La exgobernadora Ruth Deech acusa a la BBC de sesgo antiisraelí, recuerda polémicas recientes y propone disculpas, reformas y un defensor. También alerta antisemitismo universitario.
Experiencia de Deech y crítica a la cultura interna en la BBC y su sesgo
LONDRES — Ruth Deech, parlamentaria y exgobernadora de la BBC, observó de primera mano la actitud del ente hacia Israel durante la Segunda Intifada y la guerra del Líbano de 2006. Ve el mismo patrón tras el asalto de Hamás del 7 de octubre de 2023 y la guerra posterior. Una furia recorre al radiodifusor por su cobertura, que muchos califican de sesgada contra el Estado judío, sin que, a su juicio, se aprecie un cambio real.
Según Deech, domina un pensamiento de grupo: una mentalidad de élite del sur británico, bien educada y sofisticada, con buenas intenciones, que adopta causas liberales y se deja influir con facilidad hacia una sola causa y un solo lado. Recuerda pasillos con montones de ejemplares de The Guardian y casi nada más. Describe una obsesión con Israel que predomina dentro de la BBC, aunque no se limita a la corporación.
Al personal no le gusta que se cuestione su labor. En la BBC, afirma, esto se agrava por una noción inflada de su fiabilidad. “Creen en lo que hacen y piensan que deben tener razón”. Ella insistió en una distinción clave: el público puede confiar en la cadena, pero ser confiable no equivale a ser preciso. Considera esencial aceptar la crítica y revisar los errores con rigor.
Durante la guerra de 2006, Deech reunió un dosier con diecisiete incidentes que oyó o vio, con información inexacta o fotografías falsas. Casi todas las quejas recibieron rechazo. Reconoce que saltó el procedimiento normal y llevó el asunto a la cúpula. Desde entonces, sostiene que lograr que la BBC admita una queja resulta más difícil que pasar un camello por el ojo de una aguja, pese a la evidencia acumulada.
Surveillance camera footage from Netiv Haasara shows a large barrage of rockets being launched from northern Gaza, followed by a massive blast in the Strip, apparently caused by a failed projectile. pic.twitter.com/PdNCbks02r
— Emanuel (Mannie) Fabian (@manniefabian) October 17, 2023
Hechos y controversias clave citadas por Deech
- Negativa inicial de la BBC a calificar a Hamás como grupo terrorista.
- Alerta informativa que atribuyó falsamente a Israel la explosión en el hospital Al-Ahli.
- Documental narrado por el hijo de trece años del viceministro de Agricultura de Hamás.
- Emisión sin corte del “Muerte, muerte, a la FDI” en Glastonbury.
- Memorando de Michael Prescott que expuso fallos graves en BBC Arabic.
Polémicas recientes, BBC Arabic y revisión interna de la cobertura
El informe que Deech publicó junto con Danny Cohen examinó la cobertura de la guerra en Gaza. Sostuvo que, ante versiones enfrentadas, la BBC rara vez se inclina hacia Israel. Para Hamás, la prueba casi nunca resulta necesaria; para las FDI y para Israel, la prueba rara vez basta. Varias controversias reforzaron esa crítica y alimentaron dudas sobre la consistencia editorial de la corporación en asuntos de Oriente Medio.
Un memorando filtrado, escrito por Michael Prescott, exasesor independiente del Comité de Directrices Editoriales y Estándares, expuso fallos de BBC Arabic. Las revisiones internas concluyeron que la corporación otorgó un peso injustificable a cifras de víctimas difundidas por Hamás y divulgó acusaciones no corroboradas de crímenes de guerra atribuidos a fuerzas israelíes. El documento también reveló deficiencias de control y pautas que permitieron errores de valoración en temas sensibles.

