Los dolientes se reúnen en Sídney para el funeral de Matilda Britvan, de 10 años, la víctima más joven asesinada en el ataque terrorista en Bondi Beach contra un evento de Janucá.
“Matilda es nuestro pequeño rayo de sol”, dice el rabino que dirige el servicio y lee un mensaje de su escuela.
“Era, sin duda, la niña más amable, cariñosa y compasiva, y alegraba el día de todos con su sonrisa radiante y su risa contagiosa”. Los dolientes, vestidos de negro, sostenían ramos de lirios mientras ingresaban al funeral en la Chevra Kadisha de Sídney, una sociedad judía responsable de los ritos funerarios tradicionales.
Otros sostenían globos con imágenes de abejorros, en referencia al apodo de la niña: “Matilda Bee”.
Las fotografías tomadas en las horas previas a los primeros disparos mostraban a la niña mientras acariciaba animales en un zoológico interactivo y aparecía sonriente después de que le pintaran la cara.
