Las fuerzas venezolanas poseen sistemas rusos de defensa antiaérea. Estados Unidos despliega buques y aeronaves en el Caribe para combatir narcoterrorismo.
Sistemas de defensa antiaérea de origen ruso en Venezuela
Las fuerzas armadas venezolanas disponen de un conjunto de sistemas de defensa antiaérea de origen mayoritario ruso, con alcances que llegan hasta 250 kilómetros en los sistemas de largo alcance y con coberturas puntuales a distancias cortas. En paralelo, la Operación Lanza del Sur, que el Gobierno de Estados Unidos anunció el 13 de noviembre de 2025, consiste en el despliegue de buques de guerra, aeronaves de combate y sistemas robóticos en el Caribe y el Pacífico oriental para combatir el narcoterrorismo, según comunicados oficiales del Departamento de Defensa estadounidense.
Hasta la fecha, la operación que el Comando Sur dirige registra más de 20 intervenciones contra embarcaciones sospechosas en aguas internacionales, con un saldo de al menos 70 personas fallecidas de acuerdo con reportes del Pentágono. En primer término, el núcleo de las defensas antiaéreas venezolanas se concentra en el sistema S-300VM, que Rusia suministró durante la década de 2000 y que intercepta objetivos a grandes distancias. Este sistema, que se monta sobre vehículos de oruga para facilitar el reposicionamiento, rastrea hasta 200 blancos de manera simultánea y alcanza misiles balísticos o aeronaves a 250 kilómetros, según especificaciones que el Ejército Bolivariano confirmó.
Las unidades S-300VM constituyen la capa externa de cobertura alrededor de áreas estratégicas como Caracas, las bases aéreas de Maracay y los corredores industriales de Aragua y Carabobo. Como complemento, los sistemas Buk-M2E, también de origen ruso, operan en un radio medio de hasta 50 kilómetros y se desplazan en chasis 6×6 para facilitar cambios de posición. Estos medios integran radar y lanzadores en una sola plataforma, lo que reduce el tiempo entre la detección y el disparo, y Rusia los entregó recientemente para reforzar la red antiaérea, de acuerdo con informes de transferencias entre Moscú y Caracas.

En ejercicios militares de 2019, las fuerzas venezolanas demostraron la operatividad de estos sistemas en maniobras combinadas con escenarios de defensa contra intrusiones aéreas. En el nivel intermedio, Venezuela dispone del Pechora-2M, versión modernizada del S-125 soviético, con un alcance efectivo de 35 kilómetros y adaptación a lanzadores sobre ruedas para aumentar la flexibilidad táctica. Este sistema, bajo operación del Comando de Defensa Aeroespacial Integral, cubre altitudes medias y ofrece protección frente a misiles de crucero o aeronaves que intentan evadir radares de mayor elevación.
Componentes clave de defensas venezolanas
- S-300VM intercepta a 250 km con rastreo de 200 blancos.
- Buk-M2E opera a 50 km en chasis móvil 6×6.
- Pechora-2M alcanza 35 km contra misiles de crucero.
- Igla-S suma más de 5.000 unidades portátiles a 6 km.
- Su-30MK2 realiza intercepciones con misiles aire-aire.
Operación Lanza del Sur y activos estadounidenses
La integración de estos elementos genera zonas de exclusión superpuestas, de modo que una penetración aérea encuentra varias capas de interceptación antes de aproximarse a objetivos clave. En el estrato de defensa cercana, los misiles portátiles Igla-S representan un volumen significativo, con más de 5.000 unidades distribuidas en puestos designados, según declaraciones del presidente Nicolás Maduro en octubre de 2025. Estos misiles de hombro interceptan blancos a baja altitud en un radio de hasta 6 kilómetros y se complementan con el RBS-70 de origen sueco, sistema guiado por láser que reapareció en desfiles militares recientes y mantiene precisión frente a contramedidas electrónicas.
La artillería antiaérea incluye cañones ZU-23-2 de 23 milímetros, desplegados en grandes cantidades para cubrir áreas con fuego de alta cadencia, y el Pantsir-S1, que combina misiles y cañones sobre plataformas móviles para la protección de aeródromos y puertos. De forma adicional, la Aviación Militar Bolivariana sostiene la red con cazas Su-30MK2, adquiridos en 2006 como sustitución de flotas afectadas por embargos estadounidenses, y con empleo en misiones de intercepción mediante misiles aire-aire.

