Israel entregó la semana pasada a Hamás, mediante mediadores internacionales, una oferta que permitiría la salida controlada de decenas de miembros del grupo islamista atrapados en túneles situados bajo un área que controlan las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en el este de Rafah.
El Canal 12 reveló que la propuesta permitiría a los combatientes abandonar los túneles si se rinden, aceptan su traslado a cárceles israelíes y, en una fase posterior, obtienen la posibilidad de ser liberados y trasladados a la zona de Gaza administrada por Hamás, con la obligación de desarmarse y renunciar a la actividad armada.
El plan remitido por Israel establece dos grupos de condiciones: una rendición inmediata con supervisión directa y la entrega a custodia penitenciaria, seguida de una liberación futura dependiente del cumplimiento de compromisos formales de desarme y renuncia a la violencia antes de su reinstalación en el área bajo control de Hamás. Según las mismas fuentes, el ofrecimiento fue transmitido a dirigentes del grupo islamista a través de canales diplomáticos de Estados intermediaros.
Hasta el momento, los integrantes de Hamás aludidos en la propuesta no se han entregado. Informes del ejército y reportes de terreno mencionan intentos de fuga o enfrentamientos de grupos que emergieron por accesos de túnel para atacar tropas israelíes desplegadas en la zona, lo que indicaría que el planteamiento no fue aceptado. Oficiales de brigadas que operan en Rafah describieron combates contra personas que salían de los túneles, algunos terminados en detenciones y otros en muertes.
Las cifras sobre los miembros de Hamás atrapados varían según las fuentes. El informe televisivo habla de “decenas” en la zona oriental de Rafah bajo control israelí, mientras que estimaciones difundidas a inicios del mes por autoridades y mandos militares elevaron el número total de combatientes ocultos en túneles en áreas controladas por las FDI, principalmente en Rafah, a entre 100 y 200.
El ofrecimiento se enmarca en la situación generada tras el trazado de la denominada “línea amarilla”, franja que delimita la parte de Gaza que quedó bajo control operativo de las FDI después del alto el fuego alcanzado en octubre. En esa zona, especialmente en Rafah, persisten grupos de combatientes de Hamás escondidos en túneles construidos antes del acuerdo. Mandos israelíes aseguran que el propósito operativo allí es localizar, capturar o eliminar a esos milicianos y desmantelar las rutas subterráneas aún activas.
Las gestiones diplomáticas sobre el destino de esos combatientes se intensificaron desde principios de noviembre. Fuentes regionales y funcionarios citados por agencias internacionales mencionaron conversaciones con la participación de Egipto, Qatar y Estados Unidos para hallar una salida que contemple la entrega de armas y la salida de los túneles. Autoridades turcas confirmaron que Ankara interviene en esos contactos en calidad de mediador.
A comienzos del mes, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, expresó que no aceptaría un “paso seguro” para los cerca de 200 miembros de Hamás presuntamente atrapados en túneles en zonas bajo control de las FDI, después de que se informara sobre una posible evacuación controlada hacia áreas administradas por Hamás. Su declaración respondió a críticas de sectores políticos que rechazaban permitir la salida de milicianos sin rendición previa ni supervisión judicial.
Sobre el terreno, unidades de infantería y zapadores israelíes que actúan en el este de Rafah reportaron progresos en la detección de túneles, destrucción de accesos y debilitamiento logístico de los grupos que permanecen bajo tierra. Los mandos militares atribuyen a la presión constante sobre esa red el surgimiento ocasional de individuos en superficie, que termina con arrestos o intercambios de fuego. Partes oficiales recientes mencionaron la aparición de grupos por un mismo complejo subterráneo, con saldo de detenidos y abatidos.
El brazo armado de Hamás afirmó a mediados de mes que sus integrantes en los túneles de Rafah no se rendirán y pidió a los mediadores buscar otra solución que no implique entregas individuales a fuerzas israelíes. Esa posición forma parte del debate sobre la implementación de las etapas del alto el fuego de octubre y los mecanismos de verificación y cumplimiento acordados.
La propuesta israelí difundida la semana pasada añade un elemento particular: además de la rendición y el encarcelamiento, contempla la liberación posterior bajo promesas formales de desarme y abstención de ataques, con retorno a la franja controlada por Hamás. El ofrecimiento fue remitido a los dirigentes del grupo a través de canales estatales intermediarios y, según el medio que divulgó la noticia, no hay certeza de que los líderes puedan comunicarse con los combatientes escondidos en los túneles.
