Un equipo creado por Damasco encabezó una pesquisa oficial y sostuvo que resultaron infundadas la mayoría de denuncias sobre secuestro de mujeres alauitas. La investigación se extendió durante varios meses y hoy divulgó conclusiones que cuestionan esos reportes, según el documento final difundido por las autoridades.
El vocero del Ministerio del Interior, Noureddine al-Baba, presentó el balance de 42 reportes sobre mujeres y niñas asociados a los episodios de violencia de marzo en las provincias del litoral sirio. El comité, creado en julio, entrevistó a afectadas y familiares y coordinó verificaciones con policías locales y fiscalías.
El comité lo revisó y solo confirmó uno. “En el único caso confirmado de secuestro, la niña fue devuelta a salvo después de que las agencias de seguridad investigaron el asunto”, dijo Al-Baba en una conferencia de prensa. “La búsqueda continúa para identificar a los perpetradores”.
Amnistía Internacional comunicó en julio que recibió informes creíbles sobre varias decenas de mujeres y niñas alauitas secuestradas en las provincias de Latakia, Tartus, Homs y Hama. La organización registró testimonios y alertas de familiares que denunciaron desapariciones y exigieron respuestas a las autoridades y a las fuerzas locales.
La pesquisa estatal concluyó que, de los 41 expedientes restantes, 12 correspondieron a huidas con parejas románticas, nueve a “ausencias temporales” junto a parientes o amistades, seis a escape de violencia doméstica, seis a acusaciones falsas difundidas en redes, cuatro a extorsión o prostitución, y cuatro a detenidos por delitos.
El ministerio solicitó canalizar las denuncias por vías oficiales y reforzar la coordinación con las autoridades. “Instamos a los ciudadanos, la sociedad civil y las organizaciones de derechos humanos a que primero informen al Ministerio del Interior de cualquier incidente o sospecha de este tipo”, dice al-Baba.
La ola de violencia arrancó tras ataques de grupos armados alineados con el expresidente Bashar al-Assad, miembro de la minoría alauita, contra fuerzas de seguridad estatales. Las operaciones de contrainsurgencia derivaron en represalias sectarias y masacres que dejaron centenas de civiles alauitas asesinados y comunidades traumatizadas.
