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Portada » Zona de guerra » Destrucción de los F-16V de Tiwán: Los J-20 de China tienen una misión

Destrucción de los F-16V de Tiwán: Los J-20 de China tienen una misión

9 de diciembre de 2025
J-20 chino con número de serie 2051 presenta cambios de diseño

Imagen del caza J-20

China despliega J-20 en el teatro oriental y Taiwán refuerza sus F-16V, mientras Estados Unidos adapta adiestramiento y armamento para un conflicto aéreo intenso.

Escenario aéreo sobre Taiwán y despliegue militar de J-20 y F-16V

El equilibrio aéreo sobre el estrecho de Taiwán se basa hoy en dos cazas principales. El J-20 de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación opera en unidades del teatro oriental con responsabilidad sobre el estrecho y el mar de China Oriental. Frente a él, la Fuerza Aérea de Taiwán concentra su defensa antiaérea tripulada en una flota de F-16 modernizados y en un pedido de 66 F-16V de nueva construcción acordado con Estados Unidos.

Ese paquete de F-16V nuevos tiene un valor cercano a $8.000 millones y se suma a una flota que ya atraviesa un proceso de actualización profunda. La familia F-16 continúa como núcleo del poder aéreo tripulado taiwanés en este escenario de competencia sobre el estrecho, donde cada incremento de capacidades adquiere relevancia estratégica.

Las fuerzas armadas chinas aumentan de forma sostenida su actividad en torno a la isla mediante maniobras navales y aéreas. Esas maniobras incluyen incursiones de múltiples aeronaves en la zona de identificación de defensa antiaérea de Taiwán. Cada incursión obliga a despegar a cazas taiwaneses desde bases como Hualien, en la costa oriental, donde se concentra una parte de los F-16V encargados de la alerta permanente y de la reacción ante movimientos de la aviación china.

En mayo de 2024, durante ejercicios que Pekín definió como castigo por el discurso de investidura del presidente Lai Ching-te, los pilotos con base en Hualien realizaron salidas sucesivas de vigilancia sobre el espacio aéreo cercano. El propio jefe del Estado taiwanés destacó ese esfuerzo en una visita al aeródromo, que subrayó la importancia de la base en la defensa de la isla. Mientras tanto, la Fuerza Aérea estadounidense incorpora en su adiestramiento salidas integradas de F-16 y F-35 orientadas al Indo-Pacífico.

Capacidades furtivas del J-20 y efecto del misil PL-15 en el teatro

En este entorno, el J-20 se presenta como principal vector de superioridad aérea de China en el teatro oriental. La corporación Chengdu desarrolló este caza furtivo, que alcanzó capacidad operativa a finales de la década pasada. En junio de 2021 comenzó a equipar unidades desplegadas en la zona responsable de vigilar el estrecho de Taiwán y el mar de China Oriental. Su despliegue en brigadas cercanas al estrecho sitúa una plataforma de quinta generación en la primera línea de cualquier crisis aérea regional.

El diseño del J-20 combina una configuración furtiva con un fuselaje de gran envergadura y bodegas internas para armamento de largo alcance. Análisis del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos indican que el compartimento principal puede alojar hasta cuatro misiles aire-aire de guía radar activa PL-15 para combate más allá del alcance visual. Dos bodegas laterales añaden misiles de corto alcance para enfrentamientos cercanos. Esta disposición permite que el avión mantenga su baja firma de radar mientras utiliza misiles de largo alcance sin soportes externos.

El PL-15 se concibió como misil de combate aéreo de largo alcance con propulsor de dos impulsos, enlace de datos y cabeza buscadora radar activa. El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos sitúa su alcance máximo cerca de los 200 kilómetros. Un análisis posterior de Reuters, basado en expertos militares, eleva esa cifra hasta unos 250 kilómetros, por encima de las versiones actuales del AIM-120 estadounidense y del misil Meteor europeo empleados por fuerzas aéreas aliadas de Washington.

