A los 14, el sobreviviente vio la noche de los cristales rotos. El contexto actual reaviva su memoria y sostiene la urgencia de narrar.
Kristallnacht y el quiebre que marcó a Walter Bingham y su memoria
El 9 de noviembre de 1938 marcó un quiebre en la persecución antijudía que desembocó en el asesinato de seis millones de judíos europeos durante el Holocausto. Walter Bingham tenía 14 años cuando nazis arrasaron comercios y templos en Alemania y Austria. Aquella Kristallnacht, la noche de los cristales rotos, fundó su memoria de superviviente y marcó su vida. El clima actual reaviva esos recuerdos y refuerza la urgencia de su testimonio.
El ataque se inscribe como punto de inflexión que transformó la discriminación legal y social en violencia coordinada y preludio del exterminio sistemático. Desde ese hito, la maquinaria de exclusión dio paso a políticas de aniquilación. Sobre el terreno, comercios destruidos, templos incendiados y asesinatos señalaron la nueva fase de persecución en Alemania y Austria. Para Bingham, ese giro histórico conecta de forma directa su vivencia escolar con los signos que hoy considera alarmantes.
Los recientes ataques contra símbolos judíos en diversos países inquietan a los sobrevivientes. Se reportan sinagogas atacadas en Australia y hostigamiento a equipos deportivos israelíes en Europa, entre otros hechos. La repetición de esos episodios alimenta el temor de un deterioro más profundo y exige respuestas legales, educativas y comunitarias inmediatas. Ese contexto refuerza, en la memoria de Bingham, la continuidad entre agresiones contemporáneas y el clima que precedió a la violencia desatada contra comunidades judías.
“Vivimos en una era equivalente a 1938, donde se queman sinagogas y se ataca a la gente en la calle”, dijo Bingham, ahora de 101 años. Su afirmación resume la inquietud que observa a su alrededor y conecta su memoria personal con señales presentes que considera alarmantes. Ese marco confiere a su relato una función de advertencia, sustentada en hechos que vivió y en la lectura del entorno actual que lo preocupa.
Datos clave de Kristallnacht y memoria de sobrevivientes
- Durante los pogromos, al menos 91 asesinados, 7.500 negocios destruidos y más de 1.400 sinagogas incendiadas, según Yad Vashem de Israel.
- Hasta 30.000 hombres judíos detenidos; muchos enviados a campos como Dachau o Buchenwald.
- Casi 10.000 niños trasladados a Inglaterra por el Kindertransport británico en 1938-1939.
- Quedan cerca de 200.000 sobrevivientes del Holocausto; se proyecta 70% muererá en la próxima década.
Testimonios de Shefi y Alexander y el papel formativo de la educación
Bingham y otros sobrevivientes de Kristallnacht relataron devastación en una entrevista con The Associated Press en la Gran Sinagoga de Jerusalén, con vitrales. Suelen testificar en la Marcha de los Vivos en Auschwitz y vieron el templo como símbolo del florecimiento de las casas de culto. Bingham recuerda que caminó a la escuela en Mannheim tras la noche y encontró la sinagoga en ruinas humeantes, con bomberos protegiendo casas y dejando arder el templo.
Meses después lo subieron a un Kindertransport rumbo a Inglaterra, entre casi 10.000 niños de la Europa ocupada por los nazis trasladados a resguardo por la misión británica de 1938-1939. Su padre había sido deportado a Polonia y murió en el gueto de Varsovia; jamás volvió a ver a su madre. Ese traslado definió su supervivencia y también su vínculo permanente con la tarea de registrar y narrar lo ocurrido en aquellos días.
“El antisemitismo, no creo, desaparecerá por completo porque es la panacea para todos los males del mundo”, dijo Bingham. Expresó confianza en la educación de las generaciones más jóvenes como herramienta para combatir la intolerancia y sostuvo que el trabajo pedagógico ofrece una vía concreta para reducir prejuicios.
