La policía ingresó al complejo, retiró la bandera de la ONU y alegó deudas; UNRWA y la ONU invocan inmunidad, mientras leyes restringen sus operaciones.
Redada en la sede de la UNRWA y cambio de bandera en el Este de Jerusalén
Según su director, la policía israelí entró la mañana del lunes en las oficinas de la UNRWA en el Este de Jerusalén. Los agentes retiraron la bandera de la ONU del complejo y colocaron una israelí. Philippe Lazzarini, comisionado general, describió un flagrante desprecio por el deber de un Estado miembro de proteger la inviolabilidad de instalaciones internacionales y exigió respeto por el estatus de la sede, con apego a los compromisos asumidos ante Naciones Unidas.
El operativo ocurrió mientras Israel intensifica su ofensiva contra las operaciones de la agencia en el territorio. La acción se inscribe en leyes aprobadas por las autoridades que prohíben actuar a la UNRWA en zonas bajo soberanía israelí. La medida deja en el Este de Jerusalén servicios educativos, sanitarios y sociales bajo presión administrativa, con rebajas de capacidad y obstáculos logísticos que elevan la fragilidad de la red de asistencia a refugiados palestinos y sus familias.
El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó de forma contundente la incursión. Recordó que el complejo conserva su carácter de sede de las Naciones Unidas y que permanece inviolable e inmune a toda interferencia. Instó a Israel a adoptar de inmediato todas las medidas necesarias para restaurar, preservar y mantener la inviolabilidad de las instalaciones de la UNRWA, y pidió abstener cualquier acción adicional respecto de los recintos administrados por la agencia humanitaria.

Philippe Lazzarini detalló que las autoridades emplearon camiones y carretillas elevadoras para retirar muebles, equipos informáticos y otras propiedades de la sede. La descripción incluyó referencias a una extracción sistemática de bienes esenciales para el trabajo diario, con impacto inmediato sobre capacidades administrativas. La operación encaja con restricciones ya vigentes, aunque suscita dudas sobre el respeto a la inviolabilidad que consagra la normativa internacional en recintos designados como dependencias de una organización multilateral.
Puntos clave del operativo y de las reacciones oficiales
- La irrupción ocurrió la mañana del lunes en el Este de Jerusalén.
- Los agentes retiraron la bandera de la ONU y colocaron una israelí.
- Se emplearon camiones y carretillas elevadoras para extraer bienes.
- Guterres declaró el complejo inviolable y exigió medidas inmediatas.
- Leyes israelíes impiden operar a la UNRWA en áreas bajo soberanía.
Autoridades alegan cobro de deuda municipal por el impuesto arnona
La policía indicó a AFP que el decomiso lo ejecutó el municipio de Jerusalén como parte de un procedimiento de cobro de deudas, y precisó que su presencia solo aseguró el cumplimiento de la actividad municipal. El portavoz Dean Elsdunne explicó que la intervención obedeció a un impuesto municipal de ocupación llamado arnona, aplicable según sus criterios a la entidad que ocupa los edificios en disputa dentro de la ciudad.

El municipio afirmó que la acción derivó de impuestos inmobiliarios impagos por 11 millones de NIS, equivalentes a $3,4 millones, y sostuvo que emitió múltiples avisos y siguió los procedimientos pertinentes antes de la incautación. “Esta es una deuda considerable que requería cobro tras repetidas solicitudes, advertencias y oportunidades para saldarla, que no recibieron respuesta”, indicó a Reuters, en una declaración que enmarca la medida como respuesta a un impago persistente.
En síntesis, las autoridades locales atribuyen la medida a una deuda acumulada y presentan la incautación como un acto administrativo regular. La policía recalca que el municipio encabezó el proceso y que su función se limitó a garantizar el orden durante la ejecución. Estas versiones buscan deslindar responsabilidades penales y trasladan el eje de la guerra a la esfera tributaria municipal, con énfasis en obligaciones de ocupación que la ciudad aplica de forma habitual.
El detalle difundido por el municipio se centró en la arnona y en el supuesto incumplimiento de pagos asociados a los inmuebles. La cifra de 11 millones de NIS apareció como saldo exigible, con avisos previos y advertencias que, según la versión oficial, no recibieron respuesta. La narrativa municipal sostiene que la incautación resultó inevitable tras agotar trámites y notificaciones, y que el decomiso buscó asegurar el cobro sin interferir con otras competencias estatales.
ONU y UNRWA invocan inmunidad y rechazan el argumento tributario israelí
La UNRWA y Naciones Unidas rechazaron ese argumento. Jonathan Fowler, portavoz de la agencia, sostuvo que el complejo conserva su carácter de sede de la ONU pese a la prohibición israelí y negó la existencia de deudas con el municipio. Fowler añadió que la ONU recordó en reiteradas ocasiones a las autoridades israelíes sus compromisos bajo la Convención de 1946 sobre Privilegios e Inmunidades de las Naciones Unidas, ratificada por Israel.

