Rafael Grossi, jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, instó a Irán a “mejorar seriamente” su cooperación con los inspectores de la ONU para evitar un aumento de las tensiones con Occidente, según declaró al periódico The Financial Times el miércoles.
El funcionario indicó que, aunque el OIEA ha realizado una docena de inspecciones desde el inicio de la guerra entre Irán e Israel en junio, el organismo no ha podido ingresar a complejos nucleares clave como Fordo, Natanz e Isfahan, atacados por fuerzas estadounidenses.
Autoridades iraníes acusaron al OIEA de haber ofrecido a Israel información que justificó los bombardeos sobre instalaciones nucleares y militares, lanzados tras la votación de la junta del organismo que declaró a Irán en incumplimiento del Tratado de No Proliferación Nuclear.
Grossi señaló que la agencia intenta mantener una relación “accidentada” con Teherán bajo un enfoque constructivo, pero advirtió que el país sigue sin respetar sus compromisos internacionales.
“No se puede decir: ‘Permanezco dentro del tratado de no proliferación de armas nucleares’ y luego no cumplir con las obligaciones”, declaró Grossi. “No se puede esperar que el OIEA diga: ‘Está bien, ya que hubo una guerra, estás en una categoría diferente’. . . De lo contrario, lo que tendré que hacer es informar que he perdido toda visibilidad de este material”, agregó el director del OIEA.
Grossi sostuvo que la mayor parte del uranio enriquecido de Irán resistió la guerra de doce días con Israel y permanece dentro de las plantas nucleares que sufrieron daños en los bombardeos.
“El daño fue enorme, pero la evaluación que tenemos es que la mayoría, si no todo, el uranio enriquecido al 60 por ciento, pero también al 20, al 5 y al 2 por ciento, está ahí”, precisó.
“El material todavía está allí, y aunque no le estamos atribuyendo ningún final [a él], está claro que la mera existencia de material enriquecido, a un nivel tan alto de enriquecimiento y cercano al nivel de grado armamentístico, es una fuente de preocupación”, declaró al diario británico.
Teherán mantiene su retórica de eliminar a Israel y respalda financieramente a una red de grupos terroristas en la región con ese propósito.
Israel afirmó que su ofensiva en junio contra altos mandos militares iraníes, científicos nucleares, centros de enriquecimiento y el programa de misiles buscó frenar el plan declarado de la República Islámica. Irán ha negado de forma reiterada cualquier intento de fabricar armas nucleares.
Sin embargo, incrementó los niveles de enriquecimiento a proporciones sin uso civil, impidió las inspecciones internacionales y fortaleció su programa de misiles. Israel sostuvo que Teherán avanzó hacia la fabricación de armamento antes de la guerra.
El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, aseguró el domingo que su país reconstruirá sus plantas nucleares “con mayor fuerza”, reiterando que Irán no pretende desarrollar armamento atómico.
Un día antes, el canciller Abbas Araghchi afirmó que Irán no busca conversaciones directas con Estados Unidos sobre su programa nuclear o de misiles y ratificó que no abandonará su capacidad de enriquecer uranio.
El mandatario estadounidense, Donald Trump, advirtió que podría ordenar nuevos ataques contra las instalaciones nucleares iraníes si Teherán reanuda sus operaciones en los sitios destruidos en junio.
