El embajador de Estados Unidos ante la ONU, Mike Waltz, asegura que Washington espera que la Fuerza Internacional de Estabilización (ISF) para Gaza cumpla su mandato al participar activamente en el desarme, una declaración que podría no persuadir a los países aún reticentes a unirse a la misión.
“La fuerza de estabilización, en la resolución del Consejo de Seguridad, está autorizada a [desarmar a Hamás]. Pusimos específicamente un lenguaje que decía: ‘por todos los medios necesarios’. Eso será una conversación con cada país. [Las conversaciones sobre las] reglas de enfrentamiento [para las ISF] continúan. El presidente Trump ha dicho repetidamente que Hamás se desarmará de una forma u otra — la fácil o la difícil”, afirma Waltz en una entrevista con Channel 12 al final de su visita a Israel esta semana.
Desde que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución que otorga mandato internacional a las ISF el mes pasado, ningún país ha confirmado su participación. Washington no ha anunciado contribuyentes, ya que los posibles socios muestran escaso interés en enfrentarse a Hamás o en exponer a sus tropas al fuego cruzado entre Israel y el grupo terrorista dentro de Gaza.
Aunque Waltz menciona a Azerbaiyán como un posible participante, un funcionario de ese país señaló el fin de semana que Bakú no ha considerado aún adoptar tal decisión.
Uno de los principales obstáculos radica en el veto israelí a la participación turca en las ISF. Muchos gobiernos consideran que la presencia de Ankara serviría como un elemento de equilibrio, por sus vínculos con Hamás y su capacidad como mediador y garante del alto el fuego entre las partes enfrentadas.
Waltz indica que Washington intenta convencer a Israel para modificar su postura sobre Turquía. Explica al Canal 12 que las conversaciones al respecto permanecen “en curso”.
Consultado sobre si Estados Unidos permitirá avanzar hacia la segunda fase del plan de Trump para Gaza —que prevé la creación de las ISF y un mecanismo transitorio de gobierno— antes de recuperar el cuerpo del último rehén en la Franja, Waltz evita una respuesta directa, aunque reitera que su país mantiene el compromiso de traer a todos los cautivos de regreso.
El embajador ha sido cuestionado además sobre informes que indican que, durante una llamada reciente, el presidente Donald Trump pidió al primer ministro Benjamin Netanyahu cooperar más estrechamente en la ejecución del plan de paz para Gaza, lo que ha suscitado especulaciones sobre tensiones bilaterales.
Sin embargo, Waltz descarta cualquier ruptura y afirma que el vínculo entre Estados Unidos e Israel sigue siendo sólido bajo Trump, pese a los desacuerdos y a las “conversaciones difíciles” entre “familias”, un argumento empleado con frecuencia en administraciones anteriores para minimizar fricciones diplomáticas.
El diplomático añade que Trump “le gustaría ver este indulto” para Netanyahu, e indica que el embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee, participa en el proceso. Según Waltz, el presidente estadounidense presentó una solicitud formal al presidente Isaac Herzog el mes pasado, al igual que Netanyahu, y ahora Herzog evalúa su decisión.
Sobre la situación en el norte, Waltz coincide con Israel en que Hezbolá intenta fortalecerse y ha avanzado en esa dirección. Aun así, destaca el “progreso” logrado en el despliegue del ejército libanés en el sur del Líbano, lo que busca impedir el retorno del grupo armado. Sus palabras reflejan que Washington no respalda una ofensiva israelí a gran escala ni en Líbano ni en Siria.
Respecto al aumento de las voces críticas hacia Israel dentro del Partido Republicano, Waltz sostiene que la respuesta consiste en “recordar constantemente a todos. de nuestros. Valores judeocristianos y nuestros valores compartidos”, además de resaltar la cooperación en seguridad entre ambos países.
“Israel es un aliado indispensable en Oriente Medio. Mucho de esto es simplemente. volviendo a esos fundamentos y comunicándolos a la próxima generación de estadounidenses”, concluye Waltz.
