El avión furtivo chino conocido como “J-36” reapareció en octubre y noviembre de 2025 para vuelos de prueba en China. Imágenes difundidas mostraron un segundo prototipo con variaciones estructurales visibles. Las grabaciones circularon primero en redes chinas y después recibieron verificación por parte de analistas internacionales, quienes situaron parte de las pruebas entre Chengdu y Lop Nur.
Ni la corporación Aviación de China (AVIC) ni los fabricantes Chengdu Aircraft Industry Group o Shenyang Aircraft Corporation reconocen de forma oficial la denominación “J-36”. Los medios estatales la tratan como un nombre no confirmado, empleado por entusiastas y analistas, mientras que publicaciones extranjeras la adoptan como designación práctica para identificar el mismo desarrollo experimental.
Las primeras fotografías, del 26 de diciembre de 2024, mostraron un avión sin cola convencional, con ala delta, grandes superficies móviles traseras y entradas de aire laterales en cuña. Las imágenes revelaron además una toma de aire dorsal adicional y tres motores. En abril de 2025 se publicaron vistas frontales que reforzaron esa interpretación y, en octubre de 2025, un nuevo ejemplar evidenció modificaciones en entradas, tren de aterrizaje y salidas de los motores.
🚀WATCH: China’s 6th-gen J-36 fighter prototype takes flight — looks more like a rocket than a jet at first glance. 👀 pic.twitter.com/A1QdooATJ9
— Defence Index (@Defence_Index) November 20, 2025
El seguimiento cronológico del programa, con base en fuentes verificadas por medios y analistas de inteligencia de fuentes abiertas (OSINT), incluye cuatro hitos: 26 de diciembre de 2024, primeras imágenes en Chengdu; primavera de 2025, nuevos ángulos del fuselaje; 28-29 de octubre de 2025, aparición del segundo prototipo con alteraciones externas; y 4 de noviembre de 2025, confirmación satelital de dos unidades activas en el área de Lop Nur.
La identificación de los lugares de prueba se apoyó en correspondencias visuales y antecedentes industriales. Las tomas de diciembre de 2024 coincidieron con el entorno aeronáutico de Chengdu, sede del grupo fabricante. En noviembre de 2025, el análisis de imágenes comerciales situó dos aeronaves de este tipo en la pista principal de Lop Nur, instalación asociada a programas clasificados y a operaciones con gran carga al despegue.
Las imágenes del segundo prototipo mostraron variaciones respecto al primero: nuevas geometrías en las entradas de aire, un tren principal rediseñado con ruedas en paralelo, carenados modificados y toberas con contornos más angulosos. Los estudios comparativos mantienen la lectura de ala delta sin cola y de superficies traseras de control de gran tamaño.
China's J-36 Conducted another Test flight. pic.twitter.com/b2CKqJuLPo
— International Defence Analysis (@Defence_IDA) November 20, 2025
El examen técnico inicial del fuselaje, sustentado solo en observaciones externas, identifica una configuración sin estabilizadores verticales, con controles integrados en el borde posterior del ala. La presencia de entradas laterales y una dorsal sugiere tres conductos independientes. Los conductos y las toberas recortadas reducen la firma radar y térmica. Las dimensiones del fuselaje indican volumen interno para bahías de armamento y una plataforma apta para misiones de largo alcance.
Estos rasgos se corresponden con tendencias de diseño atribuibles a programas occidentales de “sexta generación”: ausencia de superficies verticales, prioridad en baja detectabilidad y capacidad de gestión y enlace dentro de redes de combate. Proyectos como el europeo FCAS/NGF y el británico-japonés-italiano GCAP adoptan ese enfoque. En Estados Unidos, el programa NGAD adjudicó a Boeing el desarrollo de su versión tripulada en marzo de 2025.