Estas aeronaves, basadas en El Libertador y otras instalaciones, participaron en patrullas que detectaron vuelos de F-35 estadounidenses en espacio aéreo adyacente, según comunicados del ministerio de Defensa venezolano. La Armada Bolivariana mantiene buques con capacidad de defensa antiaérea limitada, aunque su función principal corresponde a operaciones marítimas. Todo el dispositivo se organiza bajo un mando unificado con prioridad en movilidad y redundancia, y con radares integrados que permiten una respuesta coordinada ante amenazas detectadas en tiempo real.
Por parte estadounidense, la Operación Lanza del Sur despliega activos navales, aéreos y autónomos con el propósito declarado de desarticular redes de tráfico ilícito en el hemisferio occidental. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció la iniciativa el 13 de noviembre de 2025 mediante un mensaje en redes sociales, por órdenes del presidente Donald Trump, y la describió como una campaña destinada a impedir el ingreso de drogas procedentes de organizaciones narcoterroristas.
Despliegue y contexto regional de la operación
El despliegue incluye el portaaviones USS Gerald R. Ford, posicionado en el Caribe desde mediados de noviembre, que opera cazas F-35 con baja firma de radar y aeronaves de reconocimiento para el monitoreo de rutas marítimas. Este buque, de mayor porte en su clase, realiza operaciones conjuntas con bombarderos B-52H que efectuaron demostraciones de ataque en la región, según publicaciones del Comando Sur. Asimismo, la operación incorpora plataformas robóticas que amplían el alcance sin exposición directa de personal, entre ellas buques de superficie autónomos de larga duración, lanchas interceptoras no tripuladas y aeronaves de despegue vertical que transmiten inteligencia a centros de mando en Florida.
Estas plataformas, bajo coordinación de la Cuarta Flota y la Fuerza de Tarea Conjunta Interagencial Sur, participaron en intervenciones que destruyeron embarcaciones sospechosas en el Pacífico oriental y el Caribe, con acciones reportadas desde septiembre de 2025. El 15 de noviembre, fuerzas estadounidenses atacaron un buque en aguas internacionales, lo que provocó 3 muertos, dentro de una serie que suma más de 20 incidentes similares. El Comando Sur confirmó la coordinación con guardacostas y el objetivo de interrumpir flujos de estupefacientes hacia territorio estadounidense.

En términos de magnitud, la presencia militar estadounidense en el área de responsabilidad del Comando Sur, que abarca más de 30 países, constituye el mayor despliegue en el Caribe desde la Guerra del Golfo, según evaluaciones de especialistas en seguridad regional. El dispositivo incluye aviones de vigilancia para cobertura continua y recursos de la II Misión Expedicionaria de Marines, que aumentan la capacidad de respuesta rápida. Rusia, aliada de Venezuela, expresó el 14 de noviembre su expectativa de que Washington evite acciones desestabilizadoras en la región, mientras Caracas movilizó tropas y sistemas antiaéreos ante la proximidad de estas fuerzas.
La operación integra una fuerza de tarea conjunta antinarcóticos creada en octubre de 2025, bajo la autoridad del Pentágono, con la misión de desmantelar carteles en el Caribe y el Pacífico. En este contexto, las defensas antiaéreas venezolanas, con énfasis en movilidad y en capas superpuestas, tienen la función de contrarrestar amenazas aéreas asociadas a patrullas o intervenciones vinculadas a la operación estadounidense.
El S-300VM y el Buk-M2E cubren amplias zonas costeras y corredores estratégicos, mientras Igla-S y Pantsir-S1 protegen accesos inmediatos a instalaciones críticas. Por su parte, los activos de Lanza del Sur, como los F-35 y los B-52, operan desde un portaaviones y desde bases en Puerto Rico, con foco en detección y ataques cinéticos en aguas internacionales. Venezuela reportó la detección de estas aeronaves en la Región de Información de Vuelo Maiquetía, hecho que condujo a la activación de protocolos de alerta máxima ordenados por el presidente Maduro.
