Más de 300 personalidades judías, entre ellas rabinos y activistas por los derechos de las mujeres, exigieron a las Naciones Unidas que retire del cargo a Reem Alsalem, relatora sobre violencia contra mujeres y niñas, por negar la existencia de violaciones durante el ataque terrorista de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023.
El mensaje dirigido a Antonio Guterres, secretario general de la ONU, se envió dos semanas después de que Alsalem publicara en X que “ninguna investigación independiente encontró que la violación ocurriera el 7 de octubre”, comentario que provocó una fuerte respuesta de la comunidad judía internacional.
Los firmantes expresaron en la misiva su “horror e indignación” ante las declaraciones de Alsalem y citaron informes de la ONU de marzo de 2024 y julio de 2025 que determinaron “motivos razonables” para creer que se produjeron agresiones sexuales en distintos lugares, incluyendo casos de violación y violación en grupo durante los ataques.
La iniciativa fue impulsada por Amy Elman, profesora de Kalamazoo College y autora sobre antisemitismo, junto con Rafael Medoff, director del Instituto David S. Wyman. Ambos compartieron la carta con la Agencia Telegráfica Judía poco después de su entrega a Guterres.
“El abuso sexual dirigido a israelíes por parte de Hamás y sus partidarios es un arma en el arsenal de quienes buscan la aniquilación de Israel”, declaró Elman. Añadió: “Es indignante que negacionistas como Reem Alsalem estén ayudando y encubriendo la violencia sexual alegando que nunca ocurrió. Estos apologistas deberían avergonzarse”.
Entre los firmantes figuran Deborah Lipstadt, exenviada contra el antisemitismo; Judith Rosenbaum, directora del Archivo de Mujeres Judías; el rabino Irving Greenberg, exjefe del Museo Conmemorativo del Holocausto; la rabina Deborah Waxman, presidenta de Reconstructing Judaism; y Sharon Cohen Anisfeld, presidenta del Hebrew College.
El debate sobre si se produjeron agresiones sexuales durante la masacre de Hamás, en la que murieron unas 1.200 personas, persiste entre críticos de Israel que sostienen que el país utiliza las denuncias de violación como herramienta propagandística, a pesar de las pruebas documentadas de los ataques.
Francesca Albanese, relatora de la ONU sobre derechos palestinos y reconocida detractora de Israel, también ha puesto en duda esas acusaciones, pese a haber enfrentado denuncias de antisemitismo y solicitudes previas de destitución por parte del gobierno de Trump.
Junto a los informes de la ONU, investigaciones periodísticas y de organizaciones israelíes sin ánimo de lucro han respaldado los testimonios que confirman la existencia de violencia sexual durante el 7 de octubre, ofreciendo evidencia independiente de los hechos.
La nueva carta se originó tras un intercambio en redes en el que Alsalem debatía sobre la persecución judicial de soldados israelíes acusados de abusar de un prisionero palestino, conversación que derivó en una discusión sobre credibilidad y doble rasero.
Al día siguiente, Alsalem compartió un pódcast publicado en octubre donde cuestionó la validez del informe de marzo de 2024, para asegurar que intentó contactar al gobierno israelí para contrastar información sin recibir respuesta oficial.
“Los medios, ciertas organizaciones y el mundo básicamente cayeron en la trampa que tendió Israel, que es proyectar que se cometió violencia sexual bárbara por parte de estos hombres palestinos bárbaros, y que se manipuló, difundió y se utilizó mucho para luego justificar el genocidio”, dijo Alsalem en el pódcast. Israel rechaza con firmeza esa acusación de genocidio.
Rafael Medoff afirmó que mantener a Alsalem en su cargo revela un doble estándar de la ONU hacia Israel y el antisemitismo. “Si un funcionario de la ONU hiciera un comentario así sobre víctimas de violación de cualquier otro grupo étnico o religioso, habría un alboroto internacional”, sostuvo. “El mismo estándar debería aplicarse a las mujeres judías israelíes que fueron agredidas sexualmente por terroristas de Hamás”.
