Grecia mantiene conversaciones con Israel para adquirir sistemas de misiles y artillería destinados a integrarse en la cúpula nacional de defensa antiaérea denominada “Escudo de Aquiles”. Dos funcionarios griegos con conocimiento del plan en Atenas lo confirmaron a Reuters el 14 de noviembre. El proyecto, definido como una red multicapa contra aeronaves tripuladas y no tripuladas, forma parte de un programa de modernización militar estimado en aproximadamente 28.000 millones de euros hasta 2036. Dentro de ese paquete, el “Escudo de Aquiles” dispone de unos 3.000 millones de euros para un despliegue por fases.
Las mismas fuentes indicaron que Grecia negocia la compra de 36 sistemas de artillería cohete PULS de Elbit Systems, con un coste calculado en 650 millones de euros, además de sistemas antiaéreos aún no especificados. El objetivo operativo es reforzar la cobertura en el eje oriental del país, frente al mar Egeo y la frontera con Turquía, como primer ámbito de despliegue. El Gobierno prevé que alrededor del 25% de los componentes y trabajos del proyecto corresponda a la industria nacional, en línea con la política de participación local.
El desarrollo del “Escudo de Aquiles” se plantea como un sistema de defensa antiaérea en capas que combina sensores y armas de distintos alcances y perfiles de amenaza. La planificación financiera inicial, cercana a 3.000 millones de euros, prioriza la protección de Tracia y de las islas del Egeo oriental antes de extender la cobertura a otras regiones. Según el diario ateniense Kathimerini, el diseño incluye medidas específicas contra plataformas no tripuladas aéreas y navales, con ejecución escalonada.
Grecia opera baterías Patriot de fabricación estadounidense como componente principal de su defensa antiaérea de medio y largo alcance. El ministerio de Defensa ha fijado como prioridad la sustitución de sistemas de origen ruso que alcanzaron el final de su vida útil o presentan restricciones de sostenimiento, entre ellos Osa, Tor-M1 y S-300. Las conversaciones con Israel se reactivaron tras una pausa relacionada, según fuentes oficiales citadas por Reuters, con las operaciones militares israelíes en Gaza.
El posible contrato de PULS se integra en un proceso iniciado en 2024 y retomado en 2025, cuando Atenas ya había explorado con Israel la compra de 36 lanzadores y de las familias de cohetes guiados asociadas. En diciembre de 2024, Reuters informó que las tratativas sobre PULS estaban avanzadas, en paralelo a otros expedientes para capacidades no tripuladas. Además, Elbit anunció en abril de 2025 un contrato de munición cohete para un cliente europeo no revelado que emplea la misma familia de sistemas, lo que indica la ampliación de la red de apoyo logístico y de sostenimiento en el continente.
En defensa antiaérea de alcance medio, medios griegos señalan que Atenas evalúa el Barak MX, ya desplegado por Chipre, dentro del “Escudo de Aquiles”. La prensa local vinculó esa evaluación a una posible financiación europea para adelantar programas inicialmente previstos para después de 2030 y cubrir vacíos en la red antiaérea. Aunque el Gobierno no confirmó modelos concretos, dicha opción figura entre las alternativas citadas en publicaciones de referencia del país.
El diseño del “Escudo de Aquiles” se integra en una reforma estructural de las Fuerzas Armadas con horizonte 2036, que el Ejecutivo presentó como un cambio tecnológico basado en la integración de sensores, mando y control y una capacidad específica frente a aeronaves no tripuladas. Associated Press describió el programa como un plan de renovación orientado a guerra de alta tecnología, con medidas para racionalizar estructuras de mando y favorecer la participación de empresas nacionales. Esta orientación explica la exigencia de contenido local incluida en las conversaciones con Israel y los objetivos de exportación asociados a la base industrial griega.
En el plano bilateral, Grecia e Israel desarrollaron en la última década un marco de cooperación militar y tecnológica que incluye ejercicios conjuntos y un centro internacional de instrucción de vuelo en el sur de Grecia. El acuerdo para ese centro, firmado en 2021 por $1.650 millones y operado por Elbit durante 22 años, estableció una plataforma de entrenamiento para la Fuerza Aérea Helénica con aeronaves M-346 y simulación avanzada. Esa infraestructura ya está operativa y constituye un antecedente directo de la relación estratégica que ahora incorpora negociaciones sobre sistemas antiaéreos y artillería cohete.
Además del componente externo, Grecia impulsa desarrollos propios en defensa contra aeronaves no tripuladas y en sistemas de vigilancia con el propósito de integrar soluciones nacionales en la red del “Escudo de Aquiles”. Reuters informó en agosto que el sistema antidrones Centauros, desarrollado por la industria estatal, fue probado en una operación de la Unión Europea en el mar Rojo y forma parte de la estrategia para dotar a plataformas navales y terrestres de capacidades de detección y neutralización frente a aeronaves no tripuladas. Estas experiencias reducen dependencias y facilitan la interoperabilidad con equipos procedentes de socios y aliados.
En el segmento de artillería cohete, la opción PULS que estudia Grecia se define por un lanzador múltiple que emplea contenedores sellados con munición de diferentes calibres y alcances. Reuters señala que varios países europeos contrataron en los últimos años munición y cohetes de esta familia dentro de programas de refuerzo de fuegos de largo alcance. En el caso griego, el expediente en curso asigna a PULS una función de apoyo de fuegos de precisión y de disuasión a distancia en el ámbito terrestre, complementaria de las capas antiaéreas.
El programa general de modernización también incluye la adquisición de cazas de quinta generación, fragatas y submarinos, conforme al marco financiero y temporal fijado por el Gobierno. La ejecución por fases del “Escudo de Aquiles” permite ajustar entregas, integración de sensores y despliegue de baterías a la vez que se renuevan los sistemas de vigilancia y los centros de mando y control. La interoperabilidad con la Alianza Atlántica y con socios europeos e israelíes forma parte de esa planificación, con la condición de que los sistemas se integren en un nivel nacional de gestión del espacio aéreo.
Las fuentes consultadas por Reuters precisaron que Israel no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre el estado de las negociaciones. Desde Atenas, un segundo funcionario confirmó que el diálogo sigue abierto. Las autoridades griegas señalaron que, una vez superadas las razones políticas que llevaron a posponer contactos durante la campaña militar en Gaza, el calendario interno permite retomar hitos de contratación y avanzar en la selección de sistemas.
El ministerio de Defensa expuso que la creación de un sistema antiaéreo y antidrones en capas pretende liberar medios aéreos y navales para otras misiones y racionalizar la respuesta frente a amenazas combinadas. En abril, análisis especializados describieron el “Escudo de Aquiles” como un componente central de la modernización militar, con énfasis en redes de sensores y respuesta rápida. La integración de este sistema con artillería cohete, radares de nueva generación y baterías antiaéreas de distintos alcances constituye el conjunto principal del programa material.
La cobertura presupuestaria de 28.000 millones de euros hasta 2036 para el conjunto de la modernización, con unos 3.000 millones destinados al “Escudo de Aquiles”, define el marco de contratación en el que se insertan las conversaciones con Israel. El Gobierno mantiene el plan de reemplazar sistemas heredados por plataformas modernas y de asegurar suministro de munición y repuestos durante el ciclo de vida. En este esquema, las autoridades informaron que las negociaciones con Israel por PULS y por sistemas antiaéreos se intensificarán el próximo mes.