La Asamblea general de las Naciones Unidas aprobó en Nueva York dos resoluciones que reclaman a Israel la retirada de los Altos del Golán sirios y de Judea y Samaria y Jerusalén Este, decisión que el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, criticó públicamente al calificar en la red X a la Asamblea como “desconectada de la realidad” y describir el Golán como una “línea de defensa vital” para la protección de los ciudadanos israelíes.
La primera de las resoluciones, titulada “Arreglo pacífico de la cuestión de Palestina”, obtuvo 151 votos a favor, 11 en contra y 11 abstenciones. El texto, promovido por Djibouti, Jordania, Mauritania, Qatar, Senegal y la delegación palestina, reafirma la responsabilidad de Naciones Unidas sobre la cuestión palestina, reclama el fin de la ocupación iniciada en 1967 y exige a Israel que retire sus fuerzas de los territorios palestinos ocupados, incluidas Judea y Samaria y Jerusalén Este, definidos en el documento como “Territorio Palestino Ocupado”. Asimismo, pide el cese de toda actividad de colonización y respalda de forma expresa la solución de dos Estados.
La segunda resolución, titulada “El Golán Sirio” y presentada por Egipto, declara “ilegal” la continuación de la ocupación y la anexión de los Altos del Golán y “demanda una vez más” que Israel se retire de todo el territorio ocupado hasta la línea de 4 de junio de 1967, en aplicación de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad.
El texto se aprobó con 123 votos a favor, 7 en contra —entre ellos Israel, Estados Unidos, Estados Federados de Micronesia, Palaos, Papúa Nueva Guinea, Paraguay y Tonga— y 41 abstenciones. Además, considera la ocupación y la anexión de facto del Golán un obstáculo para alcanzar una paz justa, integral y duradera en la región y pide reanudar las negociaciones en los frentes sirio y libanés.
La resolución sobre el Golán reitera el contenido de la Resolución 497 del Consejo de Seguridad, adoptada en 1981, que declaró “nula y sin efecto jurídico internacional” la decisión israelí de imponer sus leyes, jurisdicción y administración en el territorio sirio ocupado y pidió a Israel rescindir esa decisión. La referencia al 14 de diciembre de 1981 alude a la denominada Ley de los Altos del Golán, mediante la cual el Parlamento israelí aplicó el ordenamiento israelí a la meseta, sin reconocimiento mayoritario por parte de la comunidad internacional.
Los Altos del Golán, situados en el suroeste de Siria, quedaron bajo control israelí tras la Guerra de los Seis Días de junio de 1967, en la que Israel ocupó también Judea y Samaria —incluida Jerusalén Este—, la Franja de Gaza y la península del Sinaí. En 1974, después de la guerra de 1973, Israel y Siria firmaron un Acuerdo de Separación de Fuerzas y el Consejo de Seguridad creó la Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación (UNDOF) para supervisar la zona desmilitarizada entre ambas partes.
En los últimos años, el estatus del Golán se ha visto afectado por decisiones y dinámicas adicionales. El Consejo de Seguridad ha mantenido la posición de que la adquisición de territorio por la fuerza es inadmisible, mientras que la mayoría de los Estados continúa considerando el Golán como territorio sirio ocupado, pese al reconocimiento de la soberanía israelí sobre la zona anunciado por Estados Unidos en 2019.
Paralelamente, se desarrollan contactos y propuestas de seguridad entre Israel, Siria y Estados Unidos, centradas en la creación de zonas de separación y en el control de la frontera, en un contexto marcado por operaciones militares israelíes en el sur de Siria y por la presencia de grupos armados en ese país.
Tras la votación, Danon reiteró en X que Israel “no volverá a las líneas de 1967 y no abandonará el Golán”, y sostuvo que la Asamblea general debería centrarse en “los crímenes del eje iraní y las actividades peligrosas de las milicias en Siria” en lugar de exigir la retirada israelí de la meseta.
