Un grupo cristiano anunció que 315 personas, entre alumnos y maestros, fueron capturadas el viernes en un nuevo secuestro colectivo en una escuela, el segundo en una semana, lo que aumentó la alarma por la seguridad en la nación más poblada del continente africano.
El asalto ocurrió al amanecer del viernes en la escuela mixta St Mary’s, situada en el estado de Níger, en el centro del país. El hecho siguió a otro ataque perpetrado el lunes en una escuela secundaria del vecino estado de Kebbi, donde hombres armados secuestraron a 25 alumnas.
La Asociación Cristiana de Nigeria (CAN) informó que la cifra actualizada “tras un ejercicio de verificación” eleva el total a “303 estudiantes y 12 profesores”. El comunicado precisó que el balance se obtuvo luego de un nuevo conteo realizado tras el secuestro masivo del viernes.
El número de víctimas de St Mary’s equivale a casi la mitad del alumnado total del colegio, que cuenta con 629 inscritos. Hasta el momento, el gobierno federal nigeriano no ha ofrecido declaraciones ni confirmó la cantidad de personas raptadas en el ataque.
Las autoridades de los estados vecinos de Katsina y Plateau ordenaron cerrar todas las escuelas por precaución. En Níger, el gobierno estatal también suspendió las clases y el presidente Bola Tinubu canceló su asistencia a la cumbre del G20 en Johannesburgo para manejar la crisis.
Los dos secuestros y un ataque reciente contra una iglesia en el oeste, donde murieron dos personas, se produjeron poco después de que el expresidente estadounidense Donald Trump advirtiera sobre una posible acción militar en respuesta a lo que llamó asesinatos de cristianos por extremistas islámicos en Nigeria.
El país sigue marcado por el secuestro de casi 300 alumnas de Chibok por parte de Boko Haram hace más de diez años, en el estado nororiental de Borno. Varias de aquellas jóvenes continúan desaparecidas pese a los rescates realizados en los últimos años.
La CAN indicó que el reverendo Bulus Dauwa Yohanna, obispo católico de la diócesis de Kontagora, supervisora de St Mary’s, ofreció la información tras visitar la institución. “Después de salir de la escuela en Papiri, decidimos hacer llamadas, hacer ejercicios de verificación y hacer más indagaciones sobre aquellos que creíamos que habían escapado con éxito, solo para descubrir que otros 88 estudiantes también fueron capturados tras intentar escapar”, afirmó.
“Esto suma ahora 303 estudiantes (hombres y mujeres), incluidos 12 profesores (4 mujeres y 8 hombres), lo que eleva el total de personas secuestradas a 315”, añadió en su comunicado el obispo.
Desde hace años, grupos criminales fuertemente armados intensifican sus incursiones en las zonas rurales del centro y noroeste nigeriano, donde la presencia estatal es mínima. Han matado a miles de civiles y realizan secuestros de forma sistemática para exigir rescates.
Las bandas mantienen campamentos en un extenso bosque que abarca los estados de Zamfara, Katsina, Kaduna, Sokoto, Kebbi y Níger. Según una fuente de la ONU que pidió anonimato, los niños raptados el lunes en Kebbi habrían sido trasladados al bosque de Birnin Gwari, en el estado de Kaduna.
En otro hecho, hombres armados irrumpieron el martes en una iglesia del oeste del país y asesinaron a dos personas durante una misa transmitida por internet. Se presume que decenas de feligreses fueron secuestrados durante el ataque.
Mientras el país lidia con amenazas simultáneas, el secuestro se ha convertido en un método habitual de bandas criminales y grupos yihadistas. Aunque los bandidos buscan lucro económico y carecen de motivaciones religiosas, su acercamiento a milicianos islamistas ha generado preocupación entre las autoridades.
Los grupos yihadistas mantienen desde hace 16 años una insurgencia en el noreste con el propósito de instaurar un Califato, lo que continúa desestabilizando la región y agravando la inseguridad nacional.
