Irán acusó a Estados Unidos de aplicar un “enfoque intimidatorio” contra Venezuela. El Ministerio de Asuntos Exteriores en Teherán difundió el miércoles un comunicado tras una conversación telefónica entre el canciller Abbas Araghchi y su homólogo venezolano, Yván Gil Pinto. Ford y acciones letales contra embarcaciones señaladas por narcotráfico en el Caribe y en el Pacífico oriental.
Araghchi afirmó que las advertencias estadounidenses sobre el posible uso de la fuerza contra Venezuela “contravienen de forma clara” la Carta de las Naciones Unidas, de acuerdo con la nota oficial iraní. En la llamada, el ministro expresó respaldo a la soberanía venezolana y rechazó medidas que describió como unilaterales y coactivas.
Según la Cancillería iraní, Washington mantiene un proceder “intimidatorio” hacia países en desarrollo de la región y cualquier amenaza de fuerza contra Caracas constituye una “violación grave” de principios básicos del derecho internacional.
La presencia militar estadounidense abarca el ingreso en noviembre del grupo de ataque del Gerald R. Ford, considerado el portaaviones de mayor tamaño del mundo, en aguas del Caribe.

De acuerdo con funcionarios citados por agencias internacionales, este despliegue se añadió a la presencia de al menos siete u ocho buques de guerra, un submarino de propulsión nuclear y aeronaves F-35, con el argumento de reforzar operaciones antidroga en el entorno marítimo de Venezuela. La llegada del portaaviones a la zona se registró el 16 de noviembre.
Desde septiembre, fuerzas estadounidenses han ejecutado una campaña de ataques aéreos contra embarcaciones sospechosas de tráfico de drogas en el Caribe y en el Pacífico oriental. Para el 22 de noviembre, registros oficiales situaban el número de acciones en al menos 21, con un saldo de 83 muertos.
l 31 de octubre, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos pidió el cese de estos ataques, advirtió sobre ejecuciones extrajudiciales y solicitó investigaciones prontas, independientes y transparentes.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vinculado públicamente al mandatario venezolano, Nicolás Maduro, con actividades de narcotráfico. El 24 de noviembre, el Departamento de Estado designó al llamado “Cartel de los Soles” como organización terrorista extranjera, lo que activó penalidades adicionales y endureció el marco de sanciones.

El Gobierno venezolano rechazó la medida y calificó de inexistente a esa estructura. En paralelo, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, reiteró que Maduro “no es un líder legítimo” y sostuvo las acusaciones de narcotráfico contra el jefe del Estado venezolano.
Trump declaró el 17 de noviembre que no descarta enviar tropas a territorio venezolano y, al mismo tiempo, manifestó apertura a un eventual diálogo directo con Maduro. En las últimas horas, indicó en Florida que estaría dispuesto a conversar “si con ello se salvan vidas”, sin excluir otras opciones. Estas declaraciones se produjeron mientras altos mandos militares estadounidenses realizaban desplazamientos por islas del Caribe para coordinar acciones con gobiernos aliados.
Además, el 16 de octubre, el presidente confirmó que autorizó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a ejecutar operaciones encubiertas en Venezuela como parte de su estrategia para frenar el narcotráfico y el flujo de migrantes. Medios y agencias consignaron esa autorización y la vincularon con una intensificación de las acciones marítimas iniciadas semanas antes. La Casa Blanca no detalló el alcance de las actividades ni su temporalidad.
El Gobierno de Venezuela sostiene que la campaña antidroga funciona como pretexto para deponer a Maduro y controlar las reservas de hidrocarburos del país. En septiembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores en Caracas advirtió sobre una “amenaza militar inmoral” orientada a los recursos petroleros y gasíferos, en respuesta a informaciones sobre preparativos de nuevas operaciones estadounidenses. Además, funcionarios venezolanos acusaron a Washington de reactivar narrativas con fines de “cambio de régimen”.

En las últimas semanas, fuentes oficiales de Estados Unidos admitieron la preparación de una “nueva fase” de operaciones relativas a Venezuela. A la vez, el Gobierno de Cuba calificó de “exagerada y agresiva” la actividad militar estadounidense en el Caribe y alertó sobre riesgos para la estabilidad regional y para el derecho internacional. Estas advertencias se difundieron el 25 de noviembre, en vísperas de nuevas decisiones de Washington sobre su dispositivo naval y aéreo.
Irán y Venezuela mantienen una relación estrecha en distintos ámbitos bajo el impacto de sanciones estadounidenses. En junio de 2022, durante una visita de Nicolás Maduro a Teherán, ambos gobiernos firmaron un plan de cooperación de 20 años que abarca energía, comercio y tecnología.
En meses recientes, autoridades iraníes reiteraron su respaldo político a Caracas en foros multilaterales y en contactos bilaterales, en coherencia con la postura expresada por Araghchi en su comunicación con Yván Gil.
La Cancillería iraní ha sostenido que cualquier amenaza de uso de la fuerza contra Venezuela vulnera normas imperativas del derecho internacional. En ese marco, la conversación entre Araghchi y Gil se realizó el miércoles y conectó la agenda bilateral con los desarrollos de seguridad en el Caribe, a partir de la llegada del grupo de ataque del Gerald R. Ford y de operaciones marítimas que han dejado decenas de muertos desde comienzos de septiembre.
