al que la Conferencia de Reclamaciones denominó “Justos Rescatadores”, personas no judías que arriesgaron sus vidas para salvar a judíos durante el Holocausto.
“Esto demuestra que nos preocupa profundamente asegurar que reciban los mismos beneficios que los sobrevivientes judíos a quienes ayudaron a salvar”, declaró Eizenstat.
El gobierno alemán amplió además su apoyo a los programas de educación sobre el Holocausto hasta 2029, con un total de $205 millones para los próximos cuatro años. La Conferencia de Reclamaciones negoció por primera vez este respaldo en 2022.
“Los sobrevivientes, los testigos directos, ya no estarán, y necesitamos urgentemente educación sobre el Holocausto en un momento de creciente antisemitismo, distorsión, negación e ignorancia”, afirmó Eizenstat.
Eizenstat expresó su esperanza de que la ampliación de la financiación para la atención a los sobrevivientes y la educación sobre el Holocausto transmita también un mensaje más amplio sobre la tolerancia y la empatía.
“Espero que estas dos lecciones principales nos sirvan de recordatorio, en tiempos de profunda intolerancia en Estados Unidos y en el mundo contra minorías y otros grupos, de que la verdadera enseñanza del Holocausto es aprender a ser tolerantes con quienes son diferentes, resolver nuestras diferencias y no estigmatizar”, dijo Eizenstat. “Debemos ser tolerantes. Debemos ser humanos. Debemos trabajar juntos para resolver nuestros problemas y no vernos como enemigos”.
