La ministra de Protección Ambiental, Idit Silman, expone las bases de una estrategia destinada a enfrentar la quema ilegal de residuos en Judea y Samaria, y detener la contaminación que atraviesa la Línea Verde hacia territorio israelí. El objetivo central es contener el daño ambiental y restablecer el control regulatorio en la región.
Como acción inicial, el ministerio destinó 40 millones de NIS ($12,4 millones) para recuperar uno de los dos vertederos que sirven a Judea y Samaria, y para incorporar nuevos inspectores que supervisen los transportes de desechos. Las inspecciones incluirán la Línea Verde, donde camiones trasladan residuos israelíes para quemarlos en la zona y eludir las tasas de vertido en Israel.
El proyecto presentado por Silman insta a la Administración Civil israelí, encargada de los asuntos civiles en el Área C bajo control total israelí, a acelerar la autorización de un nuevo vertedero en Ramun, próximo a Ramala. Dicho sitio dispondrá de una planta de clasificación y estará abierto también al uso de los asentamientos israelíes.
A largo plazo, el plan contempla habilitar dos centros adicionales de tratamiento de desechos: uno en Tarkumiya, al noroeste de Hebrón, y otro en Rantis, al noroeste de Ramala. Ambas instalaciones reforzarán la capacidad de gestión ambiental en el sur y centro de Judea y Samaria.
Se implementará además una línea directa de atención pública para reportar la contaminación del aire generada por incendios, coordinada entre los ministerios de Protección Ambiental y Finanzas, el Servicio de Bomberos y Rescate, la Policía de Israel y la Administración Civil. También se instalarán tres estaciones nuevas de monitoreo atmosférico a lo largo de la Línea Verde.
Durante una sesión del Comité de Asuntos Internos y Medio Ambiente de la Knéset, Silman pidió al Ministerio de Finanzas 134,6 millones de NIS ($41,7 millones) para financiar inspectores, investigadores y fiscales adicionales. Solicitó también fortalecer la fiscalización en el lado israelí de la Línea Verde, donde la quema ilegal de residuos persiste, sobre todo en localidades árabes.
