Una israelí relató a los investigadores que la secuestraron la semana pasada en Jericó. Explicó que varios palestinos la encañonaron y la agredieron, tras caer en una trampa: un hombre con quien intercambiaba mensajes en Internet la citó en la ciudad y la llevó al lugar.
Tras un breve escape de sus aparentes captores, las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina la localizaron y la devolvieron a Israel. Antes, ella llamó de urgencia a autoridades israelíes. Canal 12 indicó que FDI y policía rastrearon su teléfono y pasaron a la AP su posición exacta.
Los medios hebreos informaron el domingo que la mujer describió así el inicio del ataque: “Cuando llegué al lugar al que me enviaron, varias personas se abalanzaron sobre mí y una de ellas me amenazó con una pistola”, declaró a los investigadores, y situó el episodio en una cita acordada.
Ante la policía, sostuvo que acudió para ver a un hombre con quien solo conversó por Internet, pese a que los primeros reportes hablaban de un vínculo laboral. “Al principio no quería, pero al final acepté y él me envió una ubicación para encontrarme con él”.
En su testimonio, afirmó que creyó que ese hombre era judío y que la identidad palestina apareció después. Canal 12 añadió que ella llegó hace poco como nueva inmigrante y domina poco el hebreo; para la policía, esa barrera lingüística influyó en el caso en Jericó.
Según los informes, la mujer contó: “Después de que me atacaran, conseguí escapar a otra habitación y llamar a mi amigo y a la policía”. Añadió que, tras esa llamada, llegaron más palestinos al sitio y se quedaron allí hasta que la policía de la Autoridad Palestina la sacó.
El ejército declaró el viernes: “La civil fue rescatada, sin que se produjeran víctimas en el incidente”. La policía define el hecho como muy grave y lo investiga como caso penal. La ley israelí prohíbe a sus ciudadanos entrar en zonas de Judea y Samaria bajo la AP, incluida Jericó.
