Un tribunal francés procesa a una niñera argelina acusada de envenenar a la familia judía que la contrató en un suburbio de París, un hecho que la prensa local describe como inédito en el país. La mujer, de 42 años, se encontraba en situación irregular a pesar de una orden de expulsión. Según Le Parisien, habría contaminado la comida y las bebidas de sus empleadores, para quienes trabajaba como niñera interna.
Las autoridades sostienen que Leïla Y. actuó por motivaciones antisemitas. La policía la detuvo en febrero de 2024 y la justicia la procesó por “administrar una sustancia nociva que se saldó con incapacidad superior a ocho días, cometida por motivos de raza, etnia, nacionalidad o religión”. El juicio debía comenzar el martes en el Tribunal Penal de Nanterre.
De acuerdo con el informe judicial, la sospechosa empezó a actuar poco después de su contratación en enero de 2024. En esa etapa mezcló productos de limpieza con vino, zumo, pasta y cosméticos de sus empleadores, quienes le habían confiado el cuidado de tres niños de 2, 5 y 7 años. Además, con el fin de conservar el puesto tras el vencimiento de su visado, habría presentado una identificación belga falsa, hecho que la fiscalía incorporó a los cargos.
La madre de la familia avisó a la policía el 30 de enero, ya que detectó olor a limpiador en su vino. También relató que su desmaquillante le irritó los ojos y que el zumo de uva de la nevera hacía espuma y olía a lejía. Añadió que un plato de pasta cambió súbitamente de sabor y adquirió un fuerte aroma a “perfume”.
Pocos días después, el 3 de febrero, la hija de 5 años dijo a su madre que había visto a la niñera verter una sustancia jabonosa en una botella marcada como “Jerusalén”, una marca de alcohol kosher. Las pruebas toxicológicas detectaron niveles elevados de polietilenglicol y otros químicos en bebidas y alimentos hallados en la casa. El magistrado investigador describió esas sustancias como corrosivas y con capacidad para causar lesiones graves en el sistema digestivo.

A la luz de los peritajes, la calificación penal varió. El cargo inicial de intento de envenenamiento pasó a “administración de sustancia nociva con incapacidad superior a ocho días”, ya que los expertos concluyeron que los químicos carecían de poder letal Según el CRIF, en 2024 se registraron 1.570 incidentes antisemitas, una cifra casi cuatro veces superior al promedio previo.
En su primer interrogatorio, la acusada negó los hechos. Sin embargo, durante un registro habría pronunciado comentarios de contenido antisemita. “Como tienen dinero y poder, nunca debería haber trabajado para una mujer judía”, declaró, según el informe. “Solo me traía problemas”. La defensa replicó que esas expresiones reflejaban celos económicos y no odio religioso. Con todo, en entrevistas posteriores, Leïla Y. calificó sus actos como un “castigo” y una “advertencia” tras desacuerdos salariales. “Estaba enfadada, me faltaron al respeto”, confesó a la policía. “Sabía que podría causarles dolor, pero no lo suficiente como para matarles”.
El informe también indica que la mujer mostró curiosidad por la religión de la familia. La policía localizó en su teléfono búsquedas sobre “mujeres judías bereberes” y “prácticas religiosas del judaísmo” durante el mes anterior a su contratación. Los hijos relataron que la niñera hacía preguntas sobre su fe, y una de las niñas afirmó haberla visto tocar varias veces las mezuzot instaladas en las puertas de la casa, extremo que la acusada negó.
Un guardia del colegio judío donde estudiaban los niños aseguró que la mujer se quejaba de sus empleadores, a quienes llamó “tacaños”, y dijo: “Tienen dinero, pueden dármelo”.
La familia, que pidió conservar el anonimato, explicó a Le Parisien que vive con miedo después de lo ocurrido. La madre contó que dormía junto a la puerta con un carrito “listo para escapar”, que instaló cámaras dentro y fuera de la vivienda y que sus hijos sufren pesadillas y temen mostrar su identidad judía. “No queremos que pueda regresar”, declaró. Expresó además que espera su expulsión si resulta condenada. “No es venganza. Es para acabar con el miedo”.
