Australia declaró al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán como patrocinador estatal del terrorismo. La ministra de Asuntos Exteriores Penny Wong informó que la decisión se tomó tras una evaluación de inteligencia que atribuyó a esa fuerza paramilitar los ataques incendiarios contra la comunidad judía del país.
“El Gobierno se comprometió a dar esta medida tras la evaluación de ASIO [Organización Australiana de Inteligencia de Seguridad] de que el CGRI había orquestado ataques contra la comunidad judía de Australia — contra la Cocina Continental de Lewis en Sídney en octubre de 2024 y la Sinagoga Adass Israel en Melbourne en diciembre de 2024”, dijo el ministerio en un comunicado.
“Estos cobardes ataques en suelo australiano estaban diseñados para socavar y sembrar división en nuestra sociedad multicultural, dirigiéndose a judíos australianos para causar daño y avivar el miedo”, decía.
El comunicado precisó que esta fue la primera vez que Australia incluyó a un estado como patrocinador del terrorismo bajo la nueva legislación aprobada este año. También señaló que “el ministro del Interior quedó convencido de que el CGRI cumplía los criterios para ser incluido como estado patrocinador del terrorismo según la División 110 del Código Penal”.
La ley australiana tipifica como delito “dirigir las actividades de, ser miembro, asociarse con miembros de, reclutar para, formarse, obtener fondos para, de, o para apoyar a un estado patrocinador del terrorismo”, y establece penas de hasta 25 años de prisión para los infractores.
El ministerio afirmó que “incluir al CGRI en la lista es un importante elemento disuasorio y una interrupción de la actividad terrorista, y pone en alerta al público de que el CGRI es un estado patrocinador del terrorismo según la ley australiana, y que ciertos tratos con ellos son ahora delitos”, además de ser “un recordatorio de que la actividad terrorista no termina en nuestras fronteras”.
Tras las acusaciones de Australia en agosto contra Irán por los ataques incendiarios antisemitas en Sídney y Melbourne, el Gobierno expulsó al embajador de Teherán, otorgándole siete días para abandonar el país, una medida sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.
El incendio en la Sinagoga Adass Israel de Melbourne fue uno de los episodios más graves de violencia antisemita. El fuego destruyó gran parte del templo, causó conmoción nacional y fue calificado por la policía como un “probable incidente terrorista”.
Irán mantiene antecedentes de agresiones contra judíos e israelíes fuera de su territorio, con operaciones documentadas en Sudamérica y Europa. Las autoridades internacionales han vinculado a Teherán con ataques contra instituciones judías e israelíes en Suecia, Alemania y Chipre, entre otros países.
En ese mismo mes, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu envió una carta al jefe de Gobierno australiano, Anthony Albanese, en la que lo acusó de inacción ante el antisemitismo en Australia.
