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Dos Super Hornet de EE. UU. vuelan 40 minutos sobre Venezuela

9 de diciembre de 2025
Dos Super Hornet de EE. UU. vuelan 40 minutos sobre Venezuela

Dos F/A-18 de la Marina de EE. UU. sobrevolaron el Golfo de Venezuela, reavivaron disputas sobre soberanía, derecho internacional y la operación Lanza del Sur.

Vuelo de F/A-18 de EE UU sobre el Golfo de Venezuela en disputa

Dos cazabombarderos F/A-18 Super Hornet de la Marina de Estados Unidos sobrevolaron el 9 de diciembre de 2025 el Golfo de Venezuela durante unos cuarenta minutos, en una zona que Caracas considera parte de su espacio soberano y situada a menos de 160 kilómetros al noreste de Maracaibo. Las aeronaves, integradas en el grupo aéreo del portaaviones USS Gerald R. Ford, ejecutaron maniobras a una altitud cercana a los 7.600 metros antes de dirigirse hacia el norte y abandonar la zona.

La ruta de los cazas se siguió en tiempo real a través de plataformas públicas de rastreo, en especial FlightRadar24, que mostró cómo los aparatos ingresaron en el golfo desde el norte y trazaron un patrón de vuelo con forma de lazo o corbatín entre la costa de los estados Zulia y Falcón, con giros sobre el sector marítimo frente a la entrada del lago de Maracaibo y una altitud aproximada de 25.000 pies durante buena parte del trayecto.

Las trazas difundidas por estas páginas indican que el episodio comenzó poco antes del mediodía local, cuando las señales de los dos F/A-18 aparecieron sobre el extremo septentrional del golfo. Desde ese punto los cazas efectuaron varios circuitos sobre el área marítima frente a la costa occidental venezolana, siempre a gran altura, y permanecieron en la zona al menos cuarenta minutos antes de virar hacia el noroeste y desaparecer de los registros públicos de seguimiento.

Caen un Sea Hawk y un Super Hornet del USS Nimitz en el mar de China
El portaaviones de clase Nimitz USS Nimitz (CVN 68) realiza operaciones de vuelo en el área de responsabilidad del Comando Central de los Estados Unidos. (Foto oficial de la Marina de los EE. UU.)

Durante el recorrido, los F/A-18 figuraron entre los vuelos más observados en las plataformas de seguimiento y atrajeron a miles de usuarios venezolanos y de otros países, que se conectaron para observar la trayectoria en directo. El trayecto incluyó pasadas repetidas sobre el sector marítimo frente a la entrada del lago de Maracaibo y sobre aguas del golfo que Caracas considera vinculadas a su jurisdicción aérea.

Hechos destacados sobre el vuelo y la operación Lanza del Sur

  • El sobrevuelo ocurrió el 9 de diciembre de 2025, duró unos cuarenta minutos sobre el Golfo de Venezuela y se desarrolló a una altitud aproximada de 7.600 metros.
  • Las aeronaves formaron parte del grupo aéreo embarcado del portaaviones USS Gerald R. Ford y pertenecieron a la Marina de Estados Unidos.
  • El dispositivo incluyó cazas F/A-18 Super Hornet, un avión de guerra electrónica E/A-18 Growler asociado a perturbación de radares y un dron de gran altitud MQ-4C Triton frente a la costa venezolana.
  • La operación Lanza del Sur acumuló al menos veintidós ataques con misiles contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico oriental, con un balance mínimo de ochenta y siete personas muertas.
  • Estados Unidos elevó en agosto de 2025 la recompensa por información que conduzca a la detención y condena de Nicolás Maduro hasta un máximo de cincuenta millones de dólares.

Disputa sobre el espacio aéreo, el golfo y la soberanía venezolana

La ubicación precisa del vuelo respecto al espacio aéreo venezolano forma parte de la controversia abierta tras el paso de los F/A-18. Mapas publicados por medios regionales y analistas de defensa sitúan parte del recorrido dentro de la franja que Venezuela administra como propia sobre el Golfo de Venezuela y describen el episodio como una incursión en el espacio aéreo nacional, en un entorno ya marcado por tensiones políticas y militares.

Una formación de aeronaves “Dust Devils” del Escuadrón de Pruebas y Evaluación Aérea (VX) 31, que incluye un EA-18G Growler, un AV-8B Harrier II+, un F/A-18F Super Hornet y un F/A-18D Hornet, sobrevuela el Campo de Entrenamiento Marítimo de Point Mugu, California, durante un ejercicio fotográfico. (Crédito de la imagen: Armada de los EE. UU.)

En contraste, un funcionario del Departamento de Defensa de Estados Unidos afirmó que los F/A-18 realizaron un vuelo de entrenamiento de rutina sobre el golfo, permanecieron más de treinta minutos sobre el agua y se mantuvieron en todo momento en espacio aéreo internacional. El portavoz comparó la operación con ejercicios previos cuyo objetivo consistió en mostrar el alcance de la aviación naval estadounidense en el Caribe.

