Teherán solicitó a Riad que persuadiera a Washington para reactivar las conversaciones nucleares interrumpidas, según dos fuentes regionales al tanto del asunto. La petición se conoció después del envío de una carta del presidente iraní, Masoud Pezeshkian, al príncipe heredero saudí; medios iraníes y saudíes difundieron el lunes la existencia de ese mensaje.
En su carta, Pezeshkian afirmó que Irán no busca la confrontación, que aspira a una cooperación regional más sólida y que mantiene apertura para resolver la disputa nuclear mediante la diplomacia, siempre que se garanticen sus derechos, según las fuentes citadas por Reuters.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Esmaeil Baghaei, explicó que el mensaje remitido por Pezeshkian tenía carácter “puramente bilateral”. La oficina de comunicación saudí no respondió de inmediato a la consulta de los medios.
Antes de la guerra de junio, Irán y Estados Unidos realizaron cinco rondas de diálogo sobre el programa de enriquecimiento de uranio. Ese conflicto se prolongó durante doce días y comenzó tras bombardeos israelíes y operaciones de Estados Unidos contra tres instalaciones nucleares iraníes.
Israel justificó la ofensiva de gran escala contra altos mandos militares, científicos vinculados al programa nuclear, instalaciones de enriquecimiento y misiles iraníes como una acción preventiva ante el objetivo declarado por Irán de destruir el Estado judío.
En respuesta, Irán lanzó más de 500 misiles balísticos y alrededor de 1.100 drones contra Israel; las autoridades sanitarias israelíes informaron de 32 muertos y más de 3.000 heridos. Las conversaciones posteriores quedaron paralizadas, aunque ambas partes mantienen su disposición a un acuerdo.
Una fuente del Golfo señaló que Irán busca un canal para restablecer el diálogo con Washington. La misma fuente indicó que el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman (MBS), apoya una salida pacífica y comunicó ese objetivo al presidente Donald Trump durante su visita oficial.
La fuente añadió que MBS desea cerrar este conflicto por vías no militares y transmitió a Trump su disposición a colaborar.
El martes, el príncipe heredero declaró ante la prensa: “Haremos todo lo posible para ayudar a alcanzar un acuerdo entre Estados Unidos e Irán”. Esta declaración reforzó su condición de mediador regional.
Riad y Teherán mantuvieron durante décadas una relación de rivalidad geopolítica en Oriente Medio, con apoyo a bandos opuestos en varios conflictos. La mediación de China en 2023 permitió normalizar sus vínculos diplomáticos y reducir tensiones.
El aumento de la actividad diplomática saudí, junto con su relación estratégica con Estados Unidos y la relación personal entre Trump y MBS, ha reforzado la posición de Riad como interlocutor relevante en la región.
Por contraste, Irán registra una pérdida de influencia a raíz de los reveses sufridos por Hamás y Hezbolá desde las ofensivas israelíes en Gaza y Líbano posteriores a la masacre del 7 de octubre de 2023, perpetrada por Hamás contra comunidades israelíes del sur.
La caída del régimen de Bashar al-Assad, aliado de Teherán, se produjo menos de dos semanas después del alto el fuego de noviembre de 2024 entre Israel y Hezbolá, organización que había apoyado al gobierno sirio durante la guerra civil.
El exdiplomático iraní Hamid Aboutalebi sostuvo que trasladar la mediación desde Omán y Qatar hacia Arabia Saudí constituye, en las circunstancias actuales, la opción estratégica más adecuada debido al poder estructural saudí, su influencia directa en Estados Unidos y su disposición a reducir tensiones.
Añadió en X que, por esas razones, considera que Arabia Saudí puede actuar como mediador eficaz y como canal válido para la transmisión de mensajes, una función que —a su juicio— no cumplen Omán, Qatar ni los gobiernos europeos.
Irán y Estados Unidos afirman respaldar la vía diplomática, pero sus condiciones se mantienen incompatibles. Las exigencias del clero gobernante iraní y de la administración Trump divergen en puntos sustantivos, lo que incrementa el riesgo de una escalada militar en la región.
Los estados del Golfo temen verse involucrados en una guerra en caso de que Israel vuelva a atacar a Irán y ya actuaron como intermediarios en el pasado, en especial Qatar y Omán. Estos gobiernos procuran evitar un conflicto que altere el equilibrio regional.
Teherán acusó a Estados Unidos de “traicionar la diplomacia” por el apoyo a Israel durante la guerra de junio y exige el levantamiento de las sanciones que afectan a su economía petrolera. Washington, por su parte, demanda que Irán detenga el enriquecimiento de uranio, limite su programa de misiles y abandone el apoyo a milicias regionales; Teherán rechaza esas condiciones.
Trump y Benjamin Netanyahu advirtieron que ordenarían nuevos ataques si Irán reanuda el enriquecimiento, una medida que —según su evaluación— podría representar un avance hacia el desarrollo de armas nucleares. Gobiernos occidentales e Israel sospechan que el programa civil iraní oculta fines militares.
Irán afirma que su objetivo es generar energía nuclear con fines pacíficos y anunció que respondería con una operación militar de gran escala ante nuevas acciones israelíes. El Organismo Internacional de Energía Atómica informó que Teherán enriquecía uranio al 60 %, un nivel sin aplicación civil y próximo al grado militar del 90 %.
El deterioro económico y el descontento social presionan a los dirigentes iraníes para introducir cambios. El ayatolá Alí Jamenei rechazó cualquier diálogo bajo presión militar o económica y señaló: “Quieren imponer sus demandas y avanzar en sus objetivos mediante presión militar y económica. Este enfoque es inaceptable y los iraníes no se someterán a él”.
La población afronta dificultades por la depreciación de la moneda, una inflación muy alta y la escasez de energía y agua, efectos derivados de años de mala gestión y de sanciones internacionales.
Ante la presión social y el riesgo de nuevos ataques israelíes si fracasa la vía diplomática, la cúpula clerical busca reducir el aislamiento del país y reabrir canales con Washington, según funcionarios iraníes citados por Reuters bajo condición de anonimato.
Kamal Kharrazi, asesor de Jamenei, instó la semana pasada a Trump a iniciar conversaciones con Irán “basadas en el respeto mutuo y la igualdad”, de acuerdo con medios oficiales iraníes.
