El primer ministro libanés expone ante una delegación de la ONU que su país requerirá un contingente sucesor en el sur del Líbano, en la franja limítrofe con Israel, para llenar el vacío previsto por la retirada de los cascos azules cuyo mandato finalizará al cierre del próximo año.
El Consejo de Seguridad decidió por unanimidad en agosto la disolución de FPNUL en 2026, casi medio siglo después de su despliegue. Esa votación fijó el final de la misión de paz establecida para vigilar la zona meridional libanesa y consolidó un calendario definitivo para su retiro.
Nawaf Salam dialoga con el grupo que representa a los 15 miembros del Consejo de Seguridad y sostiene que otra fuerza de seguimiento apoyaría a las unidades libanesas situadas en la línea fronteriza, donde las tropas intensifican su presencia en una franja volátil marcada por 14 meses de guerra entre Israel y el grupo terrorista Hezbolá.
Salam plantea un dispositivo limitado que operaría con un modelo parecido al grupo de observadores de la ONU apostado en la frontera entre Siria e Israel desde 1974. Esa idea apunta a un esquema reducido que supervise la zona y respalde a las fuerzas locales.
La delegación de la ONU no ofrece una postura inmediata tras su llegada desde Siria. Más temprano, el equipo visitó al presidente Joseph Aoun, quien afirmó que Líbano aceptará cualquier decisión de cualquier país que mantenga fuerzas en el sur libanés una vez concluya el mandato de FPNUL.