George Shefi, de 94 años, dijo que habló con más de 12.000 estudiantes en Alemania y otros países. Compartió su niñez en Berlín, con bancos pintados de amarillo para judíos y el caos de Kristallnacht, incluido un encierro de tres días en segundo grado. Poco después viajó solo a Inglaterra en un Kindertransport. Afirmó que nunca volvió a ver a su madre; ella pereció en el campo de concentración de Auschwitz.
Antisemitismo reciente, Estado de Israel y vigencia del testimonio
Transmitió que las generaciones alemanas no cargan culpas de sus abuelos, aunque asumen la responsabilidad de impedir la repetición. Recordó más de seis años de adoctrinamiento previos al Holocausto, incluidas leyes de Nuremberg cada vez más duras, un proceso visible que invitó a resistir. Señaló que estudiantes aplican esas lecciones en su entorno. Su relato sitúa la educación como vía de prevención cuando los síntomas de exclusión se vuelven patentes para la vida cotidiana.
Paul Alexander, de 87 años, tenía menos de un año durante Kristallnacht. Semanas después, sus padres lo enviaron en un Kindertransport a Inglaterra; pasó tiempo en un hogar para niños y se reunió con ellos en septiembre de 1942, uno de los pocos casos de reunificación infantil con éxito documentado. “Fue por Kristallnacht que el pueblo judío en Inglaterra decidió salvar a familias de Alemania y sacarlas lo más rápido posible”, dijo.
“Me enviaron en el Kindertransport en julio de 1939, exactamente seis semanas antes de que estallara la guerra”, agregó. Su balance quedó claro en otra frase: “Así que fue gracias a Kristallnacht que tuve la suerte de escapar de la Alemania nazi”. Su testimonio vincula el impulso de rescate en Gran Bretaña con el calendario que permitió su salida poco antes del estallido bélico de 1939 y su supervivencia posterior.
Los ataques antisemitas aumentaron desde el inicio de la guerra en Gaza, aunque el año pasado descendieron levemente desde el pico tras el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, según la Universidad de Tel Aviv. Para Bingham, los años treinta parecen repetirse con una salvedad: la existencia de un estado de Israel fuerte. Afirma que un Holocausto no sucederá porque el estado lo impedirá, y reclama combinar educación con defensa activa.
Trayectorias, proyección demográfica y llamado a actuar contra odio
Bingham vivió la guerra con jóvenes judíos en un castillo en Gales y luego se unió al ejército británico. Sirvió como conductor de ambulancia y como oficial de inteligencia que interrogó a jerarcas nazis. Ese recorrido militar complementó su experiencia de huida y supervivencia, y lo conectó con el esfuerzo aliado para documentar responsabilidades. Hoy colabora con medios israelíes y mantiene una agenda centrada en difundir memoria y lecciones frente al antisemitismo.
Además, ostenta desde 2021 el reconocimiento de Guinness al periodista en activo más viejo. Ese registro acompaña su labor pública reciente y subraya la continuidad entre su experiencia personal y la actividad profesional que sostiene en Israel.
Quedan cerca de 200.000 sobrevivientes judíos del Holocausto y se proyecta que el 70% fallezca en la próxima década. Esa perspectiva vuelve aún más valioso su testimonio y su experiencia para transferir enseñanzas sobre la acción contra el antisemitismo a generaciones jóvenes, según expresaron los propios sobrevivientes entrevistados. La ventana temporal para escuchar relatos directos se acorta y refuerza la necesidad de documentar, registrar y enseñar con precisión lo sucedido en Europa.
“Lo que tenemos que hacer, además de la educación, es en realidad, literalmente, luchar”, dijo Bingham sobre el antisemitismo. “Si lo vemos, tenemos que devolver el golpe”. Con esas palabras cerró su llamado, orientado a combinar enseñanza con defensa activa frente a agresores que buscan intimidar comunidades judías. Su planteamiento insiste en sostener la educación como base y, a la vez, en adoptar medidas firmes cuando se amenaza la seguridad.