La combinación de un caza furtivo como el J-20 con un misil de esta categoría erosiona la ventaja tradicional de alcance de las fuerzas aéreas estadounidenses. Según esas evaluaciones, un avión chino podría localizar y atacar plataformas no furtivas desde distancias en las que estas no disponen aún de opción de respuesta con sus propios misiles. Para Taiwán, la presencia de J-20 en el teatro oriental añade un vector de quinta generación a un entorno poblado por cazas J-10, J-11 y J-16 que cruzan con frecuencia la zona de identificación de defensa antiaérea.

China exhibe los detalles más reveladores del J-20
J-20

Esta combinación incrementa las exigencias sobre sensores, misiles y procedimientos de dirección y control de la Fuerza Aérea taiwanesa. El núcleo de esa fuerza sigue basado en la familia F-16, que debe afrontar tanto incursiones regulares de cazas de cuarta generación como la aparición de plataformas furtivas en el espacio aéreo cercano a la isla. Todo ello configura un escenario de superioridad aérea disputada para los defensores de Taiwán, con mayor presión sobre recursos humanos y materiales.

Claves técnicas de J-20, F-16V y misiles aire-aire en Taiwán actual

  • El alcance máximo del PL-15 se sitúa entre unos 200 y 250 kilómetros, según evaluaciones del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos y análisis posteriores citados por Reuters.
  • El misil AIM-120D de los F-16V taiwaneses supera los 160 kilómetros de alcance y no alcanza todavía las cifras atribuidas al PL-15 chino en fuentes abiertas de carácter técnico.
  • Taiwán moderniza alrededor de 140 F-16A/B al estándar F-16V dentro del programa Peace Phoenix Rising, valorado en aproximadamente $4.500 millones según información de la Fuerza Aérea estadounidense.
  • El contrato para 66 F-16V nuevos asciende a unos $8.000 millones y eleva la flota total de F-16 de la isla por encima de los 200 aparatos cuando concluyan las entregas previstas.

Modernización F-16V de Taiwán y adopción de misiles AIM-9X y AIM-120D

La respuesta de Taipéi se articula alrededor de un programa de modernización ambicioso de sus F-16A/B al estándar F-16V, denominado Peace Phoenix Rising. En febrero de 2024, la Fuerza Aérea estadounidense anunció la finalización de esta fase de actualización, valorada en cerca de $4.500 millones, tras convertir alrededor de 140 aparatos. La modernización abarca prácticamente toda la flota F-16 taiwanesa adquirida en la década de 1990 y genera un parque de cazas con sistemas de misión homogéneos.

El estándar F-16V incluye el radar de barrido electrónico activo AN/APG-83, una nueva arquitectura de misión digital con mayor capacidad de proceso, pantallas de gran formato en la cabina y un sistema de guerra electrónica reforzado. Estos elementos sitúan la aviónica de los F-16 taiwaneses en un nivel comparable al de cazas de generaciones más recientes. El conjunto permite el seguimiento simultáneo de múltiples blancos y la integración en redes complejas de dirección y control que cubren el espacio aéreo alrededor de la isla.

Los más de 200 F-16 de Taiwán enviaron un mensaje a China rugiendo en el cielo nocturno
Los más de 200 F-16 de Taiwán enviaron un mensaje a China rugiendo en el cielo nocturno

En la práctica, el piloto dispone de más información presentada de forma sintética y puede priorizar objetivos en coordinación con otros sensores del sistema de defensa antiaérea taiwanés. La modernización incorpora además la integración de misiles aire-aire más recientes. En 2023, las autoridades de la isla confirmaron la instalación del misil de corto alcance AIM-9X Block II en varias decenas de F-16V, con inicio en los aparatos del 4.º Ala Táctica estacionada en Chiayi, en el suroeste del territorio.

Imágenes posteriores mostraron F-16V armados con AIM-9X en la base de Hualien. El AIM-9X aporta mayor capacidad de maniobra y un buscador infrarrojo avanzado adecuado para enfrentamientos a corta distancia y para aprovechar ángulos de disparo fuera del eje del avión. En el segmento de alcance medio, Taiwán da el paso hacia la variante más moderna de la familia AMRAAM mediante la adopción del misil AIM-120D, designado AIM-120C-8 en la versión de exportación para socios de Estados Unidos.

