Los familiares en Siria de Ahmed al-Ahmed, de 43 años, el vendedor de frutas musulmán elogiado por desarmar a uno de los terroristas que atacaron un evento de Janucá en Sídney, lo llaman héroe y expresan su orgullo.
Ahmed abandonó su ciudad natal, en la provincia de Idlib, al noroeste de Siria, hace casi 20 años para buscar trabajo en Australia. Su tío, Mohammed al-Ahmed, lo reconoció en unas imágenes que circulaban en Internet.
“Nos enteramos por las redes sociales. Llamé a su padre y me dijo que era Ahmed. Ahmed es un héroe; estamos orgullosos de él. Siria, en general, está orgullosa de él”, declaró el tío a Reuters. El hombre dijo que su sobrino abandonó Siria en 2006 tras graduarse en la Universidad de Alepo. No ha regresado desde entonces.
“Desde joven fue valiente y un héroe”, dijo su tío, quien lo describió como una persona feliz y apasionada.
Actuó impulsivamente, sin pensar en quiénes eran las personas que estaban siendo asesinadas, sin saber su religión ni si eran musulmanes, cristianos o judíos. Eso fue lo que lo impulsó a realizar este acto heroico.
Ahmed, que ahora tiene ciudadanía australiana y dos hijas, permanece en un hospital de Sídney con heridas de bala por el ataque terrorista, que mató a 15 personas e hirió a decenas.
Una campaña de GoFundMe creada para él ha recaudado más de $1,5 millones.
En Siria, la casa de la familia Ahmed permanece en ruinas tras los 14 años de guerra civil del país. Montones de bloques de hormigón destrozados rodean la estructura de la vivienda de dos plantas, cuyas paredes están perforadas por los bombardeos.
“Esta es la casa del padre de Ahmed. Quedó destruida durante la guerra. Bombardeos, ataques aéreos, misiles… todo tipo de armas”, declaró a Reuters el primo de Ahmed, también llamado Mohammad al-Ahmed.
Dijo que su primo “fue la razón por la que muchas personas inocentes que no hicieron nada malo se salvaron”.
“Demostrará al mundo que los musulmanes son pacificadores, no belicistas”, afirmó Ahmed.
