Parientes de un soldado muerto expresaron indignación por la respuesta de las Fuerzas de Defensa de Israel ante la pérdida de su hijo. El jueves retiraron su lápida del cementerio militar y la trasladaron a Tel Aviv, donde la dejaron frente a la oficina del Estado Mayor general.
La acción de la familia del sargento Gur Kehati llegó poco más de una semana después de que el nuevo fiscal militar general, el mayor general Itai Ofir, ordenó clausurar un expediente penal contra un alto oficial de la reserva por esa muerte. Ellos dijeron sentir “conmoción, frustración y dolor”.
El jueves acudieron a la sede en Tel Aviv y pusieron la lápida en la puerta del Estado Mayor general. Fotos de medios hebreos muestran al padre de Kehati con una nota: “Para el jefe del Estado Mayor, teniente general Eyal Zamir, de la familia Kehati”.
Kehati murió el 20 de noviembre de 2024 junto a Ze’ev Erlich, de 71 años, tras entrar en un sitio arqueológico del sur del Líbano. La visita coincidió con la ofensiva israelí contra el grupo terrorista Hezbolá. Una semana más tarde, el alto el fuego cerró un año de hostilidades.
El coronel (res.) Yoav Yarom dirigió la incursión y recibió críticas. Autorizó a Erlich a pasar al sector occidental del sur del Líbano con uniforme de las FDI sin permisos requeridos. Erlich sirvió durante años en las reservas pese a su edad, pero ese día no estaba en servicio activo.
Yarom y Erlich avanzaron con un equipo de soldados hacia una fortaleza medieval en la aldea meridional libanesa de Shamaa. Cristianos y musulmanes chiíes veneran el lugar como tumba del siglo I de San Pedro. La patrulla creyó seguro el entorno y entró en el recinto.
Tras asumir que el sector estaba despejado, Yarom guio a Erlich y a las tropas al sitio. Dos operativos de Hezbolá emboscaron a la fuerza y mataron a Erlich y a Kehati. Un oficial sufrió heridas graves, Yarom también quedó lesionado, y los atacantes murieron bajo fuego israelí.
La Policía Militar investigó el hecho. En septiembre, la Fiscalía imputó a Yarom por homicidio imprudente, con audiencia. El martes, Itai Ofir archivó el caso y sostuvo que la visita “había sido planificada con antelación por el comandante de la fuerza… y era necesaria para fines operativos”.
La madre, Maayan Agmon Kehati, publicó en Facebook una foto de la familia al retirar la lápida. En el texto explicó que rechazó una invitación para reunirse con el fiscal militar general, y no se sentía “mentalmente preparada”. El mensaje apareció tras el archivo del caso decidido por Ofir.
En esa publicación, Agmon Kehati atacó el trato dado a su hijo y escribió: “Desperdició la hermosa vida que estaba construyendo para sí mismo en el ejército, en la gente de aquí y en este estado repugnante”. Luego añadió otra línea sobre Gur: “Gur era una persona excepcional”.
Después remató con un mensaje amplio sobre el país y la religión, también en Facebook: “Esta tierra es una maldición. El judaísmo es una maldición. He terminado con ellos. Más exactamente, ellos han terminado conmigo”. La familia mantuvo su protesta ante las oficinas del Estado Mayor general en Tel Aviv.