El desacuerdo se inserta en el debate jurídico sobre la naturaleza del Golfo de Venezuela. Desde hace décadas, Caracas sostiene en distintos foros que buena parte del golfo posee carácter de bahía histórica y constituye agua interior bajo su soberanía, mientras que Colombia y otros actores cuestionan esa posición y proponen métodos de delimitación basados en líneas medias y equidistancias.

Las interpretaciones opuestas sobre dónde comienzan las aguas y el espacio aéreo internacionales en esa cuenca determinan la lectura del sobrevuelo. Para el Gobierno venezolano, la presencia de cazas estadounidenses en sectores que considera internos refuerza la percepción de amenaza, mientras que para Washington el episodio encaja en una operación de vigilancia y proyección de fuerza en áreas que identifica como internacionales.

Capacidades del F/A-18 Super Hornet y medios aéreos desplegados

El F/A-18 Super Hornet constituye el caza embarcado principal de la Marina de Estados Unidos. Se trata de un avión supersónico bimotor de empleo multimisión, capaz de asumir tareas de combate aire-aire, ataques aire-superficie y misiones de reconocimiento armado. El aparato dispone de un cañón interno M61 de veinte milímetros y puede llevar misiles guiados de corto y medio alcance, bombas de precisión y depósitos de combustible externos que amplían su radio de acción desde el portaaviones.

Un EA-18G Growler, asignado al Escuadrón de Ataque Electrónico (VAQ) 133, se prepara para realizar un aterrizaje detenido en la cubierta de vuelo del portaaviones de clase Nimitz USS Abraham Lincoln (CVN 72). Abraham Lincoln. Nótese las dos cápsulas NGJ-MB (foto de la Marina de los EE. UU. por el aprendiz de marinero especialista en comunicación de masas Daniel Kimmelman)
Un EA-18G Growler, asignado al Escuadrón de Ataque Electrónico (VAQ) 133, se prepara para realizar un aterrizaje detenido en la cubierta de vuelo del portaaviones de clase Nimitz USS Abraham Lincoln (CVN 72). Abraham Lincoln. Nótese las dos cápsulas NGJ-MB (foto de la Marina de los EE. UU. por el aprendiz de marinero especialista en comunicación de masas Daniel Kimmelman)

Según la información disponible en fuentes abiertas de seguimiento y en crónicas de prensa, al menos uno de los aparatos utilizó un indicativo asociado a versiones biplaza del F/A-18 Super Hornet. Reportes adicionales mencionan la presencia en la zona de un avión de guerra electrónica E/A-18 Growler, derivado del mismo modelo y especializado en perturbación de radares, así como de un dron de gran altitud MQ-4C Triton que horas antes pasó frente a la costa centro-norte de Venezuela.

En el Caribe, el F/A-18 forma parte del grupo aéreo del portaaviones USS Gerald R. Ford, desplegado dentro de la operación Lanza del Sur, conocida en inglés como Southern Spear. Esta campaña se orienta a la interdicción de embarcaciones que Washington vincula al tráfico de drogas y a estructuras criminales transnacionales, entre ellas el denominado Cártel de los Soles y la banda Tren de Aragua, señaladas por las autoridades estadounidenses en conexión con mandos del chavismo.

En el plano estrictamente militar, el movimiento de los F/A-18 se suma a una serie de vuelos de bombarderos B-52H Stratofortress y aviones de patrulla marítima P-8A Poseidon que en semanas recientes se aproximaron a la costa occidental venezolana y a la isla de Curazao. También se registró un incremento de misiones de vigilancia electrónica y de drones de gran altitud sobre corredores desde los que se observan las rutas de salida del crudo venezolano y el complejo refinador de Paraguaná.

Respuesta militar venezolana, defensas antiaéreas y ejercicios recientes

El sobrevuelo se desarrolló sobre un espacio de alta sensibilidad estratégica para Venezuela. En las riberas del lago de Maracaibo se concentran terminales petroleras y puertos de exportación de crudo, mientras que en la costa del golfo operan la Base Naval Rafael Urdaneta y mandos de la Región Estratégica de Defensa Integral Occidental. En esa zona se encuentran radares de vigilancia y baterías de defensa costera vinculados a la protección de instalaciones clave.

Super Hornet ensayan ataques en Venezuela desde el USS Gerald R. Ford
Super Hornet

Desde 2013, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana incorporó al menos una batería de misiles tierra-aire S-300VM de origen ruso, detectada mediante imágenes satelitales en la base aérea Capitán Manuel Ríos. Este sistema se diseñó para proteger instalaciones estratégicas frente a aeronaves y misiles balísticos a distancias de hasta doscientos kilómetros, lo que otorga a Venezuela una cobertura antiaérea de largo alcance sobre áreas consideradas prioritarias.