Roland Friedrich, director para Judea y Samaria y Jerusalén Este, subrayó que la entidad resulta exenta de tributos. Sostuvo que no existe deuda porque las Naciones Unidas, y la UNRWA como agencia integrante, no deben pagar ese tipo de impuestos bajo el derecho internacional ni bajo la legislación que Israel adoptó. La Convención de 1946 exime a la organización y a sus bienes de gravámenes de esa naturaleza, ratificada por Israel.
Ni la Oficina del primer ministro ni el Ministerio de Asuntos Exteriores comentaron el allanamiento. En este punto, Lazzarini reiteró que, cualquiera que fuese la acción adoptada en el ámbito interno, el complejo mantiene su estatus como sede de la ONU, inmune a toda interferencia. Recordó además que Israel lo declaró persona non grata, en un gesto que acentuó la ruptura con la agencia y elevó el tono del desacuerdo institucional.
Así, el debate contrapone una reclamación tributaria del municipio con el régimen de privilegios e inmunidades que protege a las Naciones Unidas y a sus bienes. La UNRWA insiste en el carácter inviolable de sus instalaciones en el Este de Jerusalén, mientras las autoridades locales sostienen una tesis de deuda y ejecución administrativa que, según su versión, se ajusta a la normativa de la ciudad. Ambas posiciones mantienen la guerra en un plano jurídico e institucional.
Contexto de la campaña contra la UNRWA y su rol operativo regional
El recinto permanece desocupado desde enero, fecha de entrada en vigor de la ley que prohibió las operaciones de la UNRWA. Pese a esa restricción, la agencia continúa con servicios educativos, sanitarios y humanitarios para millones de descendientes de refugiados palestinos en Gaza, Judea y Samaria, Jordania, Líbano y Siria. En el Este de Jerusalén la agencia sostiene con grandes dificultades sus servicios educativos, sanitarios y sociales por efecto de las restricciones.

Israel ha buscado cerrar la UNRWA con el argumento de que la agencia perpetúa la guerra al mantener el estatus de refugiado para descendientes de palestinos desplazados durante la guerra de 1947 a 1949. La campaña ganó intensidad tras el descubrimiento de la implicación de empleados de la agencia en el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, episodio que reavivó cuestionamientos políticos y de seguridad sobre la estructura y la supervisión institucional.
Según las autoridades israelíes, más del diez por ciento del personal de la UNRWA en Gaza posee vínculos con grupos terroristas y las escuelas de la agencia promueven odio contra Israel y exaltan el terrorismo. En febrero de 2024, las Fuerzas de Defensa de Israel informaron sobre un centro de datos de Hamás situado bajo la sede de la UNRWA en Gaza, como parte de hallazgos atribuidos a operaciones contra la infraestructura del grupo.
Además, el ejército atacó de forma reiterada posiciones de Hamás y combatientes ocultos en instalaciones educativas de la agencia, y rehenes liberados afirmaron haber estado retenidos en escuelas y edificios administrados por la UNRWA. Al mismo tiempo, diversos observadores destacan una función crucial para mitigar la pobreza y contener la violencia en Gaza y en Judea y Samaria, y subrayan que ningún otro organismo se encuentra preparado para asumir ese papel humanitario en los territorios palestinos.
