El F-35 emplea diseño, materiales y gestión de emisiones para minimizar su firma radar e infrarroja y atravesar espacio aéreo disputado sin ser detectado.
Geometría y materiales con integración interna para baja observabilidad
El F-35 Lightning II reduce la detectabilidad con forma, materiales, integración de equipos y disciplina de emisiones. Esas medidas disminuyen sección transversal al radar, firma infrarroja y huellas electromagnéticas, y controlan cuándo, desde dónde y con qué modos emite o recibe información. La documentación pública del fabricante indica que el programa incorporó la baja observabilidad desde su concepción y la tradujo en bordes alineados, sensores integrados, transporte interno de armas y combustible, recubrimientos absorbentes y medidas para atenuar la firma térmica.
La geometría del aparato constituye el primer pilar del sigilo. El fuselaje presenta bordes y superficies alineadas para redirigir la energía de radar fuera del volumen del emisor receptor adversario, lo que reduce el eco que regresa a la antena que intenta localizarlo. Esa solución geométrica incluye entradas de aire en “S” y el ocultamiento de compresores del motor, de modo que disminuyen retornos característicos de componentes metálicos expuestos frente a sensores hostiles.
El diseño integra sensores en la piel de la aeronave en lugar de carenados externos. El porte interno de armamento y combustible evita puntos de alta reflectividad asociados a soportes y cargas expuestas. El tratamiento de materiales aporta un segundo nivel de reducción de firmas. La célula utiliza recubrimientos y sellos de baja observabilidad capaces de absorber o amortiguar parte de la energía electromagnética incidente para sostener prestaciones de sigilo que el diseño definió desde el inicio del programa.

La Fuerza Aérea de Estados Unidos describe una comunidad especializada en baja observabilidad responsable del mantenimiento de esos recubrimientos, cuya integridad influye de forma directa en la supervivencia del avión en espacios aéreos contestados. Por ello, procesos de aplicación y reparación persiguen mantener la uniformidad de la piel y de sus uniones para conservar las prestaciones previstas. Ese conjunto técnico retrasa la detección por radares hostiles y permite atravesar espacio aéreo disputado sin renunciar a capacidades de combate y enlace.
Puntos clave sobre sigilo, geometría y materiales del F-35
- Bordes y superficies alineadas redirigen energía de radar lejos del emisor adversario.
- Entradas de aire en “S” y ocultamiento de compresores reducen retornos metálicos.
- Armas y combustible en bodegas internas minimizan puntos de alta reflectividad.
Gestión de emisiones, radar AN/APG-81 y sensores electro-ópticos
La integración interna de armas y sensores responde a la misma lógica de sigilo. El F-35 puede portar armamento en bodegas internas cuando la misión exige la menor firma posible y recurrir a soportes externos cuando el entorno operacional lo permite. La documentación oficial del programa establece que el porte interno constituye la opción prioritaria para sostener una firma radar reducida durante perfiles de alta exigencia, tanto en la variante naval como en las demás versiones.
La gestión de emisiones representa un componente central. El radar AN/APG-81, de antena activa de barrido electrónico, ofrece modos de baja probabilidad de interceptación y reúne funciones de exploración, seguimiento, ataque, guerra electrónica y reconocimiento. La arquitectura de antena activa dirige energía en haces estrechos y variables y controla la forma de onda, por lo que disminuye la probabilidad de que receptores de alerta enemigos identifiquen y clasifiquen la emisión o localicen su origen con precisión.

El fabricante del radar destaca la combinación de modos activos y pasivos y la integración de capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento en la propia antena. El uso de sensores pasivos reduce la necesidad de emitir y, por tanto, la exposición. El sistema electro óptico de puntería detecta, identifica y designa objetivos mediante canales infrarrojo y visual sin radiar energía, lo que preserva la discreción en fases de búsqueda o ataque dentro de entornos con alta densidad de amenazas.
El conjunto electro óptico integra vigilancia, puntería láser y seguimiento en un único sistema diseñado para quedar embebido en el fuselaje y así no penalizar la firma radar. Además, seis sensores infrarrojos distribuidos alrededor de la aeronave proporcionan cobertura esférica. El sistema AN/AAQ-37 permite la detección y el seguimiento pasivos de misiles y aeronaves, alimenta la conciencia situacional del piloto y suministra imágenes para navegación nocturna dentro de perfiles operativos exigentes.
Guerra electrónica, enlaces de datos y ciclo de baja observabilidad
La oficina del programa Joint Strike Fighter resume la función del AN/AAQ-37 como un complemento clave para la supervivencia y la eficacia operativa, porque aporta alerta de amenazas y conocimiento del entorno sin necesidad de activar emisores que delaten la posición. La suite de guerra electrónica AN/ASQ-239 actúa como red de sensores y contramedidas en torno a la aeronave y aporta cobertura total con efectos de autoprotección activa integrados con el resto de sistemas.

El proveedor describe la suite AN/ASQ-239 como una solución de 360 grados que combina alerta radar, apoyo a la designación y autoprotección activa, con capacidad para detectar, identificar y geolocalizar emisores enemigos y para proponer respuestas de evasión, enfrentamiento o contrarresto. Esa suite trabaja integrada con el radar y con los demás sensores del F-35. Su propósito consiste en reducir la probabilidad de enganche por sistemas de defensa antiaérea y por misiles aire aire mediante técnicas de perturbación.
La reducción de la firma infrarroja complementa las medidas contra la detección pasiva. El diseño de la célula y de la planta motriz busca disminuir la firma térmica que sensores infrarrojos enemigos pueden registrar. La documentación pública del programa menciona la atenuación de la firma térmica del motor y la integración del escape en la arquitectura del fuselaje como elementos del paquete de baja observabilidad dentro de escenarios con vigilancia persistente.
Esos elementos se combinan con perfiles de vuelo y con gestión de potencia que el operador ajusta en función de la amenaza para limitar la distancia a la que sensores pasivos adversarios pueden detectar la aeronave. El control de enlaces de datos completa la disciplina de emisiones. El F-35 dispone de enlaces de alta tasa y elevada directividad con baja probabilidad de detección e interceptación y conserva interoperabilidad con enlaces tácticos heredados cuando la misión lo exige dentro del teatro.
