El presidente libanés Joseph Aoun, comprometido a desarmar a Hezbolá, manifestó confianza en que la vía diplomática impida una nueva gran ofensiva israelí en el país. A su juicio, la actividad política en curso reduce riesgos y mantiene abiertas opciones de estabilidad para el Líbano.
El mandatario ofreció garantías públicas sobre el escenario regional. “Los contactos diplomáticos para alejar el espectro de la guerra no se han detenido”, dice Aoun. “Les digo que el espectro de la guerra ha sido alejado del Líbano, y las cosas se encaminarán en una dirección positiva, si Dios quiere”.
La semana pasada, representantes de Israel y del Líbano sostuvieron un encuentro directo en Naqoura, al sur del país. Ambos Estados enemigos buscan preservar el alto el fuego vigente desde hace un año en el marco de la guerra entre Israel y Hezbolá, mediante canales formales.
Aoun aludió al grupo terrorista chií armado Hezbolá y pidió un orden político distinto. “Estado de instituciones, no un Estado de partidos y sectas”. “Hay una herida que sangra en el sur”, “Y espero que con el nacimiento del nuevo Líbano pongamos fin a las guerras y vivamos en paz”.
Estas declaraciones siguieron a una reunión navideña con el patriarca maronita, el cardenal mar Bechara Boutros Al-Rahi. En su mensaje del Día de Navidad, Rahi pidió oraciones por las negociaciones y por el avance del Ejército libanés en la recogida de “armas ilegales” a nivel nacional.
