Desde febrero de 2022, el Su-35S no ha impuesto superioridad aérea, registró derribos y desplazó su empleo a lanzamientos lejanos y escolta de bombas planeadoras.
Evolución operativa del Su-35 en Ucrania y sus limitaciones en el frente
Desde febrero de 2022, el Su-35S de la Fuerza Aeroespacial de Rusia no ha logrado imponer superioridad aérea sobre Ucrania y ha sufrido derribos documentados, mientras su empleo se ha desplazado hacia lanzamientos a distancia y escolta de ataques con bombas planeadoras. En paralelo, varios clientes potenciales desistieron de adquirirlo y se inclinaron por cazas equipados con radares de barrido electrónico activo, una tecnología que los rivales de Estados Unidos y Europa ya estandarizaron.
El balance aéreo sobre Ucrania quedó definido por defensas antiaéreas capaces de negar el espacio a baja y media cota, lo que forzó a la aviación táctica rusa a operar detrás de la línea del frente y priorizar ataques de alcance extendido. Un análisis del Royal United Services Institute describió patrullas de combate en el lado ruso y empleo de misiles aire-aire de mayor alcance, sin poder suprimir de forma sostenida las defensas móviles ucranianas.
La adaptación rusa se consolidó en 2024 con uso masivo de bombas de caída libre dotadas de alas de planeo de las series FAB de 500 y 1.500 kg, lanzadas fuera del alcance de la mayoría de sistemas de mediano alcance. Chatham House documentó viraje y situó al Su-35 en el binomio de escolta y cobertura para los Su-34 que ejecutaban los lanzamientos, lo que redujo exposición, pero limitó la capacidad de imponer control del aire.

La supervivencia de plataformas de alto valor de la Fuerza Aeroespacial rusa se vio comprometida por el empleo ucraniano de sistemas Patriot. Entre el 14 de enero y el 1 de febrero de 2024, fuentes abiertas y autoridades rusas asociaron a baterías Patriot el derribo de un A-50 y el abatimiento de transporte Il-76, episodios encuadrados por Moscú y Kiev de forma divergente que reforzaron empleo desde retaguardia y sectores con cobertura de largo alcance.
Datos clave sobre empleo, pérdidas y mercado del Su-35
- 17 de febrero de 2024: la Fuerza Aérea ucraniana informó el derribo de un Su-35 en el este; sin verificación independiente inmediata.
- 7 de junio de 2025: Ucrania comunicó otro derribo en la dirección de Kursk; sin confirmación rusa inmediata.
- Desde 2024, el Su-35 escolta a Su-34 que lanzan bombas planeadoras FAB de 500 y 1.500 kg.
- Diversas informaciones señalaron suspensión del acuerdo con Egipto y posibles redirecciones de células hacia Irán.
- F-35, F-15EX, Rafale y Eurofighter estandarizaron radares AESA frente al Irbis-E de barrido pasivo.
Capacidades del Irbis-E y empleo de misiles frente a defensas móviles
En ese entorno, el Su-35 ha explotado su combinación de radar N035 Irbis-E y misiles aire-aire de medio y muy largo alcance, con empleo sostenido de R-77-1 y, en menor medida, R-37M. Un estudio del Center for Naval Analyses atribuyó a los Su-35S ventaja de detección y gestión de pistas frente a MiG-29 y Su-27 ucranianos, sin poder traducirla en superioridad aérea por la persistencia de defensas móviles en el frente.

El mismo trabajo describió el aumento del uso del R-37M desde finales de 2022 por MiG-31BM y Su-35S para presionar a larga distancia, sin que ello alterara la imposibilidad de operar con libertad sobre territorio defendido. La consecuencia táctica fue mantener perfiles de riesgo reducido y priorizar lanzamientos desde altitudes seguras, con patrullas en el lado ruso de la línea del frente. RUSI señaló esa pauta en su análisis inicial.
El núcleo técnico del Su-35 descansa en el radar N035 Irbis-E, una antena de barrido electrónico pasivo con accionamiento hidráulico de gran potencia integrada con el sistema óptico OLS-35 y el equipo de guerra electrónica L175M Jibiny. Rostec describe al Irbis como capaz de seguir hasta 30 objetivos y guiar misiles contra ocho, con alcances de detección variables según tamaño del blanco y volumen de búsqueda, sin incorporar de serie un radar de barrido activo.
Los rivales directos F-35A/B/C, F-15E/EX, Rafale y Eurofighter emplean radares de barrido activo con módulos transmisores independientes y capacidad de baja probabilidad de interceptación, resistencia superior a contramedidas y mantenimiento simplificado. Northrop Grumman detalla que el AN/APG-81 del F-35 es eje de su conjunto de sensores, mientras USAF y Boeing certificaron para el F-15E/EX el AN/APG-82(V)1, con mejoras de fiabilidad y reducción de carga asociadas a la arquitectura activa.
Estándar AESA occidental y trayectoria comercial reciente del Su-35

Las especificaciones oficiales del fabricante confirman prestaciones cinemáticas y carga útil, con motores 117S de 14.500 kgf en poscombustión y doce puntos de anclaje para un máximo de 8.000 kg. Este énfasis en maniobrabilidad y autonomía sustenta perfiles de combate a media y alta cota en patrulla y escolta, y respalda su empleo como plataforma de lanzamiento, pero no suple la brecha que ha abierto el radar activo en la competencia internacional.
En el plano comercial, Indonesia anunció en 2022 la compra de 42 Rafale y avanzó acuerdos para 24 F-15EX, decisiones que sustituyeron la opción Su-35 contemplada en la década previa. The Diplomat situó la cancelación en diciembre de 2021, mientras Reuters documentó el contrato Rafale de febrero de 2022, los pasos formales para el F-15 en 2023, y la consolidación de la compra de Rafale en 2024, según medios y comunicados oficiales.
Egipto firmó en 2019 un acuerdo por más de veinte Su-35 valorado en cerca de $2.000 millones, operación que activó advertencias públicas de sanciones estadounidenses bajo la ley CAATSA. A partir de 2022, informaciones indicaron que la operación quedaba en suspenso y que células producidas para El Cairo podrían redirigirse a Irán. El IISS recogió en abril de 2025 referencias a posibles llegadas a finales de 2024, tratadas con cautela.
En todo caso, Reuters informó el 28 de noviembre de 2023 que Teherán había finalizado arreglos para recibir Su-35 y, el 27 de enero de 2025, una confirmación pública iraní de compra sin precisión de cantidades ni calendario de entrega. Estas referencias quedaron en paralelo a informaciones sobre la suspensión del acuerdo con Egipto y a la posible redirección de células producidas para El Cairo hacia Irán a partir de 2022.