En marzo de 2025, medios especializados de defensa documentaron con apoyo de fuentes taiwanesas y material gráfico la integración del AIM-120D en los F-16V de la 22.ª escuadrilla de combate del 4.º Ala Táctica. La adopción de este misil forma parte de contratos recientes con Estados Unidos destinados a proporcionar a los F-16V taiwaneses una capacidad de combate más allá del alcance visual comparable a la de cazas de los principales aliados de Washington.

Fuentes técnicas abiertas sitúan la autonomía de esta variante por encima de 160 kilómetros, con un aumento notable respecto a versiones anteriores que la aproxima a los misiles de largo alcance de otros países, aunque todavía por debajo de los valores atribuidos al PL-15 chino. De este modo, los F-16V taiwaneses pueden efectuar disparos a grandes distancias contra formaciones de cazas y bombarderos que se acerquen al estrecho, sobre todo si reciben información de objetivos procedente de otros sensores.

Los F-16 de Taiwán armados con misiles Harpoon se preparan para cazar buques de guerra chinos
Cazas F-16 Viper de Taiwán – Imagen de archivo

Además de la modernización, Taiwán firma con Estados Unidos un contrato para la compra de 66 F-16V de nueva fabricación. La aprobación de esta operación, valorada en unos $8.000 millones, se produjo en 2019 y prevé entregas que, según el ministerio de Defensa taiwanés, deberían concluir hacia 2026. Se han registrado retrasos por problemas en la cadena de suministro y en el desarrollo del soporte lógico de misión, aunque el objetivo final consiste en superar los 200 F-16 en inventario.

Los F-16V modernizados y los ejemplares nuevos se distribuyen entre varias bases de la isla, con concentraciones destacadas en instalaciones como Hualien, en la costa oriental. En esa base, parte de los hangares se excava en la roca para ofrecer protección adicional frente a ataques. Durante las maniobras chinas de mayo de 2024, los F-16V de Hualien ejecutaron misiones de patrulla de combate equipados con misiles AIM-9X, hecho que el presidente Lai Ching-te destacó durante su visita a la unidad.

Doctrina conjunta y redes de defensa antiaérea frente a cazas furtivos

El posible enfrentamiento entre J-20 y F-16V no se limita a la interacción directa entre ambas plataformas, sino que encaja en doctrinas de empleo más amplias. La Fuerza Aérea de Estados Unidos adapta su adiestramiento para combinar de forma habitual cazas de cuarta y quinta generación. En la base de Luke, en Arizona, los pilotos de la 56.ª Ala de Caza iniciaron en 2016 salidas integradas en las que F-35A y F-16 vuelan juntos como parte regular del plan de estudios.

Esas misiones incluyen perfiles de apoyo directo en los que ambos tipos de aeronave comparten información táctica y ensayan escenarios que reproducen combates previstos. Comunicados oficiales y material divulgativo del Departamento de Defensa describen al F-35 como multiplicador de fuerza cuando opera junto a plataformas como el F-16. Esa función se apoya en sensores distribuidos y enlaces de datos cifrados que permiten construir una imagen integrada del espacio aéreo y transmitirla a otros aviones aliados.

En este esquema, el F-35 se aproxima en modo furtivo a zonas cubiertas por defensas enemigas, detecta y clasifica objetivos mediante su radar de barrido electrónico activo y sus sensores electroópticos y después remite coordenadas de tiro a F-16 que vuelan a mayor distancia. De esa forma, los F-16 pueden lanzar misiles aire-aire sin exponerse tanto a sensores adversarios. Aunque la Fuerza Aérea de Taiwán no dispone de F-35, sí integra sus F-16V en una red de defensa antiaérea compleja.

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Chengdu-J-20

Esa red combina radares terrestres, sistemas de dirección y control y la posibilidad de intercambio de información con socios como Estados Unidos. El adiestramiento de unidades estadounidenses que mezclan en vuelo F-16 y F-35 se orienta a tácticas de cooperación entre generaciones de cazas para contrarrestar plataformas furtivas y misiles de largo alcance que emplean los J-20. La experiencia acumulada en esos ejercicios influye sobre la forma de concebir operaciones futuras en escenarios del Indo-Pacífico.