Ante ese memorando, se informó que la BBC planea una revisión de su cobertura de Oriente Medio. Deech, sin embargo, denuncia una distorsión persistente: titulares que resaltan afirmaciones de Hamás, mientras la respuesta de Israel aparece después, con advertencias de que la BBC no la ha verificado. Recuerda que el público retiene el titular y que esa jerarquía informativa fija percepciones con facilidad, en especial durante un conflicto de alto impacto.
El memorando de Prescott indicó que BBC Arabic permitió en antena a colaboradores que habían realizado declaraciones antisemitas extremas. Deech duda en definir al servicio como institucionalmente antisemita, aunque afirma que quienes seleccionan y quienes aparecen muestran actitudes antisemitas. Considera urgente corregir criterios de participación y fortalecer filtros editoriales para evitar que discursos de odio se cuelen bajo el amparo de la cobertura informativa.
Antecedentes de 2004 y el informe Balen que la BBC mantuvo oculto
La etapa de Deech en la junta coincidió con polémicas visibles. En octubre de 2004, la periodista Barbara Plett dijo al aire que “empezó a llorar” al ver la última salida de Yasser Arafat de su complejo en Judea y Samaria. La corporación encargó una investigación interna al veterano Malcolm Balen y luego se negó a publicar sus veinte mil palabras, tras librar una larga batalla legal para impedir su divulgación mediante leyes de libertad de información.
Deech afirmó que las recomendaciones principales del informe Balen no se adoptaron. Propusieron una cobertura más completa, con antecedentes históricos y de otro tipo, más contexto y relatos más plenos de las situaciones y los problemas, además de una menor dependencia de imágenes impactantes y disponibles. A su juicio, la institución dejó pasar una oportunidad para corregir inercias y mejorar estándares editoriales en un terreno especialmente complejo y sujeto a controversia pública.

Dos décadas después, Deech plantea su receta: una disculpa por el sesgo antiisraelí y una investigación que aborde el problema. Pide revisar contratación y formación para equilibrar opiniones políticas entre periodistas y productores. Advierte que muchos implicados muestran conocimiento limitado del tema. Critica un módulo sobre Israel que empieza con Theodor Herzl y carece de contexto histórico y religioso más amplio sobre la conexión judía con la tierra de Israel.
Además, solicita un defensor del oyente independiente, con capacidad para recurrir a asesoría experta, que gestione las quejas sobre la cobertura. Sostiene que la BBC no muestra disposición a investigarlas con rigor ni a admitir falta de pericia. Recuerda controversias sobre la “barrera de seguridad” y su estatus jurídico, asunto elevado a la Corte Internacional de Justicia, ante el que los gobernadores no se encontraban en condiciones de ofrecer una respuesta definitiva.
Universidades del Reino Unido y un aumento del antisemitismo tras el 7-O
Deech, exdirectora del St. Anne’s College de Oxford y exjefa de la oficina británica de quejas estudiantiles, sostiene posiciones firmes sobre el antisemitismo en los campus. Hace diez años advirtió que universidades de élite se convirtieron en zonas prohibidas para estudiantes judíos. Tras las atrocidades del 7 de octubre y la guerra subsiguiente en Gaza, cree que la situación resultó mucho peor. “La guerra en las calles se ha trasladado a las universidades”, resume con preocupación.
Cita varios centros de la Universidad de Londres —King’s College London, University College London, la School of Oriental and African Studies y Goldsmiths— donde la situación para estudiantes judíos resulta muy mala. Afirma que los rectores se refugian detrás de la libertad de expresión sin reconocer que esa libertad termina donde empieza el lenguaje de odio. A su juicio, la dirección no asume su responsabilidad para frenar un deterioro que afecta la vida académica.

Sobre Oxford, donde desarrolló gran parte de su vida académica, detalla campamentos, irrupciones en oficinas universitarias, esvásticas y estudiantes con las manos pintadas de rojo en un gesto asociado a una imagen de 2000 tras un linchamiento en Ramala. Sostiene que no se aceptó una sola queja en los últimos dos años. Pide que donantes judíos ejerzan presión y exijan a los líderes mantener la paz y aceptar quejas con seriedad.
Para Deech, el tiempo de investigaciones y comisiones terminó. Reclama acción: un sistema de quejas más receptivo para estudiantes judíos, con anonimato cuando sea necesario, apoyo de terceros como el Community Security Trust y procedimientos más rápidos. Exige atacar la raíz del odio. Propone sacudir la educación sobre el Holocausto: los alumnos recibieron enseñanza obligatoria, pero ignoran la historia judía y la conexión con Israel, y perciben ese crimen como un pasado sin relación con el presente.
