La prioridad de detección y tiro inicial favorece al F-22 por baja observabilidad, radar de fase activa, fusión de sensores y misiles de alcance extendido.
Ventaja de detección y primer disparo del F-22 en combate a distancia
En combate aéreo más allá del alcance visual, la ventaja de detección y de primer lanzamiento depende de observar sin exponerse, del alcance y de la resistencia electrónica de los sensores, y de la calidad del enlace de datos y del misil. Según documentos oficiales, el F-22 Raptor combina baja observabilidad, radar de barrido electrónico activo, fusión de sensores y misiles de alcance ampliado. De forma paralela, materiales corporativos sobre el Su-35S describen un radar de alta potencia y misiles de medio y muy largo alcance.
Al considerar estos elementos como un conjunto, la prioridad de detección y de tiro inicial recae en el F-22 cuando el enfrentamiento ocurre a distancia. El F-22 integra el radar AN/APG-77, un sistema de barrido electrónico activo con modos de baja probabilidad de interceptación que permite seguir y atacar múltiples blancos antes de que los sensores adversarios detecten al propio avión, lo que concede ventaja decisiva en secuencias de disparo iniciales dentro de combates aire-aire de largo alcance.
El fabricante del radar caracteriza esta capacidad como determinante para lograr “primera detección y primer derribo” en combate aire-aire, en coherencia con la ficha oficial de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Además, el avión incorpora supercrucero e integración de aviónica, lo que reduce la exposición y amplía la iniciativa táctica durante las fases de aproximación y ataque. Estos elementos sostienen la prioridad de primera oportunidad de disparo cuando las plataformas rivales operan dentro de escenarios disputados y con alto control del espectro.

El F-22 dispone del sistema de guerra electrónica AN/ALR-94, que detecta y geolocaliza amenazas a gran distancia y alimenta la fusión de sensores para aumentar la conciencia situacional. BAE Systems, responsable de su sostenimiento, lo describe como un sistema digital avanzado que mantiene la protección del F-22 frente a amenazas emergentes mediante actualizaciones y mantenimiento continuos; esta práctica incide de manera directa en la supervivencia de la plataforma en entornos con alta densidad electromagnética.
Claves técnicas mencionadas en fuentes y fichas oficiales
- AN/APG-77 con modos de baja probabilidad de interceptación y seguimiento multiblanco.
- AN/ALR-94 detecta y geolocaliza amenazas a gran distancia.
- AIM-120D-3 con notificación de venta a Alemania el 25 de septiembre de 2025 por $1.230 millones.
- Irbis-E con detección de objetivos hasta 350 kilómetros y seguimiento concurrente.
- Uso documentado de R-77-1 y R-37M en la guerra de Ucrania desde Su-35S y MiG-31BM.
Capacidades del Su-35S, sensores pasivos y radar Irbis-E a distancia
El Su-35S, derivado modernizado del Su-27, se diseñó como caza polivalente de la generación “4++” con mejoras de estructura, planta motriz y aviónica para operar en entornos complejos. United Aircraft Corporation lo describe como una aeronave de altas prestaciones con dos motores 117S y modificaciones extensas respecto al diseño original, orientadas a competir con cazas contemporáneos. Estas características proporcionan gran autonomía, capacidad de carga y agilidad, aunque por sí mismas no definen el resultado de un duelo a larga distancia.

El radar N035 Irbis-E del Su-35, de antena con fase pasiva y alta potencia pico, ofrece detección de objetivos a gran distancia y seguimiento simultáneo de múltiples blancos. Materiales de Rostec señalan detección de objetivos hasta 350 kilómetros y capacidad de atacar varios de ellos de forma concurrente, lo que incrementa la cobertura de búsqueda y la gestión de blancos en escenarios saturados. La arquitectura de fase pasiva proporciona potencia radiada elevada, aunque no incorpora ventajas propias de un radar de fase activa de última generación.
En sensores pasivos, el Su-35 integra un sistema de búsqueda y seguimiento infrarrojo que complementa al radar y permite detectar firmas térmicas de aeronaves y misiles sin revelar la propia posición. Las prestaciones dependen de las condiciones atmosféricas y de la firma del blanco, pero este canal pasivo agrega una vía de adquisición de blancos útil en acercamientos frontales o contra objetivos con emisiones térmicas destacadas. La documentación corporativa de UAC confirma la integración de sistemas de a bordo avanzados y la modernización de la aviónica dentro del paquete del Su-35.
La diferencia determinante en combate más allá del alcance visual aparece al combinar la firma reducida del F-22 y su radar de fase activa de baja probabilidad de interceptación con un enlace de datos que permite compartir y recibir información de la formación. La ficha de la Fuerza Aérea indica que la baja observabilidad “reduce drásticamente” envolventes de misiles tierra-aire y “minimiza” la capacidad de seguimiento enemiga, mientras el conjunto de sensores y la aviónica incrementan conciencia situacional y habilitan la oportunidad de primer disparo.
Empleo de misiles, logística AIM-120 y doctrina de superioridad aérea

En el empleo real de misiles aire-aire de medio y largo alcance, fuentes disponibles documentan por el lado ruso el uso del R-77-1 y del R-37M desde plataformas como el Su-35S y el MiG-31BM en la guerra de Ucrania, con tácticas que usan disparos a gran distancia para forzar maniobras defensivas de aeronaves adversarias. Un análisis del Real Instituto de Servicios Unidos describe que estos misiles han sostenido patrullas de barrera y han generado restricciones en el espacio aéreo cercano al frente.
Por el lado estadounidense, además de la configuración interna de seis misiles de medio alcance que preserva la firma durante la aproximación, los ciclos de producción y contratación muestran la continuidad de la familia AIM-120 en sus variantes recientes. La notificación de la posible venta a Alemania en 2025 se suma a otras autorizaciones del mismo año y a contratos previos para fabricar lotes de la versión D-3, lo que mantiene la cadena de suministro y la integración en plataformas de quinta generación.
El equilibrio entre potencia radiada y discreción electromagnética afecta la geometría del combate. Un radar de fase pasiva como el Irbis-E proporciona alcance elevado y seguimiento múltiple, atributos válidos para búsquedas de volumen y para mantener varios enganches de forma simultánea. En cambio, un radar de fase activa con modos de baja probabilidad de interceptación como el AN/APG-77 reduce la probabilidad de alerta temprana en receptores enemigos, lo que disminuye la exposición y mantiene la iniciativa de tiro. La Fuerza Aérea resume esta relación en su ficha.
Cuando la comparación se limita al combate a distancia, los misiles y su empleo dentro de una red pesan tanto como la plataforma. La integración interna del armamento en el F-22 preserva la firma durante la aproximación y durante el lanzamiento; además, la capacidad de seguimiento y clasificación del AN/APG-77, junto con el apoyo del AN/ALR-94, permite gestionar secuencias de disparo con menor exposición. En ejercicios y documentos doctrinales, el F-22 mantiene la prioridad de “primera detección y primer derribo” con misiles de radar activo.