Los documentos doctrinales chinos establecen objetivos de “guerra informatizada e inteligentizada”, con empleo de redes multidominio, vehículos no tripulados y fusión avanzada de sensores. El Libro Blanco “La defensa nacional de China en la nueva era” (2019) y el informe del Departamento de Defensa estadounidense de 2024 recogen esta orientación, sin atribuir capacidades específicas al “J-36”.
Çin'in 6. nesil savaş uçağı J-36pic.twitter.com/2X3Psu4cA0
— Savunma Sanayii (@savunsan) November 20, 2025
La evolución reciente de la aviación china aporta referencia temporal y tecnológica. La Fuerza Aérea del EPL pasó de los J-7 y J-8 a diseños nacionales J-10, J-11 y J-16, hasta incorporar el J-20 en 2011. La entrada en servicio del J-20 se confirmó en 2017. Su desarrollo, con motores WS-10C y WS-15 y sensores avanzados, ofrece un parámetro para estimar los ciclos de un caza furtivo moderno en China.
El nuevo avión aparece integrado en un conjunto aéreo más amplio que incluye transportes Y-20, cisternas YU-20, aviones de alerta temprana KJ-500 y drones GJ-11. En el oeste de China se han observado GJ-11 y ejercicios de reabastecimiento con socios extranjeros.
En materia de armamento, los análisis destacan el misil aire-aire PL-15 y el desarrollo de versiones de muy largo alcance (PL-17/PL-20 o PL-21) destinadas a neutralizar aeronaves estratégicas. No existe evidencia pública de su integración en el prototipo, aunque el concepto resulta coherente con un caza furtivo de largo alcance y gran capacidad de ataque.
Los estudios doctrinales describen el nuevo avión como componente principal dentro de una arquitectura integrada de sistemas, con enlaces seguros y comunicaciones de difícil interceptación, apoyada por drones y plataformas de alerta temprana. Las referencias a “guerra inteligentizada” sitúan el objetivo chino de operar redes de combate avanzadas hacia 2035.
La respuesta regional muestra ajustes estratégicos. Japón, en su Libro de Defensa de 2025, advierte sobre la expansión aérea china y propone reforzar la defensa de las islas del suroeste. De forma paralela, los programas europeos FCAS y GCAP avanzan hacia demostradores para la década de 2030, mientras que el NGAD estadounidense progresa en el reemplazo del F-22 mediante una “familia de sistemas”.

La difusión de información sobre el prototipo repitió el patrón observado con el J-20 en 2011: publicaciones en redes chinas y posterior eco en medios estatales con cautela respecto al nombre “J-36”. Entre 2024 y 2025, el comportamiento comunicacional mostró una secuencia de difusión gradual con validaciones selectivas, en la que filtraciones iniciales precedieron a menciones oficiales limitadas.
En el ámbito industrial, la propulsión permanece como área crítica. Informes recientes señalan avances en los motores WS-15 y WS-20, aunque persisten diferencias de fiabilidad frente a homólogos occidentales. En 2024 y 2025, evaluaciones técnicas indicaron mejoras de rendimiento, con retos vigentes en mantenimiento y durabilidad.
Los materiales compuestos, las estructuras de baja observabilidad y los recubrimientos absorbentes de radiación continúan como prioridades. Estudios académicos sobre cerámicos de alta temperatura y materiales multifuncionales indican un nivel de desarrollo en aumento en tecnologías aplicables a cazas furtivos de nueva generación. El Pentágono documentó ejercicios con simulaciones de ataques a Guam y a plataformas marítimas. Japón y Australia reforzaron la defensa antiaérea y la capacidad de despliegue ante el incremento del alcance operativo chino.
Hasta noviembre de 2025, el programa “J-36” cuenta con dos prototipos distintos, diferencias estructurales visibles y operaciones confirmadas en Chengdu y Lop Nur. La designación permanece sin validación oficial, y la configuración descrita resulta consistente con la doctrina china que prevé su utilización como componente principal de un sistema de combate de sexta generación asociado al marco de “guerra inteligentizada”.
