Bombarderos B-52H volaron a corta distancia de la costa norte de Venezuela bajo la operación Southern Spear, con escoltas F-35B y F/A-18, y apoyo naval.
Vuelos de B-52H cerca de Venezuela bajo la operación Southern Spear
Estados Unidos desplazó bombarderos B-52H Stratofortress hasta las inmediaciones del espacio aéreo venezolano en el mar Caribe durante octubre y noviembre de 2025, bajo la operación “Southern Spear”, cuyo enfoque oficial se limita a la lucha contra el narcotráfico. Las salidas volaron a corta distancia de la costa norte de Venezuela con escolta de cazas F-35B y F/A-18 de la Marina y del Cuerpo de Marines. Caracas describió este cuadro como una amenaza directa contra la seguridad nacional.
El 15 de octubre se produjo el primer movimiento destacado: tres B-52H de la Fuerza Aérea de Estados Unidos volaron frente a la costa venezolana en una misión que el mando aéreo definió como “demostración de ataque de bombarderos” dentro del área del Mando Sur. Observadores civiles detectaron la formación mediante plataformas de seguimiento de vuelos, que registraron circuitos sobre el sur del Caribe durante horas sin entrada en espacio aéreo de Venezuela.
Imágenes difundidas por la Fuerza Aérea mostraron al menos dos B-52H con escolta de F-35B Lightning II del Cuerpo de Marines, adelantados desde Puerto Rico, lo que confirmó la integración de bombarderos y cazas de quinta generación en la operación. Ese vuelo se integró en un patrón de salidas reiteradas de bombarderos pesados hacia la zona a lo largo del otoño de 2025.

A partir del 20 de noviembre, B-52H del Ala de Bombardeo de Minot, en Dakota del Norte, ejecutaron nuevas misiones de largo alcance hacia el mar Caribe. Según una cronología armada con comunicados oficiales y registros civiles, varios aparatos despegaron de Estados Unidos, repusieron combustible en vuelo con KC-135 y se internaron en el área del Mando Sur, cuyo componente aéreo reportó otra “demostración de ataque de bombarderos” en apoyo de Southern Spear.
Fechas y datos clave del despliegue y sus efectos
- 2 de octubre: Padrino López denunció detección de cinco “aviones de combate” a 75 kilómetros de la costa.
- 15 de octubre: tres B-52H volaron frente a Venezuela en demostración de ataque dentro del Mando Sur.
- 20 de noviembre: B-52H de Minot iniciaron nuevas misiones de largo alcance hacia el Caribe.
- 24 de noviembre: un B-52H voló paralelo a la costa, pasó al norte de Caracas y regresó.
- 21 de noviembre: la FAA emitió un NOTAM de seguridad para la FIR Maiquetía (SVZM).
Vuelo del 24 de noviembre y seguimiento masivo del trayecto frente a Venezuela
El 24 de noviembre llegaron al Caribe dos B-52H procedentes de Minot. Uno regresó antes de tiempo a su base, mientras el otro continuó con escolta de cazas F/A-18 de la Marina estadounidense. La tripulación mantuvo activado el transpondedor, y el perfil visible reveló que el bombardero voló en paralelo a la costa venezolana, pasó al norte de Caracas y puso rumbo de regreso al territorio continental estadounidense.

Plataformas de rastreo de tráfico aéreo cifraron en decenas de miles las conexiones simultáneas a la señal del aparato durante el tramo frente a Venezuela. Ese volumen de seguimiento convirtió la trayectoria del B-52 en uno de los vuelos militares más seguidos del año en tiempo real.
El componente aéreo del Mando Sur había calificado previamente estas salidas como “demostración de ataque de bombarderos” en apoyo de Southern Spear. La secuencia de vuelos incluyó despegues desde Estados Unidos y reabastecimientos con KC-135 antes de la entrada en el área de responsabilidad del Mando Sur, según los registros de vuelo civil utilizados por observadores para reconstruir la cronología.
La primera salida había quedado a cargo de la formación adscrita al 2.º Ala de Bombardeo de Barksdale, con difusión de imágenes oficiales que mostraron integración con F-35B desplegados desde Puerto Rico. Ese antecedente fijó el patrón de presencia de bombarderos estratégicos en las inmediaciones de la costa norte de Venezuela durante el tramo central del otoño de 2025.
B-1B Lancer y despliegue naval en el Caribe dentro de Southern Spear
En la última semana de octubre y en noviembre, la presencia de B-52H se combinó con salidas de bombarderos supersónicos B-1B Lancer. Un artículo de Associated Press, basado en datos de seguimiento civil y en la confirmación de un cargo militar, detalló que una pareja de B-1 voló hasta la costa venezolana en una misión de adiestramiento para simular un ataque, pocos días después de la incursión de los B-52.
Según esa información, el Pentágono había caracterizado el vuelo anterior de los B-52 como una demostración de ataque, y ambas acciones formaron parte de una campaña de ejercicios en un Caribe con un número inusual de buques de guerra y aeronaves estadounidenses desplegados. Ese marco coincidió con una intensificación de operaciones navales y aéreas en torno al arco del Caribe sur y Puerto Rico.

