El canciller libanés, Youssef Rajji, asegura que la decisión sobre el desarme del grupo terrorista Hezbolá depende exclusivamente de Irán, y confirma haber tratado el tema con su homólogo iraní, Abbas Araghchi. Según explicó, la posición de Teherán determinará cualquier cambio en la estructura armada del movimiento.
“Hezbolá no entregará sus armas sin una decisión iraní”, declara Rajji a Al Arabiya. Añade que “ahora mismo [Hezbolá] se preocupa por preservarse y recuperar el poder”.
Ante la insistencia de Estados Unidos e Israel para que Beirut desarme a Hezbolá., independientemente de la demanda internacional”, presentando la cuestión como una decisión soberana del Estado libanés.
El ministro sostiene que las armas del grupo no han servido para “apoyar a Gaza, liberar Jerusalén ni defender el Líbano” frente a los ataques israelíes, en clara refutación de las justificaciones que Hezbolá usa para conservar su arsenal.
Rajji acusa al movimiento de “provocar al gobierno cada día con las charlas de su jefe, el jeque Naim Qassem, sobre el rearmamento”. Sus declaraciones se produjeron un día después de que Qassem denunciara que Beirut había ofrecido una “concesión gratuita” a Israel al enviar a un civil, y no a un militar, para encabezar las conversaciones derivadas del alto el fuego del 27 de noviembre pasado.
El canciller expresa su confianza en que el nombramiento del diplomático Simon Karam como enviado civil sea un “paso positivo” que podría “evitar al Líbano una operación militar a gran escala” de Israel. Rajji considera que esta medida puede abrir un espacio para la distensión entre ambas partes.
Sin embargo, aclara que “Líbano está muy lejos de firmar un acuerdo de paz con Israel”, y puntualiza que Karam dialoga únicamente sobre “cuestiones militares”, centradas en el cese de los ataques israelíes en el sur del país y la retirada de las FDI de territorio libanés.
