El primer ministro Benjamin Netanyahu sostiene que las experiencias obtenidas en los combates de los últimos dos años llevaron a Israel a redefinir su política industrial militar. El objetivo central consiste en alcanzar el mayor grado posible de autonomía en la producción de armamento estratégico.
“Yo aprobé, junto con el ministro de Defensa, y el ministro de Finanzas, una suma de 350.000 millones de NIS [$108.000 millones] durante la próxima década para construir una industria israelí independiente de municiones”, afirma Netanyahu durante un discurso en una ceremonia de graduación de pilotos de la Fuerza Aérea de Israel.
“Queremos reducir nuestra dependencia de todos los actores, incluidos los amigos”, declara el primer ministro tras recordar que aliados como Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania aplicaron restricciones a las ventas de armas a Israel después del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023.
A pesar de esas limitaciones, Netanyahu remarca que numerosos países mantienen un creciente interés por los sistemas militares israelíes. Señala que muchos gobiernos, incluida Alemania, “quieren comprarnos cada vez más sistemas”, lo que, según él, confirma la fortaleza tecnológica y operativa de la industria de defensa nacional.
En otra parte de su intervención, Netanyahu alude de forma indirecta a la intención de Turquía de acceder al avión de combate F-35 de Estados Unidos. El primer ministro asegura que Israel “impedirá que quien deba ser impedido reciba estos instrumentos”, sin mencionar directamente a Ankara.
Netanyahu resalta que la “superioridad aérea de Israel en Oriente Medio es una piedra angular de nuestra seguridad nacional”. Añade que esa ventaja se apoya tanto en la formación de los pilotos israelíes como en la disponibilidad de “los mejores aviones del mundo”.
Durante el primer mandato del presidente estadounidense Donald Trump, Washington excluyó a Turquía, miembro de la OTAN, del programa del F-35. Esa decisión siguió a la compra por parte de Ankara del sistema ruso de misiles tierra-aire S-400, considerado incompatible con la alianza.
Con la intención de reforzar su poder aéreo, Turquía planteó a socios europeos y a Estados Unidos distintos mecanismos para obtener con rapidez los aviones de combate. Esa estrategia busca reducir la brecha frente a competidores regionales, entre ellos Israel, según analistas internacionales.
Turquía figura entre los críticos más duros de Israel en el escenario global. El presidente Recep Tayyip Erdogan acusó en repetidas ocasiones a Israel de genocidio durante los últimos dos años y expresó elogios hacia Hamás, lo que profundizó la tensión diplomática entre ambos países.
Netanyahu asegura que Israel “responderá en consecuencia” ante violaciones de Hamás al alto el fuego en Gaza. Menciona, entre esos hechos, la herida sufrida ese día por un oficial de las FDI en la ciudad de Rafah, situada en el sur del enclave.
El primer ministro afirma que ni Hamás ni Hezbolá muestran intención de deponer las armas. “Nos estamos ocupando de eso también”, señala sobre el grupo terrorista libanés, y agrega que Israel mantiene asuntos pendientes con los hutíes de Yemen y con Irán.
Tras un mensaje de tono severo, Netanyahu sostiene que “ampliar el círculo de paz sigue estando en lo más alto de nuestra agenda”. Finalmente, promete que Israel traerá de vuelta el cuerpo del sargento maestro Ran Gvili, último rehén asesinado que permanece en Gaza.