En paralelo al despliegue estadounidense, las fuerzas armadas venezolanas activaron la fase superior del Plan Independencia 200, un ejercicio de defensa integral que movilizó medios terrestres, aéreos, navales, fluviales y misilísticos entre el 11 y el 12 de noviembre en todo el territorio nacional. El ministro de Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López, explicó que la movilización buscó optimizar los sistemas de mando, control y comunicaciones bajo las formas de lucha armada y no armada de la doctrina venezolana.

Esta fase de entrenamiento coincidió con la entrada del portaaviones Gerald R. Ford y su grupo de combate en el área de responsabilidad del Comando Sur de Estados Unidos. Horas después del paso de los F/A-18 por el golfo, Padrino afirmó durante un acto por el aniversario número doscientos uno de la batalla de Ayacucho que la determinación de Venezuela de pelear por su libertad se encuentra reforzada con armas y sostuvo que, a su juicio, la Fuerza Armada ha respondido dignamente a las amenazas de Estados Unidos.

Operación Lanza del Sur, acusaciones contra Maduro y escrutinio legal

El Gobierno de Nicolás Maduro interpreta el avance de medios navales y aéreos estadounidenses hacia el entorno venezolano como parte de un plan para forzar un cambio de gobierno y asegurar el control de recursos naturales del país. Washington sostiene la versión opuesta y presenta la operación Lanza del Sur como una campaña orientada a desarticular rutas de tráfico de drogas y redes criminales transnacionales vinculadas a figuras del chavismo.

En este contexto, el Departamento de Estado anunció el 7 de agosto de 2025 un aumento de la recompensa ofrecida por información que permita la detención y condena de Nicolás Maduro hasta un máximo de cincuenta millones de dólares, dentro del Programa de Recompensas por Narcóticos. El comunicado recordó la acusación formal presentada en 2020 por narcotráfico y otros cargos y describió a Maduro como líder del supuesto Cártel de los Soles, designado como organización terrorista, mientras que Caracas rechazó la medida y la calificó de intento de justificar acciones militares contra el país.

Maduro respira sus últimas bocanadas de libertad
Nicolás Maduro

La operación Lanza del Sur acumuló desde principios de septiembre al menos veintidós ataques con misiles contra embarcaciones en el Caribe y en el Pacífico oriental que Estados Unidos presenta como lanchas empleadas para el tráfico de drogas. De acuerdo con recuentos elaborados a partir de datos del Pentágono, en esos ataques murieron al menos ochenta y siete personas, según imágenes del Comando Sur que muestran explosiones sobre cascos pequeños envueltos en llamas.

La campaña generó un intenso debate en el Congreso estadounidense y entre especialistas en derecho internacional, sobre todo tras conocerse el ataque del 2 de septiembre en el Caribe, en el que dos sobrevivientes aferrados a los restos de una lancha alcanzada habrían recibido el impacto de un segundo misil. El sobrevuelo de los F/A-18 en el Golfo de Venezuela se produce en medio de la ampliación de ese escrutinio político y jurídico.

Preocupaciones internacionales y efectos sobre la aviación civil en la región

Organizaciones de derechos civiles y centros académicos presentaron demandas ante tribunales federales y solicitudes de acceso a la información para obligar a la administración Trump a divulgar la argumentación jurídica completa que respalda el empleo de fuerza letal contra embarcaciones sospechosas en aguas internacionales. Gobiernos aliados, entre ellos Francia, expresaron dudas sobre la compatibilidad de los ataques con las normas del derecho internacional humanitario y del derecho del mar.

Las críticas exteriores y el examen judicial coinciden con una intensificación de la actividad militar en el espacio aéreo gestionado por Venezuela, donde confluyen aeronaves de combate, medios de vigilancia electrónica y sistemas de defensa antiaérea de largo alcance. Este entorno complejo suscita preguntas sobre los mecanismos de coordinación entre actores armados y sobre el margen de seguridad real para las aeronaves civiles que cruzan la región.

Espacio aéreo venezolano
Espacio aéreo venezolano

La Agencia Española de Seguridad Aérea recomendó a las aerolíneas españolas evitar vuelos en el espacio incluido dentro de la Región de Información de Vuelo Maiquetía, que abarca el territorio venezolano y el sur del Caribe, debido al riesgo potencial para la aviación civil por el aumento de operaciones militares, la presencia de armamento antiaéreo capaz de actuar a distintas altitudes y la falta de coordinación efectiva entre las partes involucradas.

A raíz de esa advertencia, compañías como Iberia extendieron hasta el 31 de diciembre la suspensión de sus rutas con Caracas. La decisión ilustra cómo la escalada de movimientos militares, las disputas sobre soberanía en el Golfo de Venezuela y las dudas respecto de la legalidad de la operación Lanza del Sur repercuten de forma directa sobre conexiones comerciales y sobre los pasajeros que dependen de ellas.

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