El telón de fondo lo marcó la operación “Southern Spear”, dirigida por el Mando Sur desde finales del verano de 2025. Bajo ese dispositivo, Washington concentró en el sur del Caribe y en Puerto Rico un grupo de combate de portaaviones centrado en el USS Gerald R. Ford, varios buques anfibios con infantes de Marina, destructores, un crucero, un submarino y aviones de patrulla marítima P-8 Poseidon, además de unidades de fuerzas especiales.
En paralelo, un escuadrón de cazas furtivos F-35 se desplegó en Puerto Rico y se ejecutaron operaciones con MQ-9 Reaper y aviones de ataque AC-130J. El Gobierno de Estados Unidos justificó este conjunto como una campaña para degradar organizaciones de narcotráfico, entre ellas el denominado Cartel de los Soles, al que Washington atribuye vínculos directos con altos cargos del Ejecutivo venezolano.
Características técnicas del B-52H y rol en ataques de largo alcance
Los B-52H desempeñan el papel de plataforma de ataque de largo alcance y gran carga útil dentro de la campaña. Fichas técnicas de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y del fabricante Boeing describen al B-52H como un bombardero pesado con ocho motores turbofán, una envergadura de 56,4 metros y un peso máximo al despegue cercano a 220 toneladas.
La aeronave puede transportar hasta 31.500 kilos de armamento, incluidos misiles de crucero lanzados desde el aire y municiones guiadas de precisión. Su autonomía aproximada se sitúa en 8.800 millas, más de 14.000 kilómetros, sin reabastecimiento en vuelo, con un techo operativo de unos 15.000 metros.
Solo la variante H permanece en servicio, con 58 aparatos en la fuerza activa y 18 en la reserva, adscritos al Mando de Ataque Global. Ese inventario sostuvo las salidas de largo alcance observadas en octubre y noviembre dentro del área de responsabilidad del Mando Sur. En este entorno operativo, los B-52H asumieron la función de plataforma de ataque de largo alcance y alta carga útil.
Respuesta de Caracas y ejercicios Caribe Soberano 200 en La Orchila

Caracas respondió a la intensificación de vuelos militares estadounidenses con acusaciones públicas de provocación y amenaza a su soberanía. El 2 de octubre, antes del primer despliegue conocido de B-52, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, afirmó que radares venezolanos y la tripulación de un vuelo comercial de Avianca detectaron cinco “aviones de combate” estadounidenses a unos 75 kilómetros de la costa, en el espacio de información de vuelo de Maiquetía.
En una intervención televisada, Padrino calificó a esas aeronaves de “imperialistas” y describió su presencia cercana al mar Caribe venezolano como una vulgaridad y una amenaza para la seguridad de la nación. El Gobierno difundió a la par un comunicado que exigió a Washington el cese inmediato de lo que denominó postureo belicista en aguas caribeñas.
Tras esas denuncias, el Gobierno venezolano activó maniobras militares de gran escala en el Caribe, bautizadas “Caribe Soberano 200” y centradas en la isla de La Orchila, base militar estratégica frente a la costa central del país. Material difundido por el ministerio de Defensa mostró cazas Sukhoi Su-30MK2 con misiles antibuque, despliegues de infantería y medios navales, en un dispositivo dirigido a reforzar la defensa costera y a disuadir incursiones extranjeras.
Mandos civiles y militares venezolanos vincularon de forma explícita esos ejercicios con la presencia de buques de guerra y aeronaves estadounidenses en el entorno. El presidente Nicolás Maduro reiteró en varias comparecencias que Estados Unidos busca un cambio de gobierno en Venezuela, y rechazó las acusaciones de narcotráfico que Washington ha esgrimido para justificar su campaña.
Impacto en la aviación civil y restricciones en el FIR Maiquetía

El 21 de noviembre, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos emitió un aviso a navegantes de seguridad para la región de información de vuelo de Maiquetía, código SVZM. El texto aconseja extremar la cautela a todas las altitudes por el empeoramiento de la situación de seguridad y por el aumento de la actividad militar en o alrededor de Venezuela, y precisa que las amenazas pueden afectar sobrevuelos, aproximaciones, salidas y operaciones en tierra.
El aviso forma parte de las restricciones estadounidenses a la navegación civil en zonas de conflicto y obliga a los operadores bajo jurisdicción de Estados Unidos a notificar con al menos 72 horas de antelación los vuelos previstos en el área. A partir de esa advertencia, varias compañías revisaron rutas y planes de servicio con destino a Venezuela o con tránsito por su espacio de información de vuelo.
Entre ellas, Iberia, integrada en IAG, decidió prolongar hasta el 31 de diciembre la suspensión de sus vuelos a Caracas, y citó una recomendación de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea de España. La aerolínea comunicó a los pasajeros la opción de modificar billetes, reubicarse en aeropuertos alternativos o solicitar reembolsos, con el compromiso de reanudar el enlace cuando existan garantías plenas de seguridad.
Días antes, autoridades venezolanas revocaron permisos de operación de seis compañías internacionales que habían detenido sus servicios tras la advertencia estadounidense sobre el potencial riesgo en el espacio aéreo del país, lo que redujo aún más la conectividad aérea de Venezuela con Europa y con la región. La advertencia de la FAA para la región SVZM permanecerá vigente, según lo publicado, hasta el 19 de febrero de 2026.
