El martes, Naim Qassem, jefe de Hezbolá, advirtió que la sucesión casi diaria de ataques israelíes en el sur del Líbano no admite continuidad y exigió un cambio de ritmo. En al-Manar resumió su postura con una frase tajante: “Todo tiene un límite”, dijo Qassem.
Sostuvo que el alto el fuego vigente entre Israel y el Líbano rige solo para el sur, e indicó que el desarme de Hezbolá y otras medidas de aplicación no deben extenderse a las zonas situadas al norte del río Litani. Recalcó que Hezbolá no se desarmará.
Afirmó que esa negativa desafía los intentos del gobierno libanés de recolectar las armas del grupo terrorista y la justificó como necesidad de autodefensa. Denunció además la presión de Washington para cortar sus fuentes de financiamiento y forzar el desarme, sin compromisos recíprocos a favor del Líbano o de Hezbolá.
“Estados Unidos. está presionando al gobierno para que haga concesiones sin ningún compromiso o garantía recíproca. y quiere dar rienda suelta a Israel”, dijo Qassem. “El papel del gobierno no es escuchar los dictados estadounidenses y comenzar a implementarlos”. Vinculó ese reclamo a iniciativas para recortar el financiamiento de Hezbolá.
Una delegación del Tesoro de Estados Unidos se reunió domingo y lunes con autoridades libanesas e instó a frenar el financiamiento iraní de Hezbolá. El subdirector de lucha contra el terrorismo, John Hurley, dijo que la “administración estadounidense se toma muy en serio cortar el financiamiento de Irán” a Hezbolá.
El Tesoro informó que Irán transfirió más de mil millones de dólares a la organización desde enero. Un funcionario libanés, bajo anonimato, dijo a la AFP que la delegación estadounidense transmitió un mensaje claro y firme sobre la necesidad de combatir las fuentes de financiación de Hezbolá.
Hezbolá quedó muy debilitado en su guerra más reciente con Israel, que estalló el 8 de octubre de 2023, fecha en la que el grupo terrorista abrió fuego con misiles contra el Estado judío, un día después de que Hamás, entonces a cargo de Gaza, lanzara su propio ataque.
Tras casi un año de escaramuzas diarias, Israel ejecutó en septiembre de 2024 una campaña de bombardeos masivos y una incursión terrestre limitada en el sur del Líbano. Dos meses después se anunció un alto el fuego, Hezbolá quedó gravemente debilitado y el acuerdo autorizó ataques israelíes ante amenazas inminentes.