Alcance, geografía y balance de fuerzas en el estrecho de Taiwán

Sobre el plano técnico, el eje del enfrentamiento entre J-20 y F-16V en el estrecho se define por la relación entre discreción, alcance de sensores y alcance de misiles. Un J-20 armado con PL-15 puede, en teoría, detectar a un caza de cuarta generación a distancias en las que el misil chino conserva suficiente energía para atacar mientras el adversario todavía no entra en la envolvente óptima de disparo de un AIM-120D. Ese planteamiento pretende otorgar la iniciativa a la aeronave que dispara primero.

La firma radar reducida del J-20 dificulta que sensores enemigos registren su presencia con antelación suficiente. Los F-16V taiwaneses intentan paliar esa desventaja con una combinación de sensores modernizados, armamento de mayor alcance y explotación de la red de vigilancia aérea de la isla. El radar AN/APG-83 amplía la distancia de detección y seguimiento de formaciones aéreas, mientras la flota F-16 se integra en una arquitectura de dirección y control que fusiona datos de múltiples fuentes.

Con ayuda de esa red, un F-16V puede recibir información de objetivos sin necesidad de activar su propio radar hasta el momento del disparo y aprovechar el alcance del AIM-120D para atacar blancos que se aproximen al estrecho mientras permanece dentro de la cobertura de la defensa antiaérea terrestre taiwanesa. El escenario geográfico añade matices relevantes. El estrecho de Taiwán alcanza algo más de 130 kilómetros en su parte más angosta, una distancia inferior al alcance máximo teórico del PL-15 y del AIM-120D.

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Una flota de cazas F-16 de fabricación estadounidense de la Fuerza Aérea de Taiwán sobrevuela en formación el aeropuerto Sungshan de Taipei el 2 de septiembre de 2007. (Patrick Lin/AFP vía Getty Images)

Esa característica implica que, una vez en el aire, los F-16V taiwaneses pueden colocarse con rapidez dentro de la envolvente de tiro de sus misiles de alcance medio frente a aparatos que despegan desde la costa continental. A la vez, los J-20 que despegan desde bases en tierra firme pueden encontrar oportunidades para lanzar sus misiles desde espacios aéreos protegidos por defensas antiaéreas de gran alcance. La capacidad de ambos bandos para coordinar sensores y plataformas determina la explotación de esas ventajas teóricas.

El balance numérico favorece de manera clara a China, que mantiene una fuerza aérea de mayor tamaño y eleva su ritmo de salidas alrededor de la isla según los recuentos que Taipéi y sus socios publican de forma periódica junto con anuncios de nuevas adquisiciones de armamento. Taiwán concentra la mayor parte de su capacidad de combate aéreo tripulado en la familia F-16, apoyada por flotas más reducidas de Mirage 2000 y cazas indígenas.

Esa estructura convierte al F-16V en núcleo de cualquier intento de negar el dominio del aire en el entorno inmediato de la isla. Estados Unidos respalda esta función mediante un flujo constante de apoyo material. Washington aprueba ventas de repuestos, equipos de radar y servicios de mantenimiento para la flota F-16 taiwanesa por importes que abarcan desde decenas hasta varios centenares de millones de dólares, con el objetivo declarado de sostener la disponibilidad operativa frente a la presión militar china.

J-20 Mighty Dragon tiene sistema de control de fuego distribuido
J-20 Mighty Dragon

Estos paquetes complementan el programa de modernización Peace Phoenix Rising y el contrato de los 66 F-16V nuevos y completan un triángulo donde convergen diseño del avión, armamento asociado y adiestramiento conjunto con fuerzas estadounidenses. A finales de 2025, China mantiene brigadas de J-20 desplegadas en el teatro oriental, Taiwán finaliza la conversión de la mayor parte de sus F-16 al estándar F-16V y se prepara para recibir el grueso de los aparatos nuevos.

En paralelo, la Fuerza Aérea de Estados Unidos continúa un adiestramiento sistemático que combina F-16 y F-35 en escenarios que reproducen amenazas de cazas furtivos y misiles aire-aire de gran alcance en regiones como el Indo-Pacífico.

